El capitán de la selección surcoreana Son Heung-min, también jugador de Tottenham, fue el encargado de guiar a su país a la victoria en la final de los Juegos Asiáticos, este sábado ante Japón y, de paso, librarse de cumplir 21 meses de servicio militar obligatorio. Fue el quinto título para los surcoreanos que se impusieron 2-1 en un duro encuentro que se tuvo que ir hasta la prórroga.
En caso de victoria japonesa y de que los surcoreanos se hubieran quedado con la plata, la situación podría haber sido dramática para la carrera de Son, que está en el límite de edad y que debería haber tenido que efectuar su servicio militar, algo obligatorio para todos los hombres de Corea del Sur antes de llegar a los 28 años.
"Es el mejor día de mi vida. Estoy muy orgulloso de mis compañeros, lucharon durante 120 minutos. Pero sin el pueblo surcoreano apoyándonos, no podríamos haber ganado este torneo. La medalla de oro es el regalo que les podemos dar”, apuntó el futbolista.
Son Heung-min, de 26 años, llegó al Tottenham en 2015 y tiene contrato con el club de Londres hasta 2023. De hecho, le pidió a sus jefes que lo dejaran participar en este evento y así matar dos pájaros de un tiro: un triunfo importante y destacarse en un evento internacional lo que lo exonera de ir al Ejército.
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En 2014, Son había sido seleccionado para los Juegos Asiáticos, pero su club de entonces, el Bayer Leverkusen, se negó a dejarlo ir y eso que Corea del Sur se colgó el oro en aquella edición.
En los Juegos Olímpicos de Río 2016, sus lágrimas tras la derrota de su país ante Honduras en cuartos de final emocionaron a los espectadores y miles de compatriotas pidieron entonces que se permitiera a Son una nueva oportunidad de conseguir un gran título que tuviera como recompensa añadida la exención de tener que cumplir el servicio militar. Ahora por fin lo logró, pues según la ley si un ciudadano no se presenta podría ir a la cárcel.