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Qué injusto que en el mejor partido de Millonarios, desde que reinició el torneo colombiano, dos errores arbitrales opaquen el trabajo del equipo de Alberto Gamero. Y seguramente de eso se hablará en los próximos días, del empujón que no fue penalti y de la mano que no fue en el área. Ambas acciones terminaron en gol del cuadro embajador y todo fue un empate con Deportes Tolima por 2-2.
Seguro no se recordará la buena actuación de Cristian Arango, lo compacto que estuvo Millonarios en sus líneas y el orden que dio al mediocampo Jhon Duque. Tampoco se dirá que el visitante tuvo más la pelota (57,1%) y más remates a portería. Mucho menos que cobró nueve tiros de esquina, contra dos de su rival, y que realizó más centros al área que Tolima.
Sí, son números, nada más, no goles. Pero las estadísticas sirven para hacerse una idea de lo que fue este Millonarios, tan diferente al del partido con Bucaramanga en Bogotá (0-0), y que de a poco se sacudió del dominio de un equipo que juega muy bien, con el que hay unanimidad en el elogio, pero que en esta oportunidad se fue apagando lentamente, paulatinamente.
Eso sí, también hay que reconocer que Tolima, el líder dela liga, juega al fútbol de una manera alegre, dinámica, y que sale jugando, que llega jugando y, lo más importante, que festeja los goles jugando. Un equipo pleno en recursos.
90+' Termina en empate el partido en el Manuel Murillo Toro ante Tolima.
— Millonarios FC (@MillosFCoficial) October 7, 2020
🟤🟡 2 - 2 🔵⚪️ pic.twitter.com/vo8Apw6dnG
Como por ejemplo las individualidades de Jamintón Campaz, la habilidad que tiene de pegarle bien con las dos piernas, y lo complicado que es marcarlo. Este martes, él abrió el marcador en el estadio Murillo Toro con un remate seco de los que ya ha hecho muchas veces, un disparo de primera que, de haber sido otro el pie, hubiera ido a la tribuna.
De él también nació el tanto de Andréy Estupiñan, pues Campaz, entendiendo que la pelota siempre debe ir al vacío, realizó un cambio de frente para que su compañero corriera, le ganara en velocidad a los defensores de Millonarios- bastante lentos, por cierto- y venciera al portero Cristian Vargas.
Ya después vinieron las jugadas polémicas, las que empañan. Primero un choque leve que el central señaló como penalti (cobró muy bien Juan Pereira para el descuento) y una mano que no fue mano, o mejor, que sí fue mano, pero no en el área.
El árbitro Luis Trujillo la señaló con tanta seguridad que poca duda hubo sobre su veredicto. Ya la repetición aclararía todo: no era penalti. Cobro de Ayron del Valle y gol de Millonarios.
Los dirigidos por Alberto Gamero sumaron su séptimo empate en el torneo (solo Once Caldas y Deportivo Cali han igualado más) y con la nostalgia del buen trabajo y del mal resultado se alejan de a poco de los playoffs de la liga colombiana.