Opinión: A un pasito del título en el Tour de Francia

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Hace unos 33 o 34 años, cuando concluía uno de los Tour en los que brillaron Lucho Herrera y Fabio Parra, Germán Castro Caicedo me preguntó en los Campos Elíseos cuántos años faltaban para que un compatriota pudiera ganar la gran carrera francesa. Le respondí sin dudar en forma seca: 30 años. Al parecer me equivoqué por unos pocos años pues uno de los nuestros está muy, pero muy cerca, de llegar de amarillo a París, 36 años después de la épica primera y loca participación en la gran carrera francesa en 1.983.

(Nairo Quintana correrá en el Arkéa-Samsic, según su padre)

El colombiano que tiene en su corazón, en su cabeza, en sus pulmones y en sus piernas la mejor oportunidad de ganar este Tour no había nacido todavía. En esa década del 80 nuestros corredores ganaron etapas, títulos de montaña y de los jóvenes pero apenas pudieron terminar en el quinto lugar con Luis Herrera en el 85 y dieron un gran salto con Fabio Parra, tercero en el 87. Alvaro Mejía fue cuarto en el 93 y Santiago Botero cuarto en el 2.002. De esa posición apenas se pudo avanzar luego de una década con los dos segundos puestos de Nairo Quintana, en 2.013 y 2.015 y el también segundo lugar de Rigoberto Urán en 2.017, pero sin posibilidad alguna de doblegar a un líder tan sólido y firme como Chris Froome.

(Egan Bernal: "Mierda, estoy peleando el Tour de Francia")

Hoy, con dos etapas alpinas complicadísimas por delante todo hace pensar que los hoy ya reconocidos escarabajos tienen a su alcance el ansiado título, que el podio que se alzará entre el Arco del Triunfo y el Obelisco va a ser realidad, que el sueño de todo un país de ver a uno de sus muchachos vestido de amarillo en la avenida más hermosa del mundo está por cumplirse. Y no lo creemos solo nosotros, lo dijo ya el prestigioso diario inglés The Guardian y lo piensa el mismo Egan Bernal: "cuando iba bajando la verdad iba a tope, incluso casi me dan ganas de llorar, de decir mierda, estoy luchando el Tour de Francia".

Pocos creen que el actual líder, Julian Alaphilippe, resista los embates de Egan, Thomas y Pinot en las dos etapas cortas pero de alta montaña que faltan, ya que están decididos a darle una voltereta a las clasificaciones. En las últimas jornadas de montaña el francés ha mostrado que está al límite de sus fuerzas, al perder el paso del grupo de los líderes y, como él mismo lo aseguró, sabe que “su camiseta amarilla pende de un hilo”. Con los segundos que Egan le ha tomado a su compañero Gerain Thomas y al francés Tivot Pinot la victoria no está lejos. Aún más quizás tenga una ayuda adicional si Nairo Quintana sigue en la magnífica condición que mostró al ganar la etapa de este jueves pues puede ser el compañero ideal en un ataque en los 126 kilómetros que se correrán este viernes, en el que se encuentra la cima Henri Degrange, a 2.770 metros sobre el nivel del mar y así mismo en la fracción del sábado, de 130 kilómetros, que tiene la dura subida final a Val Thorens.

Por ahora es un sueño. Pero quizás de él despertemos todos los colombianos el domingo vestidos de amarillo porque puede ser la culminación de la epopeya másgloriosa de nuestros deportistas en toda su historia…