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Apenas habían pasado 34 segundos del enfrentamiento entre las universidades de Duke y Carolina Norte, el partido más esperado en el básquetbol estudiantil de la temporada 2018-2019, cuando Zion Williamson cayó al piso retorciéndose de dolor. La transmisión televisiva enfocó al expresidente Barack Obama que desde la primera fila gritaba “su zapato se rompió”. El jugador, que pesa 130 kilos y mide 2,01 metros, había intentado fintar a un defensa cuando su zapatilla explotó e hizo que su rodilla se torciera. Tuvo que abandonar de inmediato la duela ayudado por sus compañeros.
A la mañana siguiente, el 21 de febrero de 2019, los diagnósticos no eran alentadores: de acuerdo con Mike Krzyzewski, técnico de Duke, el jugador de primer año había sufrido un esguince de rodilla. La prensa deportiva prendió las alarmas. La lesión de Williamson podía posponer su llegada a la NBA; el mundo del baloncesto había apostado que Zion sería sí o sí la primera elección del draft de ese año. El jugador guardó silencio, pero allegados al deporte, entre ellos varios profesionales, señalaron a Nike, fabricante del zapato defectuoso, como culpable del infortunio. La marca perdió en un solo día cerca de 1.100 millones de dólares de su valor en los mercados.
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Al final, todo quedó en un mal susto. La lesión de Zion fue menos grave de lo que se pensaba y pudo llevar a los ‘Blue Devils’ hasta los cuartos de final del torneo de la NCAA. Su lectura de juego, poderío en la pintura, fiereza defensiva y clavadas demoledoras lo hicieron merecedor de más de 23 reconocimientos individuales, incluidos el de mejor novato y jugador de la conferencia ACC. La única temporada universitaria de Williamson fue de ensueño, las estadísticas así lo demuestran: lideró la NCAA en porcentaje de cestas de 2 puntos anotadas (0.747), en eficiencia (40.8), en efectividad (0.708) y estableció el récord de anotación en un solo partido para un jugador de primer año.
Una sola temporada bastó para que el fenómeno Zion Williamson enamorara a los medios de su país. El Wall Street Journal le pidió al físico de la universidad de Lynchburg que analizara el poderío de la estrella. Los resultados de los estudios arrojaron que la embestida de Zion a un defensa tenía el mismo efecto que ser atropellado por una camioneta tipo Jeep que va a 15 kilómetros por hora. Datos aún más sorprendentes si se tiene en cuenta que, según pruebas de ESPN, el jugador tiene un despegue en el salto de alrededor de 1,14 metros, una cifra dos centímetros menor que el mejor registro de todo el baloncesto universitario.
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Una estrella desde el colegio
Con tan solo teclear Zion Williamson en YouTube, aparecen varios videos de sus juegos en la época colegial con el equipo de la escuela diurna de Spartanburg en Carolina del Sur. De la mano de Zion, el equipo ganó tres títulos divisionales consecutivos, promediando 36 puntos, 12 rebotes, 3 robos, y 3,5 asistencias por juego. Sembraba miedo ante sus rivales. Su altura y peso lo hacía una máquina imparable de tapones y clavadas.
El nombre de Zion fue reconocido en todo Estados Unidos. Slam, principal revista de baloncesto en Norteamérica, lo tuvo en su portada y universidades con importantes programas deportivos -como Clemson, Duke, Kentucky, Carolina del Norte y Carolina del Sur- le ofrecieron becas varios años antes de que se graduara. El impacto mediático llegó a su punto más alto cuando el 20 de enero de 2018 la cadena deportiva ESPN transmitió el momento en que Williamson escogió a la universidad de Duke como su próximo escalón en su camino a la NBA. “Mike Krzyzewski es el técnico más grande de la historia del básquetbol colegial. Siento que voy a aprender mucho de él”, dijo el joven jugador en la rueda de prensa transmitida a nivel nacional.
La llegada del alero de poder a los ‘Blue Devils’ estuvo acompañada por R.J. Barret y Cam Reddish, dos jóvenes promesas que también fueron elegidas en los primeros 10 puestos del draft de la NBA del 2019. El trío dominó la conferencia de la ACC y clasificó a su equipo como segundo mejor de la nación en el torneo de la NCAA. Las primeras rondas fueron superadas sin problema por el quinteto dirigido por el ‘Coach K’, pero Duke no respondió al favoritismo y cayó en la ronda de los mejores 8 ante los Espartanos de Michigan State.
Una primera elección sin sorpresas
La lesión de rodilla y la derrota en cuartos de final pusieron en duda la llegada de Zion a la NBA en 2019. Allegados a la naciente estrella aseguraron que estaba pensando en volver el año siguiente a la universidad para ganar el torneo de la NCAA. No fue así. El 20 de junio, los New Orleans Pelicans escogieron en primera posición a Williamson.
Tras su elección, el jugador rompió en llanto y abrazó a su mamá, Sharonda Sampson, quien fue su primera entrenadora durante la primaria. “No sé qué decir. No pensé que estaría en esta posición. Mi mamá se sacrificó mucho por mí. No estaría aquí sin mi mamá. Ella hizo todo por mí. Solo quiero agradecerle a ella”, dijo el nuevo jugador de la NBA, quien luego agregó: “Es el entrenador más duro que tuve en toda mi carrera”.
Más allá de la emotividad, Zion llega con una fuerte presión a sus espaldas. Los medios y los fanáticos han llegado a equipararlo con LeBron James por su calidad y condición física. Sobre esta comparación, el ‘coach’ Carlos Morales, comentarista de básquetbol universitario y de la NBA en la cadena ESPN, comentó a El espectador que Williamson “entrando a la NBA comparte con LeBron la capacidad atlética impresionante, el físico imponente, lo inteligente que es para tomar decisiones en el juego y lo desprendido que es para pasar el balón y hacer la jugada correcta”. Morales añadió que, en comparación al primer año de ´King´James, Zion tiene un mejor tiro exterior.