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Ganar es el verbo que mejor conjuga el Santa Fe del técnico Hárold Rivera. Este domingo en el estadio de Techo, ante Equidad, consiguió su séptima victoria consecutiva y ascendió a la séptima posición en la tabla de la Liga Águila, una utopía hace apenas mes y medio.
Y es que el cuadro cardenal está pasando por la mejor racha de su historia. Nunca antes había conseguido siete triunfos en línea. Comenzó con el 1 de septiembre en El Campín, con el 2-0 sobre el Medellín. Después les ganó por la mínima diferencia a Millonarios y Once Caldas, goleó 3-0 a Envigado en casa y Jaguares a domicilio. Este semana venció 2-0 a Bucaramanga y ahora 3-0 a Equidad.
El rojo bogotano ha marcado 14 goles y no ha permitido ninguno en esas últimas presentaciones. En la tabla de posiciones pasó del último lugar, con dos puntos, al séptimo, con 23. Depende de sí mismo para avanzar a las finales y, por qué no, pelear el título. En las cinco fechas finales del Todos contra Todos enfrentará a Huila, Cali, Unión Magdalena, Millonarios y Nacional. De 15 puntos necesita hace siete para asegurar su clasificación.
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Este domingo, en Techo, Santa Fe volvió a ser el equipo confiable del último mes. No mostró fisuras en la defensa, liderada por Nicolás Hernández y Fáiner Torijano. Y cuando Equidad llegó con peligro, el arquero Leandro Castellanos respondió con eficiencia. Y de la mitad para arriba el cuadro albirrojo sigue demostrando practicidad y contundencia, con Daniel Giraldo y Fabián Sambueza en la creación, y Jefferson Duque, John Velásquez y Maicol Balanta en la definición.
En la primera parte fue un duelo parejo, sin muchas llegadas claras, pero a los 10 minutos del complemento Duque desequilibró. Aprovechó un pase de John Velásquez, ante un error grosero en la salida del defensa Danilo Arboleda, para vencer al golero Diego Novoa.
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Poco después Velásquez, en una acción individual, anotó el segundo. Y el resultado se selló con un autogol de Andrés Felipe Correa luego de una jugada por derecha de Maicol Balanta. Sus hinchas, bajo una inclememnte lluvia, celebraron a rabiar una nueva victoria y la confirmación del renacer del equipo, que hace mes y medio parecía condenado al decenso y hoy hasta sueña con la décima estrella.