Desde los cuentos de Cinema Árbol, Efraim Medina Reyes llamaba “García Marketing” al escritor de Cien años de soledad. El narrador cartagenero siempre ha mostrado una posición crítica frente al nacido en Aracataca, Magdalena.
Te puede interesar leer: Los protagonistas de Noticia de un Secuestro revelan detalles de la serie
Aquí encuentras más contenidos como este
Sigue a Cromos en WhatsAppEl 21 de octubre de 2022, día en que se conmemoran los 40 años de haber recibido el Nobel de Literatura, Medina Reyes preparó su artillería para volver a criticar al escritor colombiano más traducido del mundo. A continuación, tomamos algunos fragmentos del texto publicado en su página oficial de Facebook.
Gabriel García Márquez publicó Cien años de soledad en mayo de 1967. Allí se habla de una peste que llega a Macondo y obliga a sus habitantes a permanecer en cuarentena.
García Márquez y su supuesto ego
“Él (García Márquez) tenía planes muy precisos e iba a usar todo ese poder e influencia para favorecer a quien más amaba: a Gabriel García Marketing. Cada línea escrita, cada postura política, cada declaración, cada entrevista sintetizaron desde entonces las cualidades básicas de nuestro genio: habilidad literaria, oportunismo, arribismo a ultranza, hipocresía y una precaria inteligencia frente a la vida y sus deberes más elementales como son la amistad, la gratitud y la dignidad. Para García Marketing apostar por Fidel Castro, cenar en la Casa Blanca y declarar su admiración por Bill Clinton o hacer comerciales de TV para apoyar la candidatura de Andrés Pastrana no entrañaba dificultad alguna”, expresó Medina Reyes.
García Márquez y su amistad con Fidel Castro
Efraim Medina escribió lo siguiente: “No hay que olvidar que décadas atrás, mientras él departía felizmente con Fidel Castro, su libro El Otoño del patriarca (que es el descarnado retrato de un dictador latinoamericano cualquiera) estaba prohibido, por razones obvias, en Cuba. Algo así como si aceptaras entrar a una fiesta cuyo dueño te pone como condición dejar a tu hijo esperando afuera. Pero García Marketing no se inmutaba por cosas de ese estilo, su insaciable ambición había convertido sus relaciones con el poder en la mejor arma para impulsar su carrera y la verdad no lo hizo nada mal. Quizá por eso, estratégicamente, prefirió fundar en Cuba y no en Aracataca, con todos los beneficios que ello habría implicado para ese desgraciado pueblo, una escuela internacional de cine. Sus gestos para Colombia, aparte de un montón de salidas en falso en el terreno político (terreno donde sus limitaciones intelectuales salían más a flote), fueron nimios”.
Medina le cobra el haber olvidado a Héctor Rojas Erazo
“En el terreno literario tuvo sospechosas preferencias y desconocimientos infames, el más imperdonable se llama Héctor Rojas Herazo, tanto más imperdonable si consideramos la extraordinaria calidad humana y literaria de Rojas Herazo y que los unió una cierta amistad y bebieron de las mismas fuentes cuando eran un par de chicos desconocidos en Cartagena de Indias. Por supuesto que García Marketing no tenía el deber de rescatar la obra de Rojas Herazo, pero su empecinado silencio alrededor de algo tan evidente, mientras se apresuraba en promocionar autores menores, deja inevitables dudas. Él, al igual que el dictador que retrata en El otoño del Patriarca, nunca aceptó sombras que pudieran compartir su pedestal literario”.
En lo que García Márquez se convirtió, según Efraim Medina Reyes
“Su proverbial egoísmo lo convirtió en una momia sagrada, un despreciable tótem al que sus lacayos locales debían rendir culto y fidelidad a cambio de alguna “patadita de la fortuna” en el trasero en forma de beca y otras prebendas por el estilo. Y allí siguen esa pila de cortesanos chupando el culo de su fantasma, sacándole brillo a su lápida y haciendo negocios con sus despojos”.
La mejor cosa que nunca tendrás, la última novela de Medina Reyes
Recientemente, Medina Reyes estuvo en Colombia presentando su última novela. “La mejor cosa que nunca tendrás puede leerse de varias maneras: una de ellas es pensar que Efraím Medina, su autor, ha construido su obra como un río que se bifurca, que tiene meandros, que a veces encuentra pozos sin fondo, pero que siempre está viva”, se lee en su sinopsis. Sus 400 páginas, editadas por Planeta, ya las puedes adquirir en las principales librerías de Colombia.