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Adonde quiera que van se roban las miradas. Cimarrones de Chocó es uno de los equipos más queridos del baloncesto nacional. Hace un año, en contra de todos los pronósticos, se coronaron campeones de la liga local. Fue el segundo título en su corta historia, esa que nació en octubre de 2013 de la mano de Édgar Moreno, quien con el paso de los años se convirtió en el líder indiscutible de este quinteto que hace malabares año tras año para sobrevivir.
El problema más grande que tienen estos deportes es económico. Cuando no existe un patrocinador oficial se afecta la estabilidad de los clubes, debido a que cada año se arranca desde ceros. “En una ciudad como Quibdó es muy difícil conseguir financiamiento. Localmente vivimos de la taquilla y creo que ese apoyo constante que nos ha brindado el público ha sido fundamental para que podamos participar. Hemos buscado diferentes alternativas, pero lamentablemente creo que en otras ciudades tienen más opciones de empresas privadas o públicas”, le dijo Moreno, exjugador de este equipo, a El Espectador.
Por esta razón, cuando no existe un patrocinador oficial que financie el torneo, los clubes siguen sufriendo temporada tras temporada, razón por la que la Liga de Baloncesto de Colombia se debe adaptar a la situación que viven los equipos y se termina haciendo un torneo corto, pero viable, para que cada una de las escuadras tenga la posibilidad de comprometerse y cumplir con los pagos a los jugadores. Así se hizo este año: un campeonato de ocho quintetos dividido en dos conferencias, occidental y oriental.
La primera parte, que arranca este sábado, se extiende hasta el 3 de noviembre. Los cuatro mejores equipos jugarán semifinales, a cinco partidos. Y posteriormente, los ganadores de las llaves se enfrentarán en la final con el mismo formato. “Deportivamente no vende mucho, por lo corta que es, pero es una liga muy competitiva. Hay que empezar con pie derecho y ganar los juegos en casa porque clasifican dos por cada grupo y los objetivos de cada escuadra es poder estar en unos playoffs. Ya dentro de las semifinales, el torneo cambia. Hay oportunidades de pasar a una final si se tiene la ventaja de localía”, precisó Moreno.
Por eso la idea de Cimarrones es mantener siempre una buena nómina, con jugadores competitivos y disciplina. “Desde que comenzó el proyecto Cimarrones siempre hemos estado en semifinales. A raíz del recorrido de nuestros deportistas, que tienen un buen nombre a nivel nacional, eso ha servido para que la gente nos apoye en todas las regiones”, señaló el exbasquetbolista, quien está especializándose en Corea del Sur en administración deportiva. “Este año el equipo tuvo una reestructuración. Llegan tres refuerzos extranjeros muy buenos y una base que venían trabajando. Creo que viene una nueva generación excelente para potenciar el baloncesto chocoano”, añadió.
Con las uñas, pero también con el corazón, el equipo de Quibdó arranca una nueva participación en la Liga de Baloncesto de Colombia. Existe mucha ilusión para que la escuadra deportiva más popular de la región vuelva a sobresalir en el campeonato nacional. Por eso requieren el constante apoyo de sus seguidores, quienes se han convertido en una pieza fundamental para que el coliseo del Jardín se convierta en la caldera en la que Cimarrones es prácticamente un equipo invencible.
jdelahoz@elespectador.com