
Lunares en la piel.
¿Es seguro quitarse lunares en casa?
Claramente, no. Aunque en los últimos años han surgido diferentes dispositivos para eliminarse uno mismo lesiones en la piel, lo más importante antes de eliminar una lesión es un diagnóstico y para ello es necesario recurrir al especialista en dermatología. Además, un dermatólogo, gracias a su formación y su experiencia, podrá determinar cuál es el mejor método para eliminar dicha lesión. Muchas veces también es necesario el análisis histológico del lunar después de su extirpación, lo cual es imposible si la persona lo ha eliminado en casa.
Te puede interesar leer: Aprende a leer tus lunares
También hay que destacar que la realización de estos tratamientos puede enmascarar una lesión maligna o modificar una benigna, dificultando el trabajo del especialista a la hora de un diagnóstico o tratamiento posterior.
¿Qué son los lunares?
Los lunares (también llamados nevus) son agrupaciones en determinadas zonas de melanocitos que son las células que producen el pigmento de la piel.
¿Qué tipos de lunares hay?
Lo más frecuente es que vayan apareciendo a lo largo de la vida (nevus adquiridos), pero hay algunos que están presentes desde el nacimiento o primeras semanas, conocidos como nevus congénitos.
Los adquiridos van apareciendo después de los 2 años, aumentando en tamaño y número durante la infancia, hasta los 30-40 años. Dentro de ellos, según su aspecto clínico, diferenciamos varios tipos:
Nevus junturales o de la unión: son manchas oscuras, de color variable, sin relieve, de forma redondeada u ovalada. Son los más frecuentes en las etapas medias de la vida.
Te puede interesar leer: Lo que dicen los lunares
Nevus compuestos: Pueden ser lesiones planas con una zona un poco elevada, que a veces tienen pelos, normalmente de color marrón, más frecuentes en niños.
Nevus intradérmicos: son lesiones cupuliformes, abultadas, no pigmentadas,
normalmente de color carne, especialmente en la cara. Pueden también tener pelos en su interior. Son los más frecuentes en etapas avanzadas de la vida.
Respecto a los nevus congénitos, tienen más riesgo de malignizar cuanto más grandes son. Los pequeños y medianos (hasta 20 cm) tienen menos riesgo (menos del 1%), por lo que no es necesaria su extirpación, aunque sí es importante un seguimiento y la protección solar.
Te puede interesar leer: ¿Cómo prevenir el cáncer de piel?
Los nevus displásicos son los que tienen el riesgo más alto de evolucionar a cáncer de piel. Son más grandes que el resto, irregulares, de diferentes colores. Normalmente hay una tendencia familiar a tenerlos.
¿Cuándo hay que controlar los lunares?
Si no hay factores de riesgo, no hay evidencia para aconsejar que todo el mundo se revise sus lunares más de una vez al año, aunque siempre debemos hacerlo si observamos algún cambio o tenemos dudas.
Sin embargo, todas las personas con factores de riesgo deberían visitar a un dermatólogo para que revise sus lunares periódicamente. ¿Y cuáles son esos factores de riesgo?
-Antecedentes personales de melanoma.
-Antecedentes familiares de primer grado con melanoma.
-Tener más de 50 lunares.
-Tener nevus atípicos o displásicos.
-Personas rubias o pelirrojas con ojos claros y piel clara.
-Personas con las defensas bajas (fármacos inmunosupresores, pacientes trasplantados, con enfermedades crónicas*).
-Quemaduras intensas en la infancia por el sol (con ampollas).
-Utilización regular de cabinas de rayos UVA.
Además, hay zonas de la piel, como la zona genital, el cabello o las palmas y plantas, que son más difícil de seguir uno mismo, por lo que también estaría recomendada la visita al especialista una vez al año para su control.
Lunares malignos y/o peligrosos ¿Cómo detectarlos?
El melanoma supone un 3% de todos los tipos de cánceres de piel que diagnostica un dermatólogo, sin embargo, causa el 90% de las muertes. Es decir, no es el más frecuente pero sí el más peligroso.
Detectado en sus etapas iniciales, la supervivencia es mayor del 90%, de ahí la importancia de diagnosticarlo a tiempo y de vigilar nuestros lunares y manchas.
Para saber cuándo nos tiene que alarmar o asustar un lunar, hay que fijarse en él y seguir la regla ABCDE.
-Asimetría: al dividir el lunar en dos, las dos mitades tienen que ser prácticamente iguales en cuanto a color y forma.
-Bordes: Lo normal es que los bordes sean regulares.
-Color: consultar si tiene más de 2 colores diferentes.
-Diámetro: más de 6mm tienen más riesgo.
-Evolución: Cambios en lunar que ya se tenía (ha crecido, ha cambiado de color, ha sangrado...). Ante cualquier cambio CONSULTAR.
¿Cómo son los procedimientos para quitar lunares?
Los lunares se pueden quitar por motivos estéticos o porque el dermatólogo crea que es lo más aconsejable porque sea un lunar irregular y sea necesaria su análisis para descartar la presencia de un cáncer de piel.
Hay diferentes métodos para la extirpación de lunares. Para elegir uno u otro deberemos fijarnos en el tipo de lunar, su localización y las preferencias del paciente.
Cirugía: Siempre que haya dudas sobre la benignidad o malignidad de la lesión, pues es la única que permite analizar la pieza con anatomía patológica. Se realiza con anestesia local, se dan varios puntos, y después el paciente puede hacer su vida normal. No es necesario el ingreso. Siempre queda una pequeña cicatriz.
Afeitado: También se realiza con anestesia local. Es el procedimiento elegido cuando las lesiones sobresalen de la piel. En este caso no es necesario dar puntos, y la cicatriz es menor.
Láser CO2: Permite eliminar los lunares con menos riesgo de cicatriz, pero el inconveniente es que no permite analizarlos después, así que debe ser recomendado por el dermatólogo cuando esté muy seguro de la benignidad de la lesión. Es un método rápido y prácticamente indoloro que no requiere anestesia local.
