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Un mantel blanco, cuatro micrófonos y detrás de ellos los tres máximos dirigentes del fútbol colombiano y el director de la Asociación de Futbolistas Profesionales. Ramón Jesurún, de la Federación; Jorge Perdomo, de Dimayor; Álvaro González Alzate, de Difútbol, y Carlos González Puche, de Acolfutpro. Una imagen poco común, pero que se hizo realidad después de que los dirigentes decidieran pensar en conjunto, en el fútbol y en quienes viven de este deporte. Luego de meses de discusiones, por fin se reglamentó la Cámara Nacional de Resolución de Conflictos, la cual se encargará de juzgar, en un principio, los asuntos relacionados con la indemnización por formación y la estabilidad contractual entre jugadores y clubes.
La CNRD estará integrada por árbitros, los encargados de impartir justicia. Su forma de trabajo será siempre con número impar, es decir, de acuerdo con el caso se establece si son uno, tres, cinco, siete o más, siempre con partes iguales. Si el caso es entre club profesional y jugador, será un abogado de Dimayor, otro de Acolfutpro y el tercero por sorteo, pero si el caso es aficionado, será un abogado de Difútbol, otro de Acolfutpro y el tercero por sorteo. Si deciden tener más, serán dos de cada parte y el quinto por sorteo, y así con números mayores.
Una larga historia
La implementación de la Cámara Nacional de Resolución de Disputas surgió del fallo T-550 de 2016 de una acción de tutela que fue seleccionada para revisión de una demanda impetrada por un club aficionado en contra de la Federación Colombiana de Fútbol, alegando la vulneración del derecho fundamental de acceso a la administración de justicia y el debido proceso. La decisión que adoptó la Corte Constitucional coincide con los objetivos incluidos en el acuerdo que a finales del 2017 formalizaron FIFA y Fifpro (Federación Internacional de Futbolistas Profesionales) con el propósito de mejorar la gobernanza del fútbol profesional en todo el mundo, el cual tiene como elemento fundamental la creación y puesta en marcha de las CNRD en todos sus países miembros.
Para poder adelantar este proceso fue necesario cambiar el patrón de autoridad que se mantuvo en nuestro fútbol desde sus inicios, en el que los directivos eran los únicos con capacidad indiscutida para, en ejercicio de su posición dominante, expedir, imponer y juzgar los reglamentos que regulaban esta actividad profesional.
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El primer antecedente en la solicitud de la CNRD por parte de los futbolistas profesionales a la dirigencia del fútbol se dio hace 14 años, con el nacimiento de Acolfutpro, y aunque en 2007 la FIFA ordenó su implementación, esta nunca se produjo. Posteriormente, en 2008, se expidió inconsultamente el reglamento de la CNRD por parte de la Federación colombiana, sin embargo, en ese momento se asumió que los representantes de los trabajadores debían acudir a su convocatoria para constituir este mecanismo de resolución de conflictos sin objetar ni formular observaciones sobre la regulación expedida, que no garantizaba su participación paritaria. Como resultado de esta posición, Acolfutro, a la cabeza de su director, Carlos González Puche, se negó en aquella época a designar los árbitros para que se pudiera conformar el tribunal.
Después de 10 años de discusiones, la Federación, liderada por Ramón Jesurún, buscó acercamientos con la asociación de futbolistas para sentarse a concertar la mejor opción y construir un mecanismo alternativo que permitiera resolver dentro del fútbol las diferencias, y que responda a las necesidades de clubes y futbolistas como instancia independiente, imparcial y eficaz, además de que sus fallos sean vinculantes y definitivos.