Júnior sufrió, pero venció a Pasto en el primer juego de la final

Sambueza (izqu.) y Teófilo Gutiérrez festejan tras el encuentro. / Júnior

Cuando iba a entrar a la cancha (para el segundo tiempo) se notó cuando Julio Comesaña le dijo: “pégale cuando puedas”. La indicación se debió por lo cerrado del partido, por lo organizado que tuvo Pasto durante gran parte del encuentro, con movimiento mecánicos, como un rebaño, en bloque. Todos para un lado, todos para el otro. Un planteamiento inteligente y eficiente de Alexis García, suficiente para contrarrestar y contener a Júnior.

Cumpliendo el pedido de su entrenador, Fabián Sambueza le pegó con potencia a la primera pelota que tuvo, a un rebote de un tiro de esquina. El balón, bien impactado, pegó en el suelo, luego en Gabriel Fuentes que estaba tirado en el piso sin seguir la jugada y eso desubicó a Neto Volpi, que cumplió con lanzarse aunque contener el remate estuviera fuera de su alcance.

Gol de Júnior y el Metropolitano, al unísono, generó un estruendo. El público despertó luego de 65 minutos de letargo, de ver cómo su equipo lo intentaba y fallaba, que no encontraba el espacio frente a la muralla nariñense.

Pero la anotación del argentino (los jueces se la terminaron dando a fuentes), que para los jugadores de Pasto fue inválida por una posición adelantada inexistente, no solo espabiló a la gente en la tribuna sino a los mismos futbolistas, pues el partido cambió y Pasto se abrió. Y la pelota corrió más rápido, de un lado a otro, y el visitante, antes calmado, tuvo que ir por el empate,  y dejó huecos.

Y Comesaña le pidió a los suyos que hicieran transiciones más rápidas, mientras García le decía a sus hombres que se calmaran, que mantuvieran lo que habían hecho, pues la diferencia era mínima pensado en el partido de vuelta de la próxima semana.

El primer partido de la final, enredado desde el pitazo final, se solucionó en favor de Júnior que dio el primer paso, que trajó lo más importante en este deporte: el gol. Sambueza modificó todo por esa vocación a atreverse y aunque en el registro no aparecerá como el anotador, sí será recordado como la figura en un duelo en el que la táctica, por momentos, le ganó a lo demás.

Ahora Pasto deberá preocuparse por remontar un marcador que no se ve tan lejano, y que por ahora mantiene con vida la ilusión de la segunda estrella así sea Júnior el que tenga la ventaja. Eso sí, en Bogotá, un lugar de condiciones similares a Ipiales (climáticas), pero muy lejos de casa.