Las selecciones de Colombia, en cola del pelotón

Delegación de Colombia en el Mundial de Ciclismo de Wollongong 2022. // Fedeciclismo

Foto: Fedeciclismo

Tan solo un mes atrás Colombia firmaba una actuación decepcionante en el Tour de L’Avenir, donde el mejor corredor nacional quedó a 35 minutos del campeón. Ese resultado en la carrera sub-23 más importante del mundo fue el presagio de lo que se podía esperar del rendimiento de la delegación nacional en el Mundial de Ciclismo en Wollongong, Australia, que terminó ayer en la madrugada con Remco Evenepoel y Annemiek van Vleuten como campeones de ruta en la categoría élite.

Sergio Higuita fue el mejor colombiano en mayores, en el puesto 31, mientras que Paula Patiño entre las damas, quedó de 28.

Es cierto que el perfil de la cita orbital se asemeja al de las carreras clásicas de un día, propias del calendario World Tour, cuyas características nunca han favorecido a los corredores colombianos. Sin embargo, eso no tiene por qué eximir a nuestros quipos de una preparación adecuada, solamente incrementa el grado de dificultad. Este fue el noveno Mundial en el que Colombia acude bajo la batuta de Carlos Mario Jaramillo como técnico.

Le invitamos a conocer: ¿A qué jugamos?: La identidad de fútbol colombiano

Una generación en la que a nivel profesional los pedalistas colombianos obtuvieron un Tour de Francia, dos Giros de Italia y una Vuelta a España, mientras que en cuanto a mundiales solo se obtuvieron tres top-10 en las diferentes categorías. En los juveniles, desde 2019 Colombia no coloca un corredor entre los 10 mejores del Tour de L’Avenir, cuando Jhojan García fue octavo. En esta edición del Mundial, una de las grandes expectativas fue Juan Manuel Barboza, campeón nacional y panamericano de contrarreloj. Si bien es cierto que era demasiado ambiciosos pensar en un podio en la contrarreloj individual sub-23, un top-10 no hubiera sido descabellado. Sin embargo, un desperfecto mecánico lo dejó corriendo gran parte del trazado con su llanta trasera frenada.

Esa parece haber sido la imagen de Colombia en el Mundial. Aunque los mecánicos del equipo nacional trataron de arreglarla, la bicicleta, propiedad del corredor, seguía averiada. Barboza insistía en correr con ella aunque el técnico le ofrecía cambiar a una de ruta. Un desentendimiento total entre directivas y corredor, no se refleja una autoridad a la que obedezca.

Le puede interesar: Génesis: buscando la identidad perdida del fútbol colombiano

“De pronto, la ansiedad, es su primer mundial. Él (Barboza) quiere hacerlo muy bien. Te nubla la cabeza, no te deja pensar. En el momento decisivo era parar y cambiar de bicicleta. Llevar tanto material a Australia es algo que económicamente es fuerte. Cuando nosotros viajamos y hacemos un exceso de equipaje, llevar dos o tres bicicletas más requiere unos cinco o seis millones de pesos más por persona. Aquí en Colombia todos los equipos tienen una bicicleta de crono y si tienes que hacer el cambio te la van a hacer por la de ruta, porque no hay dos bicicletas de crono”, afirma Rocío Parrado, DT del equipo femenino GW Shimano.

“Se unen muchos factores. La decisión del ciclista, la decisión de la parte técnica y cómo enfrentar una situación de esas. De pronto aclararle al deportista o darle la sensación de tranquilidad para que él tome unas buenas decisiones”, continúa.

En la parte humana cada convocatoria de mayores se convirtió en ver llamados de los corredores que lleguen con mejores piernas siempre y cuando los equipos presten a los corredores. De allí, se volvió un calco cada año de pedalistas que van por su cuenta, sin un norte y corriendo con miras a hacer cada uno su carrera. No se ha visto sobre la carretera, año tras año, un plan, un trabajo según las características de los corredores o en favor de un líder.

En este 2022 no estuvieron ni Fabio Duarte ni Daniel Felipe Martínez por decisión de los equipos, mientras que en la rama femenina solo se utilizaron cuatro de los cinco cupos disponibles. El técnico Jaramillo afirmó en Caracol Radio antes de la competencia que llevaba los cupos femeninos que se le permitían, lo cual deja espacio a la pregunta: ¿no tenía conocimiento de los cupos?

Como esta, se vieron más decisiones poco entendibles, como el viaje de la juvenil Paula Barrios, que estando convocada en Australia fue excluida de las pruebas contrarreloj por decisión técnica. Lo mismo ocurrió con el juvenil Diego Pescador. Si los recursos de por sí ya son limitados, llevar corredores y no utilizarlos es un gasto innecesario de presupuesto. “Llevar una corredora y no ponerla a competir es algo que denigra la profesión de ciclista. Lo que uno quiere es competir”, afirma Parrado.

Cuando tienen que hablar, los corredores se muestran conformes y agradecen a la Federación y sus patrocinadores, pero los procesos de selecciones de ciclismo piden a gritos replantear todo el trabajo que se está haciendo, desde la raíz. Si el presupuesto es escaso, hay que buscar optimizarlo, con una cabeza, o varias (idealmente una para cada categoría) que estén en sintonía con el momento actual del pelotón mundial.

“El ciclismo es un deporte muy agresivo, ya no es como antes. Eso significa que tenemos que cambiar toda la parte de la base. No solo del deportista, sino la base administrativa y de dirección”, concluye Parrado.