Carla Giraldo, la talentosa presentadora de La casa de los famosos Colombia, nunca ha ocultado su pasado. En una entrevista de 2024, recordó cómo, con apenas 14 años, tomó la decisión de abandonar su hogar y nunca regresar. Su relato dejó una reflexión contundente: la disciplina en la crianza tiene límites que, si se cruzan, pueden generar heridas imborrables.
En el podcast Vos Podés, Giraldo narró que su decisión de irse estuvo influenciada por la libertad que anhelaba y las restricciones que tenía en casa. Sin embargo, el episodio más impactante de su niñez fue el castigo que sus padres le impusieron: un tiempo en Villa Niña, un refugio en Fusagasugá destinado a menores con problemas en el hogar.
Sigue a Cromos en WhatsApp“Es una casa donde te enseñan a hacer pan, es muy didáctico, pues tienen que ocupar a las niñas rebeldes o niñas que tienen problemas en su casa, que han sido abusadas, menores de edad abandonadas, hay de todo”, explicó.
Más allá de la enseñanza, Giraldo describió este lugar como uno de los más tristes de su vida, un sitio con un régimen militar donde la disciplina extrema y las normas estrictas la hicieron replantearse muchas cosas. “Ese día entendí que todo estaba muy bien en mi casa y que, ¿qué estaba haciendo yo?”, reflexionó.
¿Hasta dónde deben llegar los castigos? El caso de Carla Giraldo
El caso de Carla Giraldo abre un debate crucial sobre los castigos infantiles. Si bien la disciplina es fundamental en la crianza, cuando se impone de manera desproporcionada puede generar efectos contraproducentes. En su testimonio, la actriz reconoció que los meses en Villa Niña le ayudaron a fortalecer su carácter, pero también los calificó como una etapa difícil: “Fueron meses lindos, pero también tristes”.
Los especialistas en psicología infantil advierten que los castigos extremos pueden dejar secuelas emocionales en los niños. Según estudios, medidas disciplinarias severas pueden generar inseguridad, ansiedad y, en algunos casos, fomentar la rebeldía en lugar del aprendizaje.
En el caso de Giraldo, su experiencia en Villa Niña la llevó a replantear sus acciones, pero también la hizo consciente de que, a veces, el exceso de disciplina puede ser perjudicial. “Disciplina que también pienso que para los menores de edad, pues tanta disciplina tampoco”, comentó.
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Alternativas a los castigos extremos, según el ejemplo de Carla Giraldo
En lugar de recurrir a sanciones drásticas, los expertos recomiendan estrategias que fomenten el aprendizaje y la autorregulación:
- Refuerzo positivo: Premiar las buenas conductas ayuda a que los niños repitan comportamientos adecuados.
- Diálogo y negociación: Entender la perspectiva del niño y establecer normas claras evita confrontaciones innecesarias.
- Consecuencias lógicas: En lugar de castigos arbitrarios, las consecuencias deben estar relacionadas con la falta cometida.
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La historia de Carla Giraldo es una muestra de cómo las decisiones en la crianza pueden marcar profundamente el futuro de un hijo. Cada padre tiene la responsabilidad de encontrar el equilibrio entre disciplina y amor, evitando que un castigo se convierta en una herida difícil de sanar.
