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Echenique: “A veces me menosprecio, pero sé que lo que estoy haciendo es grande”

El colombiano, que hizo historia el jueves pasado al convertirse en el primer colombiano en jugar en la NBA, habló en rueda de prensa sobre su hazaña y lo que viene para su futuro.

Fernando Camilo Garzón
04 de enero de 2022 - 09:55 p. m.
Jaime Echenique antes del partido que los Wizards jugaron contra los Cavaliers.
Jaime Echenique antes del partido que los Wizards jugaron contra los Cavaliers.
Foto: Agencia AFP

Un día pasó: un colombiano llegó a la NBA. La lucha de décadas culminó en la gesta de Jaime Echenique, basquetbolista barranquillero que supo ser el primero en jugar en la liga de baloncesto más importante del mundo.

Echenique, a poco menos de una semana de la hazaña, se dispuso a atender a los medios de comunicación este martes. Habló del momento histórico, y de sus sensaciones, planes e ideas alrededor de lo que significa este logro inédito en la historia deportiva de Colombia.

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¿Cómo fue el día de su debut?

Pasaron muchas cosas que me voy a reservar. Tuve que esperar varias semanas para subir a la NBA por motivos personales. La noche anterior oré. Y le dije a Dios que él sabía porque estaba demorando tanto mi proceso. Al otro día llegué más tarde de lo normal, siempre llego a las siete, pero ese día me programaron en el segundo grupo de la mañana. Me demoré en alistarme y cuando iba a salir vi como 20 llamadas perdidas. Me llamó el manager del equipo, y no voy a decir lo que me dijo, pero me contó que había salido otro caso positivo en el equipo y que me necesitaban. Me fui rápido. Salí a las 8:30 y llegué en seis minutos, cuando me demoro siempre 15. Llegué, pasé el protocolo de covid-19 y ya después todo fue muy emocionante.

¿Y el partido? Le tocó marcar a Tacko Fall…

Con Tacko yo había jugado muchas veces en la Universidad. Siempre nos hemos enfrentado. Fue curioso, le dije a un compañero: “te apuesto a que meten a Tacko cuando yo entre”. Y así fue. Me dije: “Qué buena suerte, va a entrar el más grande y me toca marcarlo”. Al final, no me importó. Simplemente, lo disfruté.

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¿Se demoró mucho en llegar su debut?

A veces apuramos el proceso y siento que ahora di un gran paso. Yo controlo lo que puedo controlar. Me preocupo por el día a día.

¿Qué se siente entrenar con el primer equipo de los Wizards y cuáles son los pasos a seguir?

Yo entreno con los Wizards todos los días. Mi acercamiento con los Wizards no se dio a partir de este contrato. Ellos me siguen día a día porque yo entreno en el mismo centro deportivo. Los pasos a seguir son más de juego estructural, entender los espacios, saber dónde debo ubicarme. Aprender a jugar con las estrellas, con Beal y Kuzma, y no ocupar sus espacios. Siempre hablo con el entrenador y ellos me dan apoyo.

¿Diferencias entre la G-League y la NBA?

La diferencia es aprender a jugar con las superestrellas. En la G-League, y lo digo con humildad, soy uno de los referentes de mi equipo. Pero, cuando juegas en la NBA todo cambia. Tienes que ganarte la confianza y aceptar tu rol desde abajo.

¿Cómo es su día a día en la NBA?

El día a día es de entrenar todo el tiempo. Es de estar muchas horas en el gimnasio. De todas maneras, siempre he sido así. Hasta en la casa me la paso haciendo pesas. Paso seis o siete horas al día haciendo gimnasio, además de los entrenamientos.

¿Qué le han enseñado sus compañeros de equipo?

He aprendido a hablar con ellos y a reaccionar a las situaciones de juego. Estar en la cancha te permite observar cómo los jugadores resuelven las situaciones. Cómo manejan la energía. Yo hablo con ellos, me ayudan mucho y son muy abiertos. Tanto en la NBA como en la G-League.

¿Cómo se lleva con Wes Unseld, su entrenador?

El coach es un personaje. Es una persona muy influyente e inteligente a la hora de observar el juego. Hablamos mucho y analizamos acciones de juego. Él es muy perfeccionista y siempre está pendiente de las cosas que tengo que mejorar. Eso me gusta, es una fortuna haberme encontrado con un entrenador así.

¿Cuál ha sido la importancia de su familia en el proceso?

Mis papás siempre me acompañaron y estuvieron ahí para mí. Nunca me cortaron las alas y siempre me permitieron soñar. Tenerlos a ellos es lo más importante que me ha pasado.

¿Qué tanto cambió su carrera la lesión que lo afectó en la rodilla a inicios de 2021?

La vida nos pone pruebas para medir nuestra paciencia, pero no hay que mirar las cosas desde ese lado. ¿Si yo no me hubiese lesionado estaría mejor? Tal vez. ¿Estaría peor? Quién sabe. Lo importante no fue la lesión, sino haber superado ese obstáculo.

¿Por qué a los colombianos y a los latinos les cuesta tanto llegar a la NBA?

En mi proceso, cuando estaba en España, estaba teniendo una temporada muy buena. La noche del Draft estaba despierto porque estaba pendiente de varios equipos con los que tenía contacto. Sin embargo, me iban a ‘draftear’ muy abajo y eso no es bueno porque así perdía mis derechos deportivos. Y la razón por la que no me tenían en cuenta, según me dijeron los reclutadores, era porque era colombiano. Me decían que Colombia no tiene una liga de fundamento, una competencia fuerte. Colombia no tiene tradición de baloncesto, como si tiene Argentina y Brasil. Pero, no me molestó, es cierto. Colombia está muy detrás a nivel profesional. Es la verdad. Llegar hasta donde estoy no es fácil. Y a veces me menosprecio, pero sé que lo que estoy haciendo es importante para mucha gente. A veces no entiendo la magnitud de lo que se requiere para llegar hasta acá. Y eso es mucho entrenamiento. Hay jugadores muy buenos, pero muy pocos entrenamos lo suficiente para llegar hasta donde queremos.

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¿Cómo manejar la presión de ser el primer colombiano en la NBA?

Jamás he sentido ese peso. Me da igual ser el primero. No me doy cuenta de esas cosas. No sé qué tan grande es. Eso sería alimentar algo que no hace parte de mi esencia y mi personalidad. Yo hago lo que sé. Si Colombia lo celebra está bien, pero sé que todavía me queda mucho, que viene algo más grande. Este es un inicio. Ojalá los que vienen detrás puedan ver que con mucho esfuerzo se puede llegar, pero jamás me cargo el peso. No me interesa ser el primero ni el segundo. Me importa que mis padres se sientan orgullosos y ser la mejor versión de mi mismo. Todo me lo gozo. Disfruto los días difíciles y los días felices.

Colombia se alegró mucho por su triunfo…

Obviamente, entiendo la alegría. Es como cuando Mariana Pajón ganó la medalla de oro o cuando lo hizo Caterine Ibargüen. Son logros que uno comparte y siente como propios. Uno sabe el sacrificio que hay detrás. Cuando sabes lo que cada uno tuvo que pasar, eso genera empatía. Para mi hay otras cosas en la vida más importantes, diferentes a que yo sea el centro de la atención. Yo me alegro de lo que pasa. Amo a Colombia y amo a mi país. Siempre le digo a mis amigos que Colombia es hermoso porque lo celebramos todo. A veces demasiado, pero somos muy empáticos.

¿Por qué no lo hemos visto en la selección de Colombia?

Con la selección no se ha dado la oportunidad. Estoy en un momento en mi carrera en el que tengo otros objetivos. Ahora me importan otras cosas. Es decir, si me importa representar a mi país, pero muchas cosas, como el calendario, me impiden jugar en el equipo porque tengo que darle prioridad a otras cosas.

¿Qué es lo más importante de llegar a la NBA?

El sistema de juego es muy relevante. El ritmo de partido es muy diferente en la NBA. Eso es importante observarlo para saber cómo te vas a parar en la cancha. Además siempre le estoy preguntando a todo el mundo. Llegar a la NBA es un proceso y estoy aprovechando todo.

¿En qué tiene que mejorar individualmente?

Hay cosas que puedo trabajar, pero si no son beneficiosas para el equipo no vale la pena. Tengo que mejorar lo que me permita entrar a la rotación del equipo en el que esté. Yo trabajo en lo que los entrenadores me piden, pero siempre intento mejorar. Siempre he sido así en mi carrera. Si me tocara jugar contra mi mismo, me destrozo. Me como al otro.

¿Qué puede hacer para jugar más minutos?

Yo solo espero que mi nombre sea llamado y que me pongan en la cancha. No necesito más, no puedo controlar más. Es un proceso. En la liga de verano empecé de a poco y me gané mi puesto. Yo cumplo mi papel y espero a que me llamen para hacerlo lo mejor que pueda.

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¿Qué viene?

Pienso en el día a día, pensar una semana adelante ya es demasiado. Pienso en lo que necesito para mejorar mañana. Por eso creo que estoy donde estoy. Cuando uno se fija en el resultado no disfruta. ¿Qué viene? No sé. Depende de Dios, lo dejo en sus manos. Yo me dedicaré a trabajar. Y mi mensaje siempre será el mismo: vale la pena soñar.

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