América de Cali y 90 años entre lágrimas y gloria

Pasaron 52 años desde su fundación para que América de Cali ganara su primera estrella. El club nació en el colegio Santa Librada, de Cali, en 1918; prosiguió con partidos que disputaban jóvenes trabajadores en la cancha de Galilea, pero su fundación oficial se remonta al 13 de febrero de 1927, hace 90 años. Sin embargo, su gran historia se empezó a forjar con el título de 1979. “Aquel 19”, como dice la canción que emociona a los hinchas escarlatas, será eterno en el legado rojo. (Lea también: Las alegrías de Cristian Martínez Borja, delantero del América)

Antes de ese año los fracasos envolvieron la cotidianidad roja. Los títulos no llegaban y se culpaba a Benjamín Urrea, “Garabato”, quien maldijo al club prometiendo que nunca sería campeón, después de que los otros directivos decidieran profesionalizar al equipo. Tal fue la desesperación de los escarlatas, que en 1979 los dirigentes de ese entonces y Urrea firmaron un documento en el marco de una misa en el estadio Pascual Guerrero en el que se decretaba el fin de la maldición. Curiosamente ese año América puede, al fin, gritar ¡Campeón! (Video: Referentes del América hablan sobre su regreso a la A)

El sufrimiento cesó y llegó la gloria en los años ochenta. El elenco rojo, el único equipo que ha conseguido cinco títulos del balompié nacional de manera consecutiva. De 1982 a 1986 dominó la pelota en Colombia con el talento de Falcioni, Gareca, Gónzalez Aquino, Battaglia, “La Fiera” Cáceres, Willington Ortiz, Antony de Ávila, César Cueto, Cabañas, y otros tantos históricos del América. (América volvió a sonreír: derrotó 3-1 al Júnior)

En dicha década la Copa Libertadores se escapó en tres oportunidades de las manos escarlatas. En el 1985, contra Argentinos Juniors; en el 86, frente a River Plate, y en 1987, la más dolorosa, ante Peñarol, cuando a falta de siete segundos para terminar la final Diego Aguirre borró las sonrisas americanas y desató las lágrimas. Ese fue uno de los escasos objetivos que no alcanzó el entrenador Gabriel Ochoa Uribe. (Pruebe qué tan hincha es de América de Cali)

En la década del 90 América siguió levantando trofeos. La obsesión de la Libertadores es desbordante. Por eso, de la mano de Diego Edison Umaña, en 1996, el club vallecaucano intentó de nuevo levantarla. El rival en la final fue otra vez River Plate, cuadro argentino que se coronó campeón gracias a la tremenda actuación de Hernán Crespo y del equipazo que dirigía Ramón Díaz. Cuatro finales y cero títulos, pero la historia continental tiene a América como uno de sus máximos protagonistas. (Los partidos para el recuerdo de América de Cali)

América tuvo una pequeña revancha internacional con el título de la Copa Merconorte en 1999. El nuevo siglo llegó plagado de alegrías para los rojos. Un tricampeonato entre 2000 y 2002, hacía creer que la escuadra seguiría dominando el fútbol nacional. No obstante, apareció una sequía de seis años. En 2008, bajo la dirección técnica de Umaña, llegó la estrella 13, la última gran alegría de los fanáticos de “La Mechita”. (También le puede interesar: “Tecla” Farías: el artífice del ascenso del América)

El club cayó en una crisis dirigencial y financiera que, como suele pasar, termina repercutiendo en lo deportivo, en lo que les interesa a los hinchas. A esos hinchas que el 17 de diciembre de 2011 vivieron su noche más triste, la del descenso, la de la incredulidad de que un enorme club jugaría en la segunda categoría. El trago amargo duró cinco años. Tras muchos intentos, Hernán Torres y su inteligencia calaron en un grupo de jugadores que querían ser los que devolvieran las cosas la normalidad. Así lo hicieron y retornaron al América a la primera división, el anterior 27 de noviembre.

La “A” vuelve a contar con una de las instituciones más importantes del país. Es donde América de Cali quería celebrar sus 90 años. Hoy lo hace porque la correcta gestión de su presidente, Tulio Gómez, lo permiten. Los festejó el sábado pasado con la victoria 3-1 sobre el Júnior de Barranquilla, con un estadio colmado de júbilo, con un Martínez Borja intratable y con la certeza de que las culpas se pagaron y de conocer cuál es el sendero apropiado de los éxitos.

Pasaron 52 años desde su fundación para que América de Cali ganara su primera estrella. El club nació en el colegio Santa Librada, de Cali, en 1918; prosiguió con partidos que disputaban jóvenes trabajadores en la cancha de Galilea, pero su fundación oficial se remonta al 13 de febrero de 1927, hace 90 años. Sin embargo, su gran historia se empezó a forjar con el título de 1979. “Aquel 19”, como dice la canción que emociona a los hinchas escarlatas, será eterno en el legado rojo. (Lea también: Las alegrías de Cristian Martínez Borja, delantero del América)

Antes de ese año los fracasos envolvieron la cotidianidad roja. Los títulos no llegaban y se culpaba a Benjamín Urrea, “Garabato”, quien maldijo al club prometiendo que nunca sería campeón, después de que los otros directivos decidieran profesionalizar al equipo. Tal fue la desesperación de los escarlatas, que en 1979 los dirigentes de ese entonces y Urrea firmaron un documento en el marco de una misa en el estadio Pascual Guerrero en el que se decretaba el fin de la maldición. Curiosamente ese año América puede, al fin, gritar ¡Campeón! (Video: Referentes del América hablan sobre su regreso a la A)

El sufrimiento cesó y llegó la gloria en los años ochenta. El elenco rojo, el único equipo que ha conseguido cinco títulos del balompié nacional de manera consecutiva. De 1982 a 1986 dominó la pelota en Colombia con el talento de Falcioni, Gareca, Gónzalez Aquino, Battaglia, “La Fiera” Cáceres, Willington Ortiz, Antony de Ávila, César Cueto, Cabañas, y otros tantos históricos del América. (América volvió a sonreír: derrotó 3-1 al Júnior)

En dicha década la Copa Libertadores se escapó en tres oportunidades de las manos escarlatas. En el 1985, contra Argentinos Juniors; en el 86, frente a River Plate, y en 1987, la más dolorosa, ante Peñarol, cuando a falta de siete segundos para terminar la final Diego Aguirre borró las sonrisas americanas y desató las lágrimas. Ese fue uno de los escasos objetivos que no alcanzó el entrenador Gabriel Ochoa Uribe. (Pruebe qué tan hincha es de América de Cali)

En la década del 90 América siguió levantando trofeos. La obsesión de la Libertadores es desbordante. Por eso, de la mano de Diego Edison Umaña, en 1996, el club vallecaucano intentó de nuevo levantarla. El rival en la final fue otra vez River Plate, cuadro argentino que se coronó campeón gracias a la tremenda actuación de Hernán Crespo y del equipazo que dirigía Ramón Díaz. Cuatro finales y cero títulos, pero la historia continental tiene a América como uno de sus máximos protagonistas. (Los partidos para el recuerdo de América de Cali)

América tuvo una pequeña revancha internacional con el título de la Copa Merconorte en 1999. El nuevo siglo llegó plagado de alegrías para los rojos. Un tricampeonato entre 2000 y 2002, hacía creer que la escuadra seguiría dominando el fútbol nacional. No obstante, apareció una sequía de seis años. En 2008, bajo la dirección técnica de Umaña, llegó la estrella 13, la última gran alegría de los fanáticos de “La Mechita”. (También le puede interesar: “Tecla” Farías: el artífice del ascenso del América)

El club cayó en una crisis dirigencial y financiera que, como suele pasar, termina repercutiendo en lo deportivo, en lo que les interesa a los hinchas. A esos hinchas que el 17 de diciembre de 2011 vivieron su noche más triste, la del descenso, la de la incredulidad de que un enorme club jugaría en la segunda categoría. El trago amargo duró cinco años. Tras muchos intentos, Hernán Torres y su inteligencia calaron en un grupo de jugadores que querían ser los que devolvieran las cosas la normalidad. Así lo hicieron y retornaron al América a la primera división, el anterior 27 de noviembre.

La “A” vuelve a contar con una de las instituciones más importantes del país. Es donde América de Cali quería celebrar sus 90 años. Hoy lo hace porque la correcta gestión de su presidente, Tulio Gómez, lo permiten. Los festejó el sábado pasado con la victoria 3-1 sobre el Júnior de Barranquilla, con un estadio colmado de júbilo, con un Martínez Borja intratable y con la certeza de que las culpas se pagaron y de conocer cuál es el sendero apropiado de los éxitos.