Estar atento a los cambios en el cuerpo es clave para cuidar la salud y prevenir enfermedades. Señales como fatiga inusual, pérdida de peso inexplicada, dolores persistentes o alteraciones en la piel pueden indicar desequilibrios que requieren atención médica.
Revisar regularmente el estado general del cuerpo, como la presión arterial, los niveles de azúcar o el ritmo cardíaco, ayuda a detectar problemas a tiempo. Además, es importante escuchar al cuerpo ante síntomas recurrentes, como dolores de cabeza o digestión lenta, ya que podrían reflejar hábitos poco saludables.
Sigue a Cromos en WhatsAppUna de las cosas que se pueden detectar con facilidad es el cambio de color en la parte blanca de los ojos, la cual, en algunas personas, suele ponerse amarilla. ¿Qué significa esto y por qué puede ser peligroso? Esto es lo que dicen los especialistas.

Es fundamental consultar a un médico en cuanto se ven síntomas de algo inusual en el cuerpo.
¿Por qué tengo los ojos amarillos?
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus, indica que a esto se le conoce como ictericia y es una condición que hace que la piel y los ojos se pongan amarillos.
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Esto sucede porque hay demasiada bilirrubina, una sustancia que se produce cuando los glóbulos rojos envejecen. La ictericia puede indicar que algo anda mal en el cuerpo.
Cada día, nuestro cuerpo produce nuevos glóbulos rojos y elimina los viejos. El hígado se encarga de descomponer estos glóbulos rojos y crea una sustancia llamada bilirrubina. Normalmente, el hígado la elimina a través de las heces.
Sin embargo, cuando hay demasiada bilirrubina o el hígado no funciona bien, esta sustancia se acumula en el cuerpo y puede causar ictericia, que se manifiesta como una coloración amarilla en la piel y los ojos.
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La ictericia puede aparecer de forma rápida o gradual. Los síntomas más comunes son la piel y los ojos amarillos, orina oscura y heces de color claro. Además, puede sentir picazón. En algunos casos, también puedes sentirte cansado o tener náuseas, especialmente si es causada por hepatitis o cáncer.
En cuanto al tratamiento, depende de los exámenes hechos por el especialista de salud y la determinación de la causa de la afección.
