El cine tiene el poder de hacer visible lo invisible, y eso es precisamente lo que ha logrado Los dos hemisferios de Lucca, la película de Netflix basada en la historia real de la periodista argentina Bárbara Anderson. Su búsqueda desesperada de una mejor calidad de vida para su hijo con parálisis cerebral la llevó hasta la India, donde se sometió a un tratamiento experimental conocido como Cytotron.
Desde su estreno, la cinta no solo ha conmovido a millones de espectadores, sino que ha generado un debate global sobre la efectividad y seguridad de este procedimiento. ¿Es una alternativa viable o una falsa esperanza para miles de familias?
Sigue a Cromos en WhatsApp¿Qué es el Cytotron, usado en Los dos hemisferios de Lucca, y cómo funciona?
El Cytotron es un dispositivo desarrollado por el Dr. Rajah Vijay Kumar, que emplea radiaciones electromagnéticas con el fin de intentar influir en la regeneración celular. Su aplicación ha sido explorada en diversas condiciones médicas, desde lesiones cerebrales hasta enfermedades neurodegenerativas e incluso algunos tipos de cáncer.
Su principio de funcionamiento se basa en la modulación de señales cuánticas para estimular células afectadas. En el caso de la parálisis cerebral, se ha propuesto que este tratamiento puede mejorar la conectividad neuronal. Sin embargo, la comunidad científica no ha encontrado suficiente evidencia que respalde estas afirmaciones.
Netflix y la polémica: entre el testimonio y la ciencia
El impacto de Los dos hemisferios de Lucca ha sido innegable. En su primer día, más de 305 millones de usuarios vieron la película, y su historia ha resonado con familias de todo el mundo que enfrentan desafíos similares. Pero el éxito también ha traído consigo cuestionamientos.
La Sociedad Mexicana de Neurología Pediátrica emitió un comunicado advirtiendo sobre el uso de tratamientos no avalados por organismos reguladores como la FDA o la EMA. Según la asociación, hasta la fecha no existen ensayos clínicos que prueben la efectividad del Cytotron para tratar la parálisis cerebral.
Este tipo de advertencias no son nuevas en el mundo de la medicina. La desesperación de las familias por encontrar alternativas suele abrir la puerta a tratamientos que, aunque esperanzadores, carecen de pruebas científicas contundentes.
Importante comunicado de la Sociedad Mexicana de Neurología Pediátrica sobre el dispositivo conocido como Cytotron. pic.twitter.com/jH4tADmtCx
— Emmanuel Sarmiento (@emma_sar) February 4, 2025
Bárbara Anderson, autora de Los dos hemisferios de Lucca, responde a la controversia
Ante las críticas, Bárbara Anderson ha sido clara: su historia es un testimonio personal, no una recomendación médica.
“Me parece sumamente importante y responsable que se emita este tipo de alertas. Efectivamente, el tratamiento es experimental y no hay protocolos aprobados para su uso en el país. Entiendo que la película despierta mucha ilusión, pero nosotros tomamos cuatro veces este tratamiento en India (donde también sigue siendo experimental). Yo jamás recomiendo, ni invito, ni lo promuevo. Solo cuento la travesía de tomar un tratamiento experimental que, en el caso de mi hijo, funcionó”, dijo la autora en una entrevista reciente.
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Aun con esta polémica, si algo ha conseguido Los dos hemisferios de Lucca, es abrir el diálogo sobre la discapacidad, la falta de opciones médicas y las dificultades que enfrentan las familias con hijos en situaciones similares. Más allá de la controversia sobre el Cytotron, la historia resalta la urgencia de políticas públicas que garanticen acceso a terapias seguras y basadas en evidencia.
La película deja una pregunta en el aire: ¿hasta dónde se debe llegar en la búsqueda de esperanza? Para muchas familias, la respuesta no está en un dispositivo experimental, sino en un sistema de salud que no las deje sin opciones.
