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La segunda semana del Tour de Francia arranca con tensión estratégica entre los favoritos. Tadej Pogacar, segundo en la general, Remco Evenepoel, tercero, y Jonas Vingegaard, cuarto, se preparan para tres etapas de alta montaña y una cronoescalada que podrían definir el destino del maillot amarillo.
Aunque Ben Healy lidera la clasificación, los tres favoritos saben que la verdadera pelea por París comienza ahora.
Pogacar ya demostró su buena forma
Pogacar llega confiado tras una sólida primera semana, a pesar de la baja de su escudero Joao Almeida. “Mis rivales están por detrás, son ellos los que tendrán que atacarnos”, aseguró el esloveno.
El triple campeón del Tour considera que su equipo ha demostrado solidez incluso en medio de dificultades. “Mostramos nuestra fortaleza pese a la baja de Joao y que Pavel Sivakov está un poco enfermo. Estamos listos para pelear en la montaña”, afirmó.
El defensor del título puso énfasis en la importancia de los próximos días: “Esta segunda semana será bastante decisiva. Habrá tres jornadas de alta montaña muy dura y una contrarreloj en medio. No serán días para grandes escapadas, será tan dura como cualquier otra semana”.
En particular, Pogacar apunta a la cronoescalada de Peyragudes como uno de los puntos claves para sus aspiraciones.
Evenepoel y Vingegaard quieren retar el favoritismo del mejor del mundo
Desde la tercera posición, Evenepoel ha optado por un enfoque más distendido. En la jornada de descanso en Toulouse, fue el único de los tres favoritos que ofreció rueda de prensa. “La explicación será porque así se recuperan mejor… o porque tienen un mejor jefe de prensa”, bromeó.
Sin embargo, el belga no perdió el enfoque. “El balance es bueno. Hemos ganado tres etapas con el equipo, soy tercero en la general y sigo con opciones”.
Evenepoel reconoció que Pogacar ha ganado “más tiempo del que esperábamos”. Sin embargo, se mostró optimista: “Podría haber sido peor”.
Ante la montaña, tiene clara su táctica: “Creo que les dejaré jugar. Cuando lancé mi ataque ayer, se quedaron quietos. Es buena señal. Nos conviene que se centren en los demás y no en nosotros”.
El belga, campeón de la Vuelta 2022, reiteró su ambición de competir con los mejores. “Pogacar y Vingegaard son mis referencias. Mi objetivo profesional es alcanzar al menos ese nivel. Para ganar una etapa, tendré que tener un día espectacular. Eso es algo que siempre hay que desear”.
En tanto, Jonas Vingegaard, cuarto en la general, también encuentra motivos para el optimismo. Aunque está a 1:17 de Pogacar, destacó su capacidad para mantenerse a su rueda al final de la décima etapa: “Ni hoy ni ningún día ha logrado soltarme. Estuve a su lado, algo que no fui capaz de hacer en el Dauphiné. Eso muestra que estoy a un mejor nivel”.
Ganador de las ediciones 2022 y 2023 del Tour, el danés confía en su forma física y en el trabajo de su equipo Visma. “Ha sido otra jornada difícil, con mucho calor, pero me he encontrado bien. Mi compañero Simon Yates ganó la etapa, lo cual también es una señal positiva para nosotros”.
El duelo entre Pogacar y Vingegaard parece reactivarse justo en el momento decisivo. Pero con Evenepoel a solo un minuto del esloveno y preparado para lanzar ataques, la segunda semana promete redefinir las posiciones.
Mientras tanto, el líder Ben Healy —ajeno a esta batalla de titanes— será observado con lupa, para ver cuánto puede resistir en la cima.
La etapa 11 de este miércoles, con salida y llegada en Toulouse, será el primer asalto. Con cinco puertos en los últimos 50 kilómetros y el explosivo muro de Pech David a solo ocho de meta, es una trampa perfecta para movimientos tácticos y sorpresas. El Tour está abierto.
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