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Un año de bendiciones

A pesar de competir en un equipo modesto, que no había logrado mayores éxitos en la Indy Lights, el piloto colombiano logró el título de la categoría y una beca para estar presente en algunas competencias del campeonato 2015 de la Indycar, pues todavía falta presupuesto para asegurar toda la temporada.

Gabby Chavés
14 de diciembre de 2014 - 02:29 a. m.
Un año de bendiciones

Mi participación en el campeonato de la Indy Lights de este año estuvo llena de bendiciones, aunque tuve que afrontar situaciones bastante complicadas, pero afortunadamente con un final feliz, representado en el título de la serie.

A pesar de los resultados que presenté en 2013 no fue posible conseguir patrocinios por parte de la empresa privada del país y sólo conté con el apoyo de Coldeportes y Marca Colombia. Gracias a ellos pude reunir un presupuesto importante, pero insuficiente para obtener una silla en un equipo de primera línea.

Acepté el ofrecimiento de Belardi, equipo que nunca había ganado campeonatos, solamente un par de carreras, ni había hecho poles. Sin embargo, una vez firmado el acuerdo contrató un ingeniero que era de toda mi confianza y me arriesgué, sin muchas probabilidades, a competir contra los equipos grandes como Sam Schmidt Motorsports y Andretti, que contaban con los mejores pilotos, como el estadounidense Zach Veach, el australiano Matthew Brabham (campeón de la F2000 de Estados Unidos), el brasileño Luiz Razia (piloto de prueba de la F1, subcampeón de la GP2 y campeón de la F3 Suramericana), el inglés Jack Harvey (campeón de la Fórmula 3 Británica), el francés Alex Baron (campeón de la F4 Francesa) y el italiano Víctor Girelli (campeón de Auto GP).

En mi relación previa con el equipo y con el ingeniero logramos un buen acoplamiento y me empecé a sentir cómodo. Además, el equipo quería ganar el campeonato, los veía muy motivados, querían tener buenos resultados y confiaron en mí para lograr sus objetivos.

Inicié el campeonato con el pie derecho porque hice la pole en la primera carrera en el circuito callejero de San Petersburgo y me subí al podio con el segundo lugar. Ya en Long Beach le dimos la primera victoria al equipo Belardi, en uno de los circuitos más importantes de la temporada. Después seguí peleando carreras hasta que llegó una nueva victoria en Barber.

El triunfo más importante del año fue en las 100 millas de Indianápolis, en las que gané en una llegada espectacular muy promocionada por todos los medios de comunicación. Ese triunfo fue muy reconfortante, porque desde ahí asumí el liderato del campeonato y además logré superar los incidentes que había tenido 15 días antes en el circuito de Indianápolis, donde en la primera carrera se dañó el motor y para la segunda, por falta de presupuesto, solamente se logró conseguir uno alquilado, el cual tampoco funcionó, lo que ocasionó la pérdida de puntos importantes para la lucha por el título.

Ya en Pocono obtuve mi cuarta victoria. Allí terminé con una ventaja de más de nueve segundos sobre el inmediato competidor. En las siguientes carreras mantuve un ritmo muy fuerte, haciendo poles, vueltas rápidas y no me bajé del podio hasta la última fecha de dos carreras, a la cual llegué con una ventaja no muy amplia. La lucha final fue bastante dura, porque además tenía la desventaja de que mi equipo no contaba con más pilotos que ayudaran a la puesta a punto del carro, mientras que los otros equipos tenían información técnica importante de carreras anteriores, y con dos y hasta tres pilotos experimentados con quienes lograban muy pronto la puesta a punto ideal para obtener los mejores tiempos.

En la penúltima carrera, gracias a una estrategia de última hora, logré hacer la vuelta más rápida y me aseguré que con llegar segundo en la última competencia obtendría el campeonato, ya que empataba en puntos con el piloto de Sam Schmidt Motorsports, que puso todos los recursos disponibles para derrotarme y ganar el campeonato, pero yo tenía más segundos puestos ganados.

En esta última carrera, dado que no tenía el carro completamente confiable para ganarla, y era muy arriesgado intentarlo, mi estrategia fue la de conservar el segundo lugar, con lo cual pude coronarme campeón de la Indy Lights. Con este logro, importantísimo para el automovilismo colombiano, ya que otros pilotos lo habían intentado sin éxito, completé tres campeonatos en mi paso por esta disciplina: Skip Barber, Fórmula BMW Américas y finalmente la Indy Lights.

El título me da derecho a una beca que cubre parte de la temporada de la Indy Car, pero por ahora no tengo nada concreto. Estoy esperando el apoyo de las empresas colombianas para lograr este sueño de tener un asiento en la máxima categoría de autos fórmulas en América para el 2015.

Agradezco a todos los fans por el apoyo durante el año, porque cada una de sus palabras se convirtieron en una motivación más para conseguir el título. Espero seguir brindándole muchos triunfos a Colombia y llegar a ser campeón de la Indycar.

Por Gabby Chavés

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