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‘100 años de fútbol en Colombia’

Lea en exclusiva apartes del primer capítulo, que explica cómo llegó el balompié a nuestro país.

El Espectador
05 de julio de 2008 - 01:53 a. m.

1a etapa: La alborada (1908-1915)

CAPÍTULO 1

Arturo de Castro, el iniciador en Barranquilla

EL CAFÉ EXIGE VÍAS DE COMUNICACIÓN

Ninguno como el fútbol tiene tantos padres o tantos aspirantes a serlo en Colombia. Barranquilla, Santa Marta y Pasto, entre otras, son las ciudades que han reclamado de manera vehemente ser las iniciadoras en Colombia del más popular deporte del mundo.

Las difi cultades para conocer con exactitud sitio y hora del primer partido o remedo de partido de fútbol, radican en el hecho de que cualquier lugar —una calle, un potrero, un patio o un parque— podía servir para jugar fútbol. Cualquiera que hubiese realizado esta espontánea acción pudo haber pasado inadvertido para el común de la gente y para los historiadores.

No obstante, Barranquilla es la ciudad que ha ganado los créditos como la iniciadora por los primeros apuntes que aún sobreviven, por el desarrollo posterior y por la organización del fútbol colombiano que comenzó en La Arenosa. Veamos primero el contexto histórico y geográfi co que permitió tanto el ingreso del fútbol como su expansión a todo el país.

Entre 1886 y 1922, el auge del café exigió una red de vías de comunicación que permitiera su salida hacia los centros de consumo en el país y rumbo al exterior. En 1890, Colombia contaba con una extensa malla de caminos de herradura, que permitían el traslado del café —principal producto agrícola nacional— a lomo de mula, de sus plantaciones a los pueblos más cercanos y de éstos a las principales ciudades del país, entre ellas Barranquilla y Buenaventura, los dos principales puertos marítimos en el Atlántico y en el Pacífico, respectivamente, en donde era embarcado rumbo al exterior.

Esas primeras vías férreas en Colombia sirvieron para agilizar el proceso de transformación del país desde su condición rural y campesina hacia un Estado capitalista, urbano y competitivo en el mercado internacional. También fue el terreno adecuado para el posterior avance del fútbol hacia el interior del país.

LA PUERTA DE ORO DE LOS PRIMEROS GOLES

Desde entonces a Colombia llegaba todo por vía marítima, por Barranquilla, y luego se extendía al resto del país por el río Magdalena o por las líneas férreas construidas para agilizar el comercio. Por eso los pobladores de la Puerta de Oro de Colombia tenían la oportunidad de conocer la modernidad primero que el resto de colombianos.

Algunas cosas se quedaban en la capital del Atlántico. Otras, porque no tenían interés, pasaban de largo. El fútbol, traído por decenas de viajeros adinerados provenientes de países como Inglaterra, en donde lo conocieron y lo empezaron a practicar,


llegó y se quedó. En 1908, de pronto, calles, potreros y cualquier lugar abierto de Barranquilla empezaron a verse invadidos por jóvenes que le pegaban con los pies a una pelota mientras corrían tras de ella para evitar que otros la tomaran.

Inicialmente fue sólo una diversión, sin visos de seriedad. Al promediar 1908, según el historiador barranquillero Mike Urueta, Arturo de Castro, joven barranquillero recién llegado de Gran Bretaña en donde estudió, empezó a motivar a sus amigos para organizarse en equipos.

Humberto Salcedo Fernández, Salcefer, fundador de la División Mayor del Fútbol Colombiano, la Dimayor, en 1948, oriundo de Barranquilla, recuerda esos primeros momentos: La historia del fútbol colombiano podríamos dividirla en dos etapas principales, la primera, que comprende las actividades desarrolladas en el país antes de la formación o constitución de los cuerpos rectores organizados mediante el sistema de reglamentaciones, como son las ligas y la asociación, y la última, que comprende el desarrollo del fútbol asociado y reglamentado […].

Tanto en la primera como en la última etapas Barranquilla puso los cimientos y dio los primeros gritos a las juventudes de
Colombia […] gentes del pueblo, guiadas por personas de algún alcance intelectual y espiritual, crearon los primeros sentimientos de rivalidad entre los habitantes de los barrios que tenía en ese entonces la ciudad arenosa.

Salcefer se refería al primer equipo constituido en Colombia, en 1908, por Arturo de Castro: el Barranquilla Fútbol Club. Formaron parte de ese primer conjunto jóvenes amigos y vecinos: Mariano Conde, Alberto Galofre, Rafael C. Dugand, Antonio Fortich, Enrique Molinares, Enrique A. de la Rosa, Hernando Bengoechea, Jacobo Correa, Luis Guillermo Pardey, Enrique Brokate, Rafael Insignares Márquez, Rodrigo Bengoechea, Luis Ricardo Fuenmayor, Manuel José de la Rosa, Manuel María Rodríguez, Ramiro de la Vega y Guillermo Brokate.

SANTA MARTA Y LA UNITED FRUIT COMPANY

El primer defensor de la teoría de que el fútbol llegó a Colombia vía Santa Marta fue el dirigente Moisés Ponce, mecenas de los años mozos de una ciudad que fue potencia, antes y durante la rivalidad deportiva, con su vecina Barranquilla. Ponce, directivo de la primera hazaña grande del fútbol samario, la conquista del título de este deporte en los Primeros Juegos
Nacionales en 1928, siempre se opuso a las pretensiones de los barranquilleros de ser los pioneros, porque consideró que este deporte llegó con anterioridad a Santa Marta. Sustenta Ponce su teoría en la actividad de la Colombian Land Company, empresa fundada en 1890 por el inglés Minor Keith para la exportación del banano, primer producto de la región. A partir de 1906 la empresa se denomina United Fruit Company, ingratamente recordada a raíz de la matanza de decenas de obreros en 1928.

Ponce, sin embargo, establece el año de 1909 como el del comienzo del fútbol en Santa Marta, en contra de 1908 que sostienen sus vecinos de La Arenosa. En relato hecho al periodista samario Joaquín Sierra Silva, dice el dirigente: Sería el


año de 1909 cuando comenzó el fútbol samario, que posteriormente se refl ejó en el resto del país. Colombia, para fabricar divisas, no dependía exclusivamente del café; era el banano (guineo), como lo sigue siendo, un importante filón, y la zona bananera del Magdalena, que se extiende desde Santa Marta hasta Fundación, su emporio.

Esta actividad, forzosamente, provocaba el atraque al único muelle samario de la época de naves europeas, especialmente de Inglaterra, con su fl ota bananera, y la visita de marineros borrachos de cielo y aguamarina, después de una travesía de quince días buscando entre vicisitudes tierra samaria […]. Su itinerario era el siguiente: llegaban a la bahía los jueves, atracaban el viernes y cargaban desde las seis de la tarde hasta el amanecer del sábado. En 1909, entonces, el primer balón tocó tierra colombiana. Fueron los marineros de El Tortuguero quienes improvisaron en El Playón (en terrenos que hoy ocupa el muelle samario), una portería en la que colocaron a un marino, y otros se disputaban a ras de piso el derecho de introducir el balón.

En octubre de 1909, según la misma fuente, se jugó no un partido de fútbol, sino una lucha desigual entre un equipo conformado por la United Fruit Company, con jugadores ingleses, y otro de samarios que, como era lógico, fue goleado. Éste sería entonces, para Moisés Ponce, el primer encuentro de fútbol que se disputó en tierra colombiana en el mismo sector de El Playón, sede de los entrenamientos que se cumplían todos los viernes.

PASTO: LOS SOMBREROS DE MISTER SPAIN

Pasto le discute a Barranquilla y a Santa Marta la paternidad del fútbol colombiano, aunque sus defensores establecen el mes
de noviembre de 1909, como el del ingreso del fútbol a territorio nariñenese, fecha que según Neftalí Reyes, historiador nariñense, es el punto de arranque de este deporte en Colombia.

Leslie O. Spain, un inglés que había venido a Panamá enviado por su padre en busca de sombreros de paja toquilla, fue a dar a Pasto, aconsejado por personas que consideraban que era en esa región colombiana en donde podría encontrar la mercancía buscada.

Esto escribió Benavides:

Una vez el viajero hubo arribado a Tumaco, lo primero que hace es ponerse en contacto con los agentes portuarios de las respetables fi rmas pastusas Casa Zarama, Juan Rosero, Delfín Martínez, etc., y con los directivos de la poderosa casa comercial local de Luis Escrucería. Activamente solicita amplios informes sobre lo que le interesaba conocer, la compra de sombreros de paja toquilla, y sigue luego apresuradamente hacia Pasto, a donde llega en los fi nales días del mes de marzo de 1909.

El día deportivo memorable, según el historiador Benavides, ocurrió en noviembre de 1909, sin que precise la fecha exacta.
Dice Benavides: Las actividades de su fábrica de sombreros van en franco como insospechado desarrollo. De pronto recuerda Spain que entre sus valijas trajo desde Londres una pelota de fútbol, la que pateó por última vez en Panamá, la infla[…] y una tarde del mes de noviembre de 1909, cinco años antes de que Barranquilla viera un grupo de jóvenes impulsando una bola de cuero redonda, sale el hombre a la pequeña y empedrada plazuela de San Andrés vistiendo un uniforme de camiseta de franjas azules verticales, pantaloneta blanca, que le llegaba hasta las rodillas, medias del mismo color y calzado con zapatos apropiados para el juego, seguido por seis de sus obreros, y se dedica con ellos a patear la pelota.

Entre los jóvenes artesanos que corrían tras la redonda —como hoy se dice— estaban Ulpiano Bustamante, el secretario y hombre de confianza de Spain, y el obrero de la fábrica de sombreros Antonio Bastidas —muchos años más tarde célebre y renombrado ebanista pastuso de fama nacional, el mismo que antes de dar comienzo a sus acabadas y admiradas obras de ebanistería rezaba el santo rosario acompañado de sus oficiales[…].

Por El Espectador

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