
Es una buena señal porque indica que la zona pélvica se está preparando para el anhelado momento del parto.
Y una de las posibles causas de estas dificultades es el dolor pélvico, que generalmente se presenta a partir del tercer trimestre y puede mantenerse hasta el momento en que des a luz, en la pelvis, ingle, cadera y, en ocasiones, en la zona baja de la espalda.
Puedes leer: Toxoplasmosis en el embarazo: sugerencias para evitarla
Sucede porque las hormonas del embarazo, especialmente la progesterona y la relaxina, van relajando los ligamentos de la pelvis y sus huesos ceden para moverse con más facilidad y, al abrirse, dejar el espacio para el bebé durante el parto.
Aunque algunas veces el dolor es suave, otras puede ser intenso, punzante y molesto, hasta obstaculizar en alguna medida tus labores diarias. Sin embargo, es una buena señal porque indica que la zona pélvica se está preparando para el anhelado momento del parto.
Cuando el dolor pélvico es frecuente se relaciona con la disfunción de la sínfisis púbica, también denominada síndrome de cintura pélvica. “La sínfisis es una articulación fibrocartilaginosa ubicada en la cara anterior de la cavidad pélvica, componente anatómico que durante el embarazo aloja el útero grávido.
Permite la unión y estabilidad de la pelvis derecha e izquierda y durante la gestación adquiere características de movilidad y flexibilidad, dadas por la acción de la progesterona, para facilitar el paso del bebé durante el trabajo de parto en la fase del expulsivo”, especifica Carlos Alberto Cortés, ginecólogo y obstetra de la Universidad Nacional de Colombia.
Puedes leer: Adaptando un nuevo mundo de reglas escolares para los niños
El dolor pélvico en el embarazo pueden expandirse hasta la ingle, la espalda, las caderas e, incluso, la zona posterior del muslo. Por el excesivo estiramiento de las articulaciones, es posible que sean muy intensos e incapacitantes, hasta el punto de causar dificultades cuando caminas, subes o bajas escaleras y al voltearte en tu cama mientras intentas descansar.
Si el dolor de la pelvis o abdominal se presenta en las primeras semanas de la gestación y es fuerte, es probable que se asocie con un embarazo ectópico, también conocido como extrauterino, que se produce cuando un óvulo fecundado se desarrolla fuera del útero. Aunque no es común, si te pasara acude de inmediato a donde un especialista.
Infecciones urinarias, fibromas o miomas (tumores no cancerosos en el útero), ciática, alteraciones ováricas y otras enfermedades o afecciones no necesariamente ginecológicas o que surgen durante la gestación, pero que no se relacionan directamente con este acontecimiento, pueden ser causantes de dolores pélvicos, y que también requieren ser estudiadas por tu médico tratante.
Aliviar o calmar el dolor pélvico que se produce durante el embarazo es posible, pero debes tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Descansa y descansa
Es cierto, tienes múltiples compromisos y obligaciones, pero procura tomarte pausas en las que no tengas que moverte o pensar en otros asuntos diferentes a tu bienestar y pide, sin vergüenza, colaboración de tu red de apoyo: pareja, hermanos, padres, amigos, compañeros de trabajo. Aprovecha esos instantes para aplicarte calor local en el área adolorida.
Te puede interesar leer: Chiara Ferragni, mamá por segunda vez de una niña a la que ha llamado Vittoria
No dejes de hacer ejercicio
Con constancia y perseverancia para mantener buen estado físico y, sobre todo, fortalecer músculos y ligamentos de los glúteos y el abdomen, y para alcanzar una buena estabilidad de la zona pélvica. Eso sí, sigue siempre las recomendaciones de tu ginecólogo para que sepas cuáles son aptos para ti, para que no te ocasiones dolores y malos ratos.
No hagas esfuerzos innecesarios.
Especialmente los que te reactivan el dolor, como levantar o mover objetos pesados; para ello, tendrás que recurrir nuevamente a tu círculo cercano de familiares y amigos.
Ten calma.
Como del afán solo queda el cansancio, intenta desplazarte de un lugar a otro despacio y con cautela, especialmente al usar escaleras o cuando te vas a acostar y levantar de la cama o de sillas.
Pon atención a las posturas.
Cuando estés de pie o sentada, intenta mantenerte erguida, siempre con la espalda recta y las piernas lo más simétricas que puedas y en la misma línea de las caderas, sin cruzarlas y sin sobrecargarse sobre una de ellas. No permanezcas mucho tiempo de pie y quieta. A la hora de descansar, acuéstate de lado y con un cojín entre las piernas y otros en la zona lumbar. Al levantarte, hazlo con ambas piernas al tiempo.
Asiste a donde un fisioterapeuta.
“Cuando el dolor púbico limita la actividad física de la mujer embarazada, además de la toma de un analgésico oral formulado por su médico tratante y el reposo, puede acudir al fisioterapeuta, quien le recomendará una serie de ejercicios de estiramiento y relajación”, aconseja el doctor Carlos Alberto Cortés.
Consulta con tu médico
¿En qué casos? Para saber si puedes usar cinturón pélvico para estabilizar la pelvis y qué analgésicos usar, con el fin de confirmar o descartar patologías o cuando los dolores perduran mucho tiempo después del parto.

