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El fútbol es un estado de ánimo que requiere una dosis alta de despliegue físico, de correr, no más que la pelota, de moverse constantemente. Y si bien hubo espíritu en el estadio Centenario de Armenia, se notó que tanto Santa Fe como Júnior llegaron al juego de vuelta de los cuartos de final con cierto nivel de desgaste.
Y no era para menos: ambos comparten grupo en la Copa Libertadores, ambos jugaron con los mismos hombres que utilizaron durante la semana (contra River Plate y Fluminense, respectivamente), y a ambos se les vio con el deterioro de actuar cada tres días.
El partido, que por pasajes fue lento, se tornó frenético en el cierre debido a la necesidad del cuadro cardenal de descontar la desventaja (3-1 en contra en la ida). Pero no hubo buena definición, al menos para los jugadores cardenales que se estrellaron con Sebastián Viera o se frustraron por mandar el balón a la tribuna.
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Si bien Santa Fe tuvo la posesión en mayor porcentaje, no encontró espacios y Júnior, calmo y organizado, tocó, aceleró a veces, se resguardó. El trabajo, en gran medida, estaba hecho, solo era cuestión de ratificarlo.
Un cabezazo al palo y un remate a las manos de Viera fue lo más cerca que estuvo el equipo de Harold Rivera de abrir la cuenta, pero Viera no dio ventajas y, como es habitual, con su seguridad cerró su arco.
En la adición, Daniel Giraldo vio la segunda tarjeta amarilla por una falta sobre Luis Gonzáles y fue expulsado.
El tiempo se acabó y Amaranto Perea y sus jugadores festejaron el paso a semifinales, ronda en la que se chocarán con Millonarios por un cupo a la final.
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Eso sí, todavía queda un duelo entre estos clubes por el torneo internacional, partido que será el 25 de mayo con el club cardenal siendo local. Por ahora, de los cuatro encuentros, el saldo es favorable para Júnior que suma dos empates y una victoria.