El Ángel de la guarda de Johan Wallens, arquero del Cali

Cuando se encontraba en el peor momento de su carrera deportiva, el arquero vallecaucano fue llevado a México por Miguel Calero, quien lo aconsejó y lo motivó. Su historia.

Sebastián Arenas
29 de agosto de 2019 - 11:42 a. m.
El portero caleño suma 704 minutos en lo que va de la Liga Águila. / Mauricio Alvarado
El portero caleño suma 704 minutos en lo que va de la Liga Águila. / Mauricio Alvarado

El fútbol quería que Johan Wallens triunfara en el Deportivo Cali. Parecía predestinado. Cuando apenas tenía cuatro años su padre lo inscribió en una escuela de fútbol que quedaba al lado del jardín donde él aprendía a leer y escribir. Pero la vida hizo que partiera hacia la academia del club verdiblanco luego de que un día entrenara con la categoría baby fútbol del Cali en el barrio Los Álamos. Desde ahí no quiso abandonar la institución. (Miguel Ángel López demostró que tiene con qué ganar la Vuelta a España)

El padre de Johan, el hombre que siempre estuvo detrás de cada uno de sus triunfos, habló con el técnico de dicha categoría y lo convenció para que observara las atajadas de su pequeño, un enamorado de la portería desde siempre. Él y ese amor fueron creciendo, los años pasando y los sueños aumentando. El primero, cómo no, debutar en primera división con el equipo al que siempre le ha entregado sus luchas.

Lo logró en el 2009, con solo 16 años y en unos cuadrangulares, sacando su arco invicto en un partido contra Envigado. Pero comenzaron a aparecer las dificultades. Los entrenadores del plantel profesional no contaron con el portero que llevaba porciones de arroz con leche a las prácticas para venderlas y mejorar su situación económica, y para complacer los antojos de Andrés Pérez, su mejor cliente.

Ante la poca continuidad, Wallens fue llevado por su suegro, Sergio Checho Angulo, exgoleador del Deportivo Cali, al Cortuluá, escuadra en la que no atajó mucho. Luego llegó la posibilidad de viajar a México, gracias a la intervención de otro histórico del club vallecaucano, a conocer otras formas de entrenamiento y abrir su mente a un panorama desconocido en el que la sorpresa se adueñó de él.

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Johan había tenido que parar sus actividades relacionadas con el fútbol por problemas familiares. Se encontraba estancado, triste y con las ilusiones en incógnita. Sin embargo, una muestra más de la grandeza de Miguel Ángel Calero (q.e.p.d.) las puso a transitar de nuevo en sus entrañas.

“Fui a Pachuca por intermedio de él, quien me ayudó a que me abrieran las puertas. No jugué, estuve entrenando todo el tiempo, pero fue una experiencia genial ver cómo manejan allá las divisiones menores y el plantel profesional, y disfrutar de la infraestructura que tienen alrededor del fútbol”, le contó Johan a El Espectador.

Calero, un ídolo en el club mexicano y que falleció el 4 de diciembre de 2012, aconsejó a Wallens, lo ayudó en su estancia en ese país y lo motivó para dar el doble de sí. “Cuando llegué, Miguel apenas estaba cogiendo el puesto de entrenador de arqueros y siempre trató de ayudarme. Me decía que debía prepararme y entrenarme a tope. Estaré eternamente agradecido con él”.

Y Johan regresó al Cali con la fuerza necesaria para romper cualquier obstáculo que se instalara en su sendero. Por eso no se amilanó a pesar de que el arquero titular era Faryd Mondragón y que fue cedido a Real Santander. No le vio inconveniente a tomar un nuevo aire en el Atlético F. C. y regresar al club verdiblanco a luchar el puesto con Camilo Vargas y Pablo Mina. Al final, triunfó.

Cuando culminaba el semestre anterior, aprovechó la ausencia de Vargas (que estaba en la Copa América), la oportunidad que le apareció tras la lesión de su amigo Mina y se adueñó de la difícil portería del cuadro caleño, también del cariño de la hinchada. “El profesor Pusineri siempre fue claro conmigo, y eso se lo agradezco. No obstante, le dije que estaba preparándome para responder el día que me necesitara”, concluyó el arquero, que desea proteger el arco de Boca Juniors y el Inter de Milán. Todo por su hija Valentina, su esposa Marcela y su ídolo y ángel de la guarda: Miguel Calero.

@SebasArenas10

Por Sebastián Arenas

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