El Sporting de Lisboa había empezado la liga con un caminar inestable, el ánimo de los directivos estaba irascible y el club respiraba un aire intranquilo y efervescente. En la sexta jornada, un joven Cristiano Ronaldo, entraba al área en velocidad, hacía su mítica bicicleta, enganchaba con su pierna derecha, lo suficiente para que su marcador abriera un espacio entre él y el arco, y remataba con potencia, para marcar su primer gol como profesional, hace 21 años.
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Luego se quitaba la camiseta, la lanzaba hacia la tribuna con furia y alzaba los brazos con euforia, ni él lograba imaginar lo que venía. Nadie lo hacía, ni su madre, ni sus hermanos, ni aquellos que lo veían desde las tribunas desoladas, ni sus compañeros de equipo, ni el fútbol, inerte, expectante.
La mirada del portugués ya demostraba vehemencia, altivez y orgullo. Sus pasos pesados retumbaban en el estadio mientras se acercaba hacia las gradas con una camisa blanca sin mangas que no llevaría por debajo años después al marcar el gol de la victoria frente al Atlético de Madrid en la final de la UEFA Champions League del 2016.
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Este viernes, María Dolores Dos Santos Aveiro no podía contener las lágrimas, que salían de sus ojos hinchados y entrecerrados por el reconocimiento que le hacían a su hijo, Cristiano Ronaldo, por sus 200 partidos con la selección de su país.
Así fue reconocido Cristiano Ronaldo en el Estadio do Dragão por alcanzar los 200 partidos con la selección de Portugal 🇵🇹. Acumula 123 goles en más de dos décadas defendiendo la camiseta de su país. Parte de la historia grande del deporte.pic.twitter.com/H0gEww22AV
— VarskySports (@VarskySports) October 13, 2023
Su madre, aplaudía en modo automático, con una sonrisa pícara e inteligible, trastornada por su llanto ineludible, al que se unían, en silencio respetuoso, con aplausos gemelos, su nieto mayor y su nuera.
Mientras en el campo, CR7, con expresión fría, recibía la ovación. Portugal se jugaba la clasificación a la Eurocopa 2024 contra Eslovaquia. El Comandante ya ha ganado una Eurocopa en 2016, y una UEFA Nations League en 2018. Sin Cristiano, Portugal solo había conseguido ir a seis torneos internacionales, tres Copas del Mundo y 3 Eurocopas, con él en el equipo, ya van 5 Mundiales y 3 Euros.
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Todos los partidos son importantes para el luso, que corrió cada pelota, y trató de alcanzar cada rebote, cada pequeña e inminente señal de gol. A la que finalmente alcanzó en dos ocasiones, bajo la lluvia estridente y entrometida que inundó el estadio sin ninguna consideración o remordimiento, ajena a la fiesta.
Ronaldo ha marcado 78 goles con la selección absoluta de Portugal, según Transfer Market, desde que cumplió los 30 años, eso es más que los máximos goleadores, a cualquier edad, en las selecciones de Alemania, Francia, Italia, Inglaterra, España, Países Bajos, Suecia, Croacia, Colombia, Uruguay etc.
Solo 13 selecciones nacionales tienen goleadores que han superado esta cifra, y muy pocos de ellos pueden aún seguir engrosando el número de anotaciones, entre ellos, Lionel Messi (Argentina), Sunil Chhetril (India), Robert Lewandowski (Polonia), Ali Makbhout (UAE), Romelu Lukaku (Bélgica) y Neymar Júnior (Brasil). Y la lista cambiará y la leyenda seguirá creciendo, porque Cristiano Ronaldo piensa seguir jugando, porque CR7 seguirá marcando goles, por motivación o por hastío.
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“El presidente de Porto me desafió a llegar a los 1.000 goles. Será difícil, pero veremos cómo estoy mental y físicamente. Primero hay que llegar a 900. Hay que pensar a corto plazo. Para los 1.000 son muchas piedras que romper, pero todo es posible”, confesaba el portugués escondiendo una risa nerviosa frente a las cámaras, en lo que dejaba entre ver un deseo enfermizo y genuino de alcanzar el número impensado, gigante, aún lejano.
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