La espera de Willington Ortiz por una pensión

Willington Ortiz contrató un equipo de abogados en octubre de 2017. / Óscar Pérez

Willington Ortiz solo necesitó tres camisetas para volverse una leyenda del fútbol colombiano. Quienes disfrutaron al verlo jugar en una cancha dicen que no hubo nunca un futbolista más grande, ni mejor, ni más completo que él. También cuentan los antiguos que si la vida hubiera tenido un poco de justicia, el viejo Willy debió irse al exterior y así deleitar al mundo entero con la inmensidad de su talento. (Lea la historia de Juan Pablo Segovia, defensor del América)

“Creo que así como Brasil despidió a su Rey Pelé y ha esperado tantos años para que surja otro igual, será muy difícil que el fútbol colombiano vuelva a tener a otro jugador tan grande como Willington Ortiz”, así de tajante fue Gabriel Ochoa Uribe el día del retiro de Willington, en 1989. Con la comparación con un grande del fútbol mundial fue como el médico y entrenador señaló lo que iba a ser la ausencia de un hombre que tristemente ahora pelea contra Millonarios, Cali y América, los clubes en los que se hizo leyenda, por el derecho a una pensión.

Willington los tiene demandados porque aunque durante 17 años les prestó sus servicios, nunca pagaron sus aportes para pensión y el sistema de seguridad social. Según el exdelantero tumaqueño, le faltan cotizar 50 semanas para adquirir su pensión por vejez. “Uno llega a una edad en la que busca su pensión como cualquier persona, ahí fue que me di cuenta de que los clubes en los que trabajé nunca pagaron mi seguridad social”, lamenta Ortiz.

Nacido en 1952,  debutó en el fútbol grande de Colombia en 1972 con Millonarios. Con la camiseta azul jugó 301 partidos, en los que anotó 90 goles. En el club embajador estuvo desde 1972 hasta 1978. Siete años en los que consiguió dos títulos. Luego pasó al Deportivo Cali, en donde estuvo tan solo dos temporadas, en las que disputó 113 juegos y marcó 44 goles. Su gran capacidad técnica, la velocidad que tenía, sobre todo al momento de definir o encarar a un defensa, lo pusieron siempre, desde que inició, como uno de los referentes de una época en el fútbol profesional en la que grandes jugadores nacionales y foráneos llegaron a los clubes del país. (Michele Pittacolo: del coma a campeón mundial)

Su tercer y último equipo fue el América de Cali, al que llegó en 1983. Disputó 169 partidos y anotó 50 goles vestido de rojo. Brilló en la Copa Libertadores y comenzó a gozar de un reconocimiento internacional que por llegar tarde en su carrera le impidió irse a jugar al exterior.  Con la camiseta escarlata logró cuatro títulos por el torneo local y tres subtítulos de la Copa Libertadores. Fueron los colores del cuadro rojo de Cali con los que se retiró del fútbol. Su último partido fue un 15 de marzo de 1989 frente a Nacional de Montevideo. Un amistoso que quedó 3-2 a favor del América y en el que Willington aportó uno de los goles.

“A los 20 minutos del primer tiempo Ampudia le puso un centro a Gareca, que desde la izquierda la cedió a Willy, y este de primera venció con un derechazo a Seré. El gol fue el punto máximo de la emoción”, así recordaba la crónica que este diario publicó el día siguiente rememorando el último gol de Ortiz como futbolista. Esa vez 26.249 personas fueron a decirle adiós a uno de los más grandes del fútbol nuestro.

“Pienso que brillé en una época y que ahora eso ya no vale. Los presidentes de los clubes en esa época eran distintos a los de hoy, pero sí creo que esa responsabilidad se la tienen que traspasar porque en público, así hayan cambiado de razón social, siguen siendo Millonarios, América y Cali. Los dirigentes tienen que ser responsables con sus obligaciones y así haya sido figura y haya brillado en lo que hacía, era un trabajador común y corriente, y merezco lo que estoy reclamando”, señala un hombre que en su carrera consiguió seis títulos, jugó 583 partidos y marcó 184 goles.

De los tres clubes demandados, Millonarios es el único que se ha pronunciado al respecto. Según el club embajador, lo que alega Willy no aplica con ellos, sino con la razón social que había antes de que Azul y Blanco S. A. existiera. Según César Ardila, Director de Comunicaciones del club embajador, Azul y Blanco no tiene por qué asumir los compromisos que esa corporación tenía con Willington o con otros jugadores. La razón social, que era el Club Deportivo Los Millonarios, es ahora Corporación 224. Willington decidió contratar a un abogado laborista, Alberto Hoyos Argüello, quien en octubre de 2017 radicó una reclamación formal y en marzo del año pasado la demanda.

A través del proceso judicial instaurado, será un juez de la República el que determine si Azul y Blanco S. A. o la Corporación 224, al igual que Cali y América, son responsables del pago de los aportes en pensiones al sistema de seguridad social de Willington Ortiz, quien contaría así con el número de semanas requeridas para acceder a su pensión de vejez. Willington, mientras tanto en su restaurante de comida del pacífico El Rincón del Viejo Willy espera que la justicia le reconozca los derechos que el fútbol le negó.