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Eliminatorias 2022: tenemos que creérnosla

Debemos dimensionar lo que es esta selección Colombia. Tenemos la mejor plantilla del continente tras la de Brasil y Argentina. No es normal que esto suceda.

Manuel Rodríguez Lloreda, especial para El Espectador
15 de octubre de 2020 - 10:39 p. m.
James Rodríguez celebra el gol de Falcao que dio el empate a la selección Colombia a Chile en la segunda fecha de la eliminatoria para el Mundial Catar 2022.
James Rodríguez celebra el gol de Falcao que dio el empate a la selección Colombia a Chile en la segunda fecha de la eliminatoria para el Mundial Catar 2022.
Foto: EFE/Claudio Reyes

Cerró la primera doble-fecha de eliminatorias y podemos decir que, salvo la victoria de Ecuador sobre Uruguay, sucedió absolutamente todo lo que esperábamos. Estos primeros diez partidos nos comprobaron que, por extraño que parezca, en el fútbol a veces sí se da la lógica. A veces sí se cumplen las predicciones, a veces sí ganan los mejores.

Ganaron sus dos partidos Brasil y Argentina (si bien a Messi y compañía les costó, y mucho). Colombia tuvo una buena fecha, hizo cuatro puntos. Uruguay, como siempre, ganó su partido de local. Chile fue de nuevo irregular (lleva así desde que llegó Rueda), Paraguay mostró algo de mejora —pues es el equipo que más se ha preparado para esta eliminatoria—, Perú sigue siendo impredecible, y Venezuela y Bolivia son los mismos de la eliminatoria anterior: el sueño de ir al mundial se les acabará pronto.

Algo más nos dejaron estas primeras dos rondas: casi ninguno de los equipos está totalmente bien. Uruguay se vio bastante perdido, a pesar de que derrotó a Chile. Chile sigue sin encontrar un estilo. Argentina fue un desastre de local —se encontró con la victoria frente a Ecuador a través de un penal. Venezuela sigue hundido y Perú, en un limbo eterno de inconsistencia. Se notó —y mucho— la falta de continuidad de las selecciones, el hecho que llevaban más de un año sin jugar. Era apenas normal. Tal vez Colombia estuvo un poco mejor, Brasil cumplió expectativas, y Ecuador indudablemente sorprendió.

Hay una sensación adicional que queda tras esta semana de juegos, sin embargo, y es que debemos dimensionar un poco lo que es esta selección Colombia. Debemos caer en cuenta de la cantidad de talento que hay actualmente en el equipo nacional. Tenemos la mejor plantilla del continente tras la de Brasil y Argentina. No es normal que esto suceda, lo sabemos bien. Nos habíamos venido acostumbrando (pre-Mundial 2014) a competir codo a codo con Ecuador y Perú y Venezuela, a verlos como iguales, como “rivales directos”. Enfrentar a Brasil, Uruguay y Argentina era un desafío insuperable. Ganarles, una hazaña inalcanzable. Incluso sacar un buen resultado de visita frente a Paraguay y Chile era mucho pedir. Han cambiado las cosas. Miramos a la cara a cualquiera en Sudamérica. No demos eso por sentado.

¿Qué significa esto? Pues en teoría no significa absolutamente nada. Los partidos no se ganan solos y tener talento no garantiza nada. Pero sí lo podemos ver de otra forma: los jugadores deben aprovechar, y como hinchas debemos disfrutar, porque muy bien sabemos que tener una selección tan plagada de talento de primer nivel es poco frecuente. Dolorosamente poco frecuente.

Hoy por hoy tenemos dos centrales titulares en la Premier League. Tenemos un “cinco” que optó por ir a Rusia pero podría jugar en cualquier equipo de Europa. Tenemos al mejor lateral derecho de la Serie A, al “diez” que encendió a Inglaterra, que tiene al Everton líder y fue nominado al mejor jugador de la liga del mes de septiembre. Tenemos, no uno, sino dos goleadores de la liga italiana, que además tienen chances reales de ser campeones esta temporada. Tenemos al goleador de la liga escocesa y al mejor número nueve de la historia del país, que no sólo aporta experiencia sino —todavía y siempre— goles. No es fácil digerir el potencial que tiene este equipo, pero si lo miramos objetivamente, con cabeza fría, esta es una generación dorada que puede no repetirse.

Colombia pudo llevarse los seis puntos en esta doble fecha. Tras 30 minutos de juego frente a Chile, más de uno creyó que el partido estaba ganado. La selección era absolutamente dominante en la cancha. Y es que se nota la calidad individual del equipo, y se nota el trabajo de Queiroz. Es evidente que hay con qué, que si Colombia quiere dominar a Chile, hoy por hoy, lo puede hacer. El haber empatado el martes, entonces, no necesariamente pasa por lo futbolístico.

Lo que más debe trabajar Queiroz es el tema mental y psicológico de este equipo. No es la primera vez que ante una situación adversa, ante un revés en el partido o una jugada inesperada que perjudica al equipo, los jugadores colapsan mentalmente. Fue exactamente lo que sucedió en Santiago. Tras el primer gol de Vidal —un penal de otro partido que Chile no mereció— Colombia se desconectó. A los cuatro minutos le remontaron el juego, y después de eso, al equipo le tomó al menos 30 minutos volver a meterse en el partido.

En fin, fue una excelente fecha en términos generales; empezamos bien. Pero los jugadores deben comprometerse a algo de cara a esta eliminatoria corta: tienen que creérsela. Si de aquí a Catar le vamos a ganar a Argentina y a Brasil, si le vamos a sacar puntos afuera a Perú y Uruguay, el primer paso es creer que podemos hacerlo. Porque con la plantilla actual se puede.

Será una eliminatoria durísima, sin duda, como siempre lo es. Podrán estar mal Venezuela y Bolivia, pero no es secreto que Perú ha crecido, Ecuador demostró que va a competir, y todos los partidos fuera de casa son duros, no obstante el rival. Así que la confianza debe ser vital. La certeza de que somos mejores, porque lo somos. La seguridad de que tenemos un equipo como nunca hemos tenido. Hay fútbol de sobra como para ir a Catar 2022. Ojalá lo acompañe una autoestima de equipo grande. Una mentalidad ganadora.

@manrodllo

Por Manuel Rodríguez Lloreda, especial para El Espectador

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Humarsa(21900)16 de octubre de 2020 - 05:27 a. m.
Hombre, por fin un comentario equilibrado. Rodriguez Lloreda, merece el elogio; rompió con el análisis tradicional, se apartó de lo soso y lo trivial. Cuando hablan los que saben, sobresale el narcisismo; en programas de radio-TV con tinte polémico, entre ex-jugadores y cronistas, resalta lo ridículo. En cambio F. Niembro si dijo: "gol de un cirujano". Sintonice hondaestereo.com y reflexionemos.
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