A 77 kilómetros para el final de la etapa, Alberto Contador vivió un momento difícil. Una curva a la derecha hizo que hubiera una caída masiva dentro del pelotón principal. El mayor damnificado fue el pedalista español del Tinkoff. No solo porque perdió tiempo y tuvo que ser llevado por Rafal Majka y sus compañeros de equipo al lote, sino porque la caída le generó raspaduras en el hombro derecho y en la cadera.
Mientras el español intentaba conectar con el grupo, se le vio algunas muestras de dolor. Claro, son humanos. Pero esa enjundia que siempre lo ha caracterizado lo mantuvo en pie. Antes de pasar por el sprint intermedio en La Haye, ‘el pistolero’ fue atendido por la médica de la carrera. Ella se encargó de vendarle el hombro. Contador después se cambió las zapatillas y continuó adelante. Todo sobre la bicicleta.
Al final terminó dentro del grupo, pero por la caída final perdió tiempo con respecto a sus rivales, Nairo Quintana y Chris Froome. Los dos pedalistas se encuentran a 33 segundos del líder, mientras que el español no aparece ni siquiera dentro del top-50 -que está por encima de los 42 segundos-. “No es la mejor manera de empezar un Tour”, dijo tras su llegada.
“Tengo dolorida toda la parte derecha, está realmente tocada. Vamos a parar ahora un poco y a intentar valorar lo que hay. Posiblemente tenga que hacerme alguna placa”, comentó el ciclista del Tinkoff en Utha Beach. “En teoría era un día tranquilo, pero se te complica. Es un golpe considerable”, agregó el ciclista que apenas pudo atender a los medios porque se apresuró a ir a recibir cuidados al autobús del equipo.