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Ya ni siquiera el cambio de esquema táctico parece funcionarle al Mónaco de Radamel Falcao García. Tampoco los modificaciones que realiza Leonardo Jardim desde el banco, mucho menos poner un hombre para que acompañe en punta al delantero colombiano. El club del Principado no marca y, por ende, no gana. Esta vez, el Saint-Étienne fue el encargado de mostrar lo vulnerable que es el conjunto monegasco que cayó 2-0 en el inicio de la octava jornada de la liga de Francia.
Como ha sido la constante, Mónaco jugó desorganizado y las pocas opciones que construyó no fueron tan claras para que El Tigre definiera. De hecho, el samario tuvo que salirse varias veces del área para tener contacto con la pelota y entrar en la dinámica de juego, para no quedar aislado, para hacerse presente en medio de una zaga que no tuvo muchos problemas para controlarlo.
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Y así se fueron los minutos de vehemencia y de entrega, también de paciencia, y el equipo local tomó el control, hizo que su rival se desgastara y anotó en dos oportunidades (Wahbi Khazri marcó doblete) para agudizar la crisis del club que en la temporada 2016-2017 se interpuso en el monopolio que el PSG ha impuesto en Francia.
Ocho encuentros disputados, apenas uno ganado, tres empatados y cuatro partidos, el balance hasta el momento de una escuadra que comenzó con el objetivo de pelear el título del torneo local y que ahora deberá luchar por no perder la categoría.
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Las estadísticas siguen corroborando lo mal que la pasa Jardim y sus dirigidos: 30% de la posesión de la pelota, apenas siete remates a portería en los 90 minutos y solo tres tiros de esquina, sin contar la efectividad de los duelos ganados (42%).
Ahora, Mónaco deberá organizar todo de nuevo para el desafío que se viene esta semana: Borussia Dortmund por la Champions League (el próximo 3 de octubre en Alemania).