Andrés Ricaurte, administrador de dificultades

Su madurez y formación profesional han sido claves para soportar las duras críticas de los hinchas del Medellín. El volante antioqueño espera mostrar su mejor versión con el nuevo técnico, el paraguayo Aldo Bobadilla.

Sebastián Arenas
19 de septiembre de 2019 - 03:00 a. m.
Andrés Ricaurte, el hombre de las ideas en el Medellín. / Luis Benavides
Andrés Ricaurte, el hombre de las ideas en el Medellín. / Luis Benavides

El sueño de Andrés Ricaurte en el fútbol “es disfrutar. Es ser feliz cada día con lo que hacemos porque somos privilegiados de trabajar en lo que nos gusta hacer. Es una carrera corta y el tiempo pasa muy rápido”. Por eso, recalca, lo que le interesa es divertirse adentro de la cancha, mientras cumple con profesionalismo las responsabilidades que un club como el Deportivo Independiente Medellín demanda. No pierde ese espíritu aficionado, ese amor por la pelota que nace en la infancia, ese brillo que brota de sus ojos cuando ella va hacia él, cuando él ya está pensando en cómo tratarla de la mejor forma. (La historia de María José Rodríguez, la mejor en el Mundial de Bolos)

No obstante, los últimos días han estado colmados de dificultades para el número 10 del Poderoso. Las críticas lo han arreciado y los insultos lo han apuntado. En el reciente partido de Copa Águila ante Once Caldas, los hinchas del Medellín ingresaron un cartón en forma de nevera con el 10 de Ricaurte en él y la frase “pecho frío”. Así les han llamado a quienes tienen fría es la cabeza, a quienes tienen una claridad conceptual superior a la mayoría, a los que saben que el balón rueda más rápido y que el que debe correr es él. A los que en realidad juegan bien. A ellos, las culpas de un mal rendimiento colectivo.

“Siempre quiero progresar e intento que el presente sea el mejor. Siempre trato de mejorar las virtudes que tengo y corregir las debilidades para ser cada día más completo y crecer no solo en lo futbolístico sino también en lo personal”, le dijo Ricaurte a El Espectador. Él es consciente de que ese presente al que se refiere es complicado porque, a pesar de estar en semifinales de Copa Águila, en la Liga comenzaron bien, pero un par de semanas de malos resultados derivaron en la salida de Alexis Mendoza de la dirección técnica. “Hicieron ver una crisis donde no la hay. Tres partidos malos que hicieron dudar a la gente del proceso”.

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Independiente Medellín se encuentra parcialmente en la posición 14 de la tabla de posiciones de la Liga Águila con 13 puntos, a dos del octavo, el Deportes Tolima. Las opciones de clasificación a los cuadrangulares semifinales están intactas; las esperanzas de Andrés, aún más, tras el reciente triunfo 4-2 en cancha del Envigado. Y, además, porque él confía en sí mismo y en sus compañeros. Desmiente las versiones sobre una supuesta división con el goleador histórico del club, Germán Ezequiel Cano, y, junto a él, uniendo talentos y actitud, anhela que el Medellín y su gente sonría.

“Es totalmente falso eso que hablan. Si hay algo que ha caracterizado a este equipo desde que llegué, en enero de 2018, es que ha sido una familia, un equipo muy unido, hay mucho respeto entre todos los integrantes de la plantilla. Esos rumores son falsos, son de los que hay en redes sociales por parte de quienes quieren ganar interacción a través de mentiras. Tengo una muy buena relación con Germán; y no solo con él, con todo el grupo”, aseguró Ricaurte, quien también se refirió a la idea que busca implementar el nuevo entrenador, el paraguayo Aldo Bobadilla: “Ha estado trabajando en que el equipo sea muy ordenado y de a poquito está inculcando la metodología de él. Quiere que seamos un poquito más tácticos y con el balón le gustan las transiciones rápidas”. (Alexandre Guimarães: “Quiero darle al América la identidad que hace rato no tiene”)

En el equipo de Bobadilla también es titular Andrés Ricaurte, un deportista que ha dedicado su tiempo libre a estudiar. Hace una semana se graduó de Administrador de Empresas del Politécnico Gran Colombiano. “El futbolista tiene mucho tiempo libre. Solo que, a veces, lo invertimos mal. Yo opté por invertirlo en el aspecto académico y no me causo inconvenientes”, explicó el profesional que ahora desea hacer una maestría en Gerencia Deportiva. Él posee una visión de juego privilegiada, busca ampliar la de la vida. Las dificultades no lo detienen.

@SebasArenas10 (sarenas@elespectador.com)

Por Sebastián Arenas

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