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Sobre el calendario y la queja de Jaguares

Jorge Tovar
12 de enero de 2021 - 01:00 a. m.

El calendario del fútbol colombiano es un desorden. Dos campeones y un descenso anual, además de un torneo de reclasificación donde se mezclan los resultados del año. El interés en un torneo parte de su estructura. Pesa, por supuesto, el talento de los protagonistas. En eso escaseamos. Si además la organización es pobre, donde el aficionado debe estar pendiente de hasta tres tablas de clasificación, vamos mal.

En los últimos días Jaguares se ha quejado del calendario. La pandemia ha hecho reorganizar torneos a lo largo y ancho del planeta. Colombia no podía ser menos. Pero dado que maneja un desorden estructural, las consecuencias en la Liga colombiana pueden ser perversas.

Como consecuencia del COVID-19, el descenso que debía ser anual se aplazó para mediados de 2021. Es decir, si América quedó campeón en 2020, nadie perdió la categoría el año pasado. Pero los partidos jugados en 2020 sí suman para la tabla del descenso. Es ahí donde radica la queja de Jaguares.

Los equipos que luchan por mantener la categoría compiten, entonces, en un torneo aparte, más largo que el que disputaron equipos como América y Santa Fe, finalistas de 2020. Jaguares se queja de que tendrá que jugar partidos de visitante frente a rivales tan prestantes como Nacional o Medellín. Estos equipos, que se arman pensando en las primeras posiciones, representan un escollo mayor jugando en la capital antioqueña que si los traen al calor de Montería. Más preocupante aún es que deban jugar, nuevamente, de visitantes contra Chicó, rival directo por evadir el descenso.

Las quejas están sustentadas por varios estudios. El calendario puede tener diferentes efectos, muchos de ellos inesperados. Hay evidencia, por ejemplo, de que los partidos televisados de la Champions League impactan negativamente la asistencia en partidos de divisiones inferiores de Inglaterra. Otros trabajos han demostrado que la ventaja de local es menor en partidos jugados entre semana respecto a los de fin de semana. Otros, más relacionados, plantean cierta desventaja de los equipos menores en el partido siguiente a un partido contra los más fuertes de la Liga. Entre otras razones, por ello, en España e Inglaterra el calendario es asimétrico, es decir, el orden de los partidos en la segunda vuelta no siguen el orden de los de la primera.

En el caso colombiano es evidente el desbalance del sistema de torneo que generalmente se diseña. La primera parte suele ser un todos contra todos a una sola ronda. Jugar contra los mejores de local puede resultar contraproducente para clasificar entre los ocho. Asimismo, jugar de local en el segundo semestre contra los más débiles puede ayudar a obtener puntos vitales contra rivales directos. Cruzar torneos, como se hizo a raíz del coronavirus, parece la peor de las opciones. El fútbol en Colombia necesita una reestructuración general que le dé una imagen ordenada y limpia ante el consumidor. El calendario parece el punto obvio para arrancar.

 

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