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No enamora, pero cumple. Saca provecho de sus individualidades. Paga las cruces de las lesiones de sus laterales estrella: Dani Alves y Marcelo, quien salió ayer entre lágrimas. Y su referente, Neymar Jr., más allá de sus lujos -tacos, bicicletas y amagues- no ha cumplido con las expectativas y ha pasado a ser un actor de reparto con Brasil, que aseguró su tiquete a octavos de final luego de vencer 2-0 a Serbia en la última fecha del Grupo E de Rusia 2018. (Vea nuestro especial sobre el Mundial de Rusia 2018)
Sin embargo, ha aparecido una nueva figura para los pentacampeones: Phillipe Coutinho. El volante del Barcelona se ha adueñado del mediocampo de Brasil y le ha dado ideas en ataque a los dirigidos por Tité, quien llegó a un invicto de 20 partidos oficiales con la verdeamarilla. No conocen la derrota desde que el entrenador de 57 años asumió el timón de la selección brasileña.
De su mano, tras el papelón en Brasil 2014 y las pálidas actuaciones en las Copa América 2015 y 2016, recuperaron su identidad. Volvió la profundidad por las bandas, el juego letal a un toque y el Jogo Bonito. (Lea: Neymar-Coutinho, una talentosa dupla que empezó a maravillar hace nueve años)
Su próximo rival será México, el lunes en Samara (9:00 a.m), una de las revelaciones de Rusia 2018 luego de clasificar en el grupo de la muerte tras imponerse ante Alemania en su debut.
De momento, la maquinaria brasileña no ha logrado sincronizar a todas sus figuras para tener un buen funcionamiento de equipo. Por fortuna han aparecido sus individualidades y sus virtudes en el juego aéreo. La misma fórmula que utilizaron en la victoria ante Serbia con tantos de Paulinho y Thiago Silva. (Puede leer: Casemiro es el sargento de la selección de Brasil)
Con los alemanes empacando maletas tras su sorpresiva eliminación, Brasil se ha quedado con el credencial de ser la máxima candidata para levantar la Copa del Mundo en Moscú el próximo 15 de julio. Sin embargo, si este Mundial ha dejado una conclusión es que no hay equipo lo suficientemente grande ni nación sumamente pequeña. Todo puede pasar.