Muchas personas enfrentan la trampa mental del sobrepensamiento: dar vueltas a todas las posibles consecuencias de una decisión, a menudo en un intento de control o anticipación. Este proceso, aunque parece lógico, puede rápidamente volverse en contra, generando ansiedad y parálisis. El resultado es la pérdida de oportunidades, una disminución de la confianza y, en ocasiones, una falta de acción que termina saboteando nuestras propias metas.
El experto en liderazgo y fortaleza mental Scott Mautz ofrece una solución disruptiva y sorprendentemente simple para cortar con este ciclo de análisis y liberarse del sobrepensamiento. Su recomendación es reemplazar la típica pregunta “¿Qué pasaría si...?” por la frase “Ya veremos”. Este cambio aparentemente sutil ayuda a transformar el estado mental, permitiendo a las personas enfocarse en lo que pueden controlar y soltar lo que no depende de ellos. Al decir “Ya veremos”, uno toma una postura de aceptación frente a la incertidumbre, evitando caer en el análisis excesivo y favoreciendo un flujo natural de aceptación y tranquilidad.
Para ilustrar la eficacia de este enfoque, Mautz sugiere imaginar una situación común: tienes que dar una presentación importante, y tu mente empieza a imaginar todo lo que podría salir mal. Al decir “Ya veremos”, no solo te liberas de esa carga de posibles fracasos, sino que también te predispones a ver los resultados sin miedo al error, centrándote en tu preparación y en el momento presente. Así, las dos palabras ayudan a redirigir la energía de la ansiedad hacia un estado de serenidad.
Sigue a Cromos en WhatsAppTe puede interesar: ¿Ansiedad normal o trastorno? Un psiquiatra revela cómo diferenciarlos
Otras prácticas para contrarrestar el sobrepensar
Para contrarrestar el sobreanálisis, Mautz también sugiere combinar el “Ya veremos” con prácticas que fortalezcan la autoconfianza, como el mindfulness o atención plena. Esta técnica permite anclar la mente en el aquí y el ahora, reduciendo el afán de anticiparse a eventos que no están bajo nuestro control.
Otro método recomendado es el ejercicio físico, pues ayuda a reducir la tensión liberando endorfinas y promoviendo una sensación de bienestar.
Por último, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es otra herramienta poderosa que ayuda a identificar patrones de pensamiento negativo y redirigirlos hacia enfoques constructivos. Al trabajar sobre estos patrones, la persona aprende a tomar decisiones con mayor claridad, sin caer en el exceso de análisis.
*Contenido generado con asistencia de la IA.