El líder de la Vuelta a España, aseguró que a pesar del momento de debilidad que pasó en el ascenso a Formigal el pasado lunes, se siente "preparado para defender el maillot rojo" y que no se rinde en el objetivo de ganar la Vuelta por segunda vez.
Aunque admite cansancio por el hecho de haber corrido ya el Giro de Italia a tope y de hacer otra grande en la Vuelta, el "Tiburón" está listo para afrontar las duras etapas que se avecinan.
"Preparar dos grandes Vueltas en la temporada es siempre más difícil a nivel mental, eso supone un esfuerzo muy grande. De todas las formas quedan tres etapas decisivas y estoy preparado. No me rindo", dijo.
Nibali analizó cada una de las tres subidas que restan y señaló como rival número uno al estadounidense Chris Horner.