El cuerpo de Rincón llegó en las horas de la tarde del jueves 14 de abril a la ciudad portuaria, en donde una multitud de fanáticos acompañaron, en una caravana, al camión de bomberos que transportaba el ataúd. Los aficionados avanzaron junto al féretro por las calles de Buenaventura para llegar al coliseo Roberto Lozano Batalla, en donde se le rindió un especial homenaje.
La muerte de Freddy Rincón significa “tristeza” y también “esperanza” para la próxima generación, así lo expresó el obispo Rubén Darío Jaramillo Montoya, quien asistió al velorio de la ex estrella del mediocampo internacional. En el coliseo se montó un altar en nombre del “Coloso de Buenaventura” junto a la imagen de la camiseta con el recordado dorsal 19 de la Selección Colombia.
Admirado por su fortaleza física, potente pegada y calidad con el balón, Rincón murió poco antes de la medianoche en la ciudad de Cali, luego de batallar por tres días contra un “trauma craneoencefálico severo”. El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, decretó tres días de duelo y abrió las puertas del estadio Pascual Guerrero para que los aficionados se despidan el sábado 16 de abril de uno de los jugadores que marcó una época importante en la década de los 90 en el país.