Duván Zapata, el goleador colombiano de la Serie A

Con su doblete de ayer ante Juventus llegó a 49 anotaciones. Hace un par de semanas había superado el registro de Luis Fernando Muriel.

Redacción deportes
27 de diciembre de 2018 - 02:00 a. m.
 El delantero marcó los goles del Atalanta en el empate 2-2 ante la Juventus, por la fecha 18 de la Serie A. / EFE
El delantero marcó los goles del Atalanta en el empate 2-2 ante la Juventus, por la fecha 18 de la Serie A. / EFE

El primer gol importante de Duván Zapata llegó en el momento más duro de su vida y pasó inadvertido. Marcó el único tanto de Colombia ante México por los cuartos de final del Mundial Sub 20 que se jugó en nuestro país, en 2011. En un rechazo de uno de los centrales el balón cayó en la mitad del campo y Duván Zapata, aunque con poco espacio, no dudó en disparar al arco para el empate transitorio.

El juego terminó 3-1 y el equipo nacional quedó eliminado de esa Copa del Mundo. En ese plantel él era un simple actor de reparto, conmovido todavía por la muerte de su madre, Elsa, días antes del comienzo del torneo. (Lea también: Doblete de Duván Zapata en el empate de Atalanta ante Juventus)

Con ese gol la vida premió su persistencia, así como lo hace ahora con sus actuaciones en el Atalanta de Italia. Ayer anotó los goles en el empate 2-2 ante la Juventus y aumentó su registro como el colombiano que más veces ha marcado en la Serie A: ya lleva 49 anotaciones.

Criado entre cañaduzales

Las trochas son las que delimitan cada uno de los lotes de cañaduzales que adornan el paisaje de la vereda El Tamboral, en el municipio de Padilla, Cauca. Allí Duván comenzó a forjar un camino que ha sido marcado por la tragedia, la alegría y la desilusión.

Siendo un bebé, se lo llevaron sus padres, José Olíver y Elsa Cely, a vivir en el barrio Ciudad Córdoba, en Cali, a donde llegaron a buscar las oportunidades que el campo les negó. Claro que muchos días de su infancia los pasó en El Tamboral, a donde iban sin falta los fines de semana. De hecho, allí se hizo amigo de Cristian Zapata, el defensor del Milan de Italia. Ambos jugaban fútbol juntos en la única cancha de la vereda, iban a pescar al río, a chupar caña o a robar guayabas en las casas vecinas.

Pero a veces la violencia sirve como telón de fondo de la alegría. Célimo Banguero, tío de Duván, recuerda que cuando se oscurecía debía salir a buscar a su sobrino a la cancha de fútbol para que regresara a la casa, pues después de las 9:00 p.m. quitaban el servicio de luz para evitar que los grupos al margen de la ley utilizaran la electricidad en los invernaderos de coca en las montañas del Cauca. (Le puede interesar: Yerry Mina marcó su primer gol en Premier League)

Su camino en el fútbol lo marcó el América de Cali. Allí fue donde hacer goles comenzó a ser una costumbre. Sus cualidades y el apoyo incondicional de sus padres lo llevaron a destacarse en las divisiones menores del cuadro escarlata. Sus capacidades como delantero potente llamaron la atención de Luis Eduardo Gómez, quien lo recibió en la escuela de formación del club caleño. En ese momento era un joven corpulento, con buen juego aéreo, pero torpe en sus movimientos. Con el paso del tiempo mejoró y los goles comenzaron a llegar como algo natural.

En 2006, José Manuel el Willy Rodríguez lo ascendió a las reservas del América. A los 16 años ya medía 1,86 metros y jugando ante jóvenes de su edad marcaba mucha diferencia por su capacidad para definir con la misma destreza con perfil derecho o izquierdo. Dos años más tarde debutó en primera cuando Diego Édison Umaña le dio la oportunidad.

Antes de jugar el Mundial Sub 20 de 2011 Duván recibió el golpe más duro de su vida. Estaba concentrado en Cali con el equipo que era dirigido por Eduardo Lara, mientras que Elsa, su mamá, llegaba de un viaje de Santiago de Chile. Ella comenzó a sentir un fuerte dolor abdominal y tuvo dificultad para respirar. Fue a una clínica, no la atendieron a tiempo y, repentinamente, murió. A pesar del dolor, de no entender lo sucedido, Duván a sus 20 años no abandonó la concentración y disputó esa Copa del Mundo.

Después de los momentos más complicados no queda otra cosa que seguir construyendo una vida y ese chance se lo dio Argentina.

Pasó a jugar a Estudiantes de La Plata, club en el que anotó 22 goles en 46 partidos. Desde el equipo pincharrata dio el salto a Europa: Nápoli, Udinese y Sampdoria fueron los clubes por los que pasó y en los que logró figurar. Sus buenas actuaciones y goles lo llevaron a cumplir su sueño de niño.

El 23 de marzo de 2017 jugó ante Bolivia por primera vez con la selección de mayores en el estadio Metropolitano de Barranquilla. Pero el partido que le dio mayor relevancia en el equipo nacional fue en el empate 1-1 frente a Perú, que le significó a Colombia la clasificación al Mundial de Rusia 2018. Ese día hizo dupla en el ataque junto a Radamel Falcao García.

Pero cuando sus goles en Europa ponían su apellido entre los 23 que iban a estar en Rusia 2018, la vida lo volvió a golpear. El elegido por José Pékerman fue Luis Fernando Muriel. No quedaba otra que seguir trabajando en silencio.

Meses después el fútbol lo ha premiado. Con el Atalanta, un modesto equipo del norte de Italia, puso a temblar ayer al todopoderoso Juventus. Sus dos goles le estaban dando la victoria frente a un equipo que en 18 fechas no había perdido. Tanto fue el desespero de la Juve, que su técnico Maximiliano Allegri tuvo que mandar al campo de juego a Cristiano Ronaldo, quien fue suplente, para que evitara la caída. El partido terminó 2-2, pero Zapata llegó a 49 goles en la Serie A. Hace un par de semanas había superado a Luis Fernando Muriel, quien marcó 43, y se había convertido en el colombiano que más veces ha gritado gol en el aguerrido fútbol italiano. Duván ya no es un actor de reparto.

Por Redacción deportes

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