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En apenas dos meses Santa Fe pasó del infierno a la gloria. Había sumado apenas dos puntos en sus primeros ocho partidos de la Liga Águila y afrontaba una profunda crisis deportiva. Eduardo Méndez, recién nombrado presidente, apostó por contratar al técnico tolimense Hárold Rivera para reemplazar al argentino Patricio Camps. Lo conocía bien, pues trabajaron juntos en el Unión Magdalena, con el que consiguieron el ascenso en 2018.
A esa movida se sumó, tal vez, la más importante: La hinchada cardenal, en vez protestar y quejarse por la situación, decidió respaldar al plantel con un histórico banderazo en el hotel de concentración, previo al partido contra Independiente Medellín, en El Campín. Eso se complementó al interior del plantel con charlas motivacionales y actividades de integración.
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Y el rumbo cambió. En los últimos 12 partidos Santa fe obtuvo nueve victorias y tres empates. No pierde desde el 25 de agosto. Ha marcado 21 goles y solamente ha recibido dos. De los ocho clasificados a los cuadrangulares es el que mejor llega futbolística y anímicamente.
Por eso, con los pies sobre la tierra, Rivera se permite soñar. Su trabajo y el de sus dirigidos le avalan el objetivo de ser campeón. “Vamos a lucharla, a entregarnos al ciento por ciento. Soñar con ser campeones es gratis. Debemos corregir cosas, pero creo que en este momento no somos menos que ningún equipo”, aseguró después del empate frente a Nacional, en la última fecha de la fase Todos contra Todos.
Con 32 puntos, el cuadro albirrojo terminó quinto, apenas a tres unidades de Nacional y América. ¿Un milagro? “No”, dice él. “Resultado del trabajo, de la confianza y la unión que ha adquirido este grupo. Vamos todos para el mismo lado”, asegura sin dejar de repetir constantemente que la afición jugó un papel fundamental en la recuperación del equipo: “A la gente le digo que nos sigan acompañando, que vamos a seguir sudando la camiseta”.
“De esta salimos juntos”, rezaban las pancartas de la gente en El Campín, por allá a comienzos de septiembre. Lo que no imaginaban ni los más optimistas es que llegarían tan lejos. “La cabalgata que hicimos fue impresionante, pasamos a rivales que parecían imposibles, pero lo que viene ahora es mejor, más complicado, pero mejor”.
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Por la final de la Copa Águila, entre Cali y Medellín, Rivera y sus muchachos, liderados por Fabián Sambueza, Maicol Balanta, Jefferson Duque, Leandro Castellanos y Andrés Pérez, tendrán una semana larga de descanso activo para preparar las finales. “Sinceramente creo que todavía podemos dar más, los muchachos están ilusionados y vamos a dar la pelea”, asegura el técnico, quien probablemente seguirá en el club para 2020, aunque el presidente Méndez había dicho estaría solamente hasta el final del torneo.