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El volante colombiano Edwin Cardona no necesitó mucho tiempo para meterse en el corazón de la hinchada de Boca Juniors. Apenas un par de partidos bastaron para que el exjugador de Nacional, Santa Fe, Júnior y el Monterrey de México mostrara su talento.
Parecía que Buenos Aires era su lugar en el mundo y que sería un digno heredero de la camiseta azul y oro con el número 10 en la espalda que lucieron nada menos que Diego Armando Maradona y Juan Román Riquelme. (Lea también: Fervor, polémica y desazón marcaron la etapa de Edwin Cardona en Boca)
Pero el idilio apenas duró seis meses. A comienzos de este año una denuncia por violencia de género hizo que los vientos cambiaran. Como si estuviera predeterminado, las polémicas siempre han sido constantes en la carrera del futbolista paisa de 26 años de edad, quien deslumbró con su potente y precisa pegada en el Campeonato Sudamericano Sub-17 de Chile en 2009.
En enero, dos mujeres acusaron a Cardona y Wílmar Barrios de haberlas agredido en un apartamento ubicado en el exclusivo sector de Puerto Madero, en Buenos Aires. Según sus testimonios, los futbolistas, en alto estado de alicoramiento, las amenazaron con un cuchillo después de bailar con ellas.
El caso trascendió e hizo eco tanto en Argentina como en la prensa internacional, aunque semanas después las partes llegaron a un acuerdo extrajudicial. A mitad de año Boca Juniors fue campeón de la Superliga de Argentina y los colombianos celebraron con el plantel y fueron claves para la consecución del título. Sin embargo, Cardona se perdió el Mundial de Rusia 2018. El técnico José Pékerman prefirió llevar a James Rodríguez y Juan Fernando Quintero como creadores de juego.
Al volante definitivamente no se le dan las Copas del Mundo. También se había perdido las de categorías sub-17 y sub-20, a pesar de haber sido figura en las fases clasificatorias. Sintió ese golpe y en el segundo semestre del año ya no fue el mismo. En Boca dejó de ser determinante. El técnico Guillermo Barros Schelotto prefería a jugadores con más despliegue físico y capacidad de marca. Y además no tenía claro su futuro, pues su contrato iba apenas hasta diciembre y Boca no iba a comprar su contrato con el Monterrey, cercano a los ocho millones de dólares.
La salida de Cardona del club xeneize se selló con la final de la Copa Libertadores de América. En los dos duelos contra River Plate, en La Bombonera y el Satiago Bernabéu, el colombiano ni siquiera fue suplente, más allá de que actuó marcó en el torneo local. Y como sabía que se iba, la semana pasada se despidió de los hinchas a través de las redes sociales, mientras una buena cantidad de aficionados exigían por esa misma vía su permanencia y aseguraban que no fue bien tratado en el equipo. De azul y oro hizo 11 goles en 46 presentaciones.
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Este lunes, el Pachuca mexicano lo anunció como refuerzo para 2019. Será la tercera cara nueva del equipo dirigido por el español Paco Ayestarán, que incorporó antes al atacante chileno Víctor Dávila, del Necaxa, y el delantero argentino Ismael Sosa, de Tigres. El antioqueño jugó dos años y medio para los Rayados del Monterrey, entre 2015 y 2017, y en 102 partidos marcó 41 tantos.
Edwin Cardona debutó como profesional en Atlético Nacional, con el que ganó un título de Liga antes de irse a Santa Fe. En el club cardenal también celebró un campeonato y se fue a Júnior, por donde pasó sin pena ni gloria. Previamente a su transferencia a México volvió a ganar una estrella con el Nacional. Como profesional ha marcado 97 goles en 351 partidos y ha levantado cuatro trofeos. Tiene, además, 16 tantos en 48 presentaciones con selecciones de Colombia.
Pachuca, al que Cardona se une esta semana, arrancará su camino en el clausura 2019 el próximo 5 de enero como visitante, precisamente ante Monterrey. Debutará en casa en la segunda jornada, el 12 de enero, cuando reciba a los Gallos de Querétaro.
Los tuzos compartirán el grupo A en el torneo de Copa con Atlante, de la división de ascenso, y con los Xolos de Tijuana.
Habrá que ver si Cardona por fin puede consolidarse como titular y figura, pues condiciones tiene de sobra.