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El Real Madrid enfrentó al Chelsea en su primer partido de UEFA Champions League femenina de esta temporada y no pudo encubrir sus inseguridades en el terreno de juego. El equipo merengue saltó al campo con la mirada determinada y decidida, pero el partido se volvió pesado en los momentos en los que no contaba con el control del balón; se les vio lentas, dubitativas y extremadamente laxas cuando las inglesas atacaban.
El equipo blanco venía con paso perfecto en la liga local hasta que tropezó de forma sorpresiva contra un vehemente Levante en el Alfredo Di Stefano, en un partido en que Linda Caicedo tuvo una participación individual superlativa pero insuficiente, marcando el único gol blanco, al inicio del segundo tiempo.
El equipo inglés llegó con un semblante más confiado y con un juego más estructurado y horizontal; habiendo cedido apenas 2 puntos en las 6 fechas jugadas de su liga; contra el Manchester City, en un partido onírico que logró componer tras un gol que construyó al minuto 96, con las puertas del estadio ya abriéndose para permitir la salida de los aficionados.
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Las blues, además, parecían completamente desprendidas de aquella derrota 4-0 frente al Barcelona en la final de la UEFA Champions League del 2021, y todas las jugadoras transmitían un deseo inexorable de reticencia.
Al minuto 10, Ann-Katrin Berger rechazó de forma infructuosa el ataque merengue con un famélico despeje, sin destino, que terminó cayendo en el medio del campo, donde, luego de un par de rebotes, Olga Carmona lanzó un remate fortísimo que logró colarse en la esquina derecha del arco del Chelsea, abriendo el marcador y nublando un poco las sensaciones sobre la cancha.
Las dirigidas por Emma Hayes enfrentaron un marcador adverso. Pero insistieron cada minuto del tiempo restante y lograron someter al equipo merengue de una forma tiránica y absoluta, con un dominio del balón de 61% y con un asedio insufrible, con 6 remates al arco contra 1 de las españolas, sometidas e inquietas, en su propio terreno del campo. Al final del primer tiempo todo estaba 1-1, con un gol al minuto 41 de Niamh Charles.
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Hasta el minuto 65 el Real Madrid no había tenido ningún tiro de esquina, mientras que el Chelsea había lanzado 7, y ese pequeño factor ejemplificaba perfectamente el papel que ambos equipos trataban de interpretar.
El Chelsea atacó todo el tiempo a las merengues y al minuto 74 logró por fin ponerse al frente en el marcador con un tanto de Samantha Kerr, que empezaba a dibujar la traducción justa del desempeño de las jugadoras en el campo; y poco a poco alejando al Real Madrid del difuso empate y de la imposible victoria.
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El resultado se mantuvo estático por unos instantes fugaces, pues al minuto 79 Olga Carmona marcó su segundo gol, fruto de un penalti inventado y sostenido por la falta de VAR en la competición. El videoarbitraje sería protagonista de nuevo al minuto 95, tras anularle un gol lícito al Chelsea, que tuvo que ahogar su frustración y su festejo; y conformarse con un empate injusto.
Linda Caicedo, por su parte, jugó un partido opaco y plomizo. La colombiana jugó 90 minutos pero nunca pudo marcar la diferencia, tocó el balón en contadas ocasiones, y sus pases fueron generalmente paralelos e infructuosos.
Sufrió, al igual que su equipo, la presión del equipo rival, y en las ocasiones en las que corrió con libertad lo hizo en absoluta soledad. El próximo partido del Real Madrid será contra el Barcelona el domingo 19 de noviembre, en un partido en el que luchará por alcanzar en puntos a su eterno rival.
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