La caída del gigante asiático: el fracaso de la Superliga china
El Guangzhou F.C., equipo insignia de la época gloriosa del fútbol chino, descendió, y con él, el proyecto que ilusionó al país más poblado del mundo con convertirse en un referente del balompié.
Guangzhou F.C., conocido durante la mayor parte de la pasada década como el Guangzhou Evergrande, descendió esta semana a la segunda división tras caer 4 a 1 contra Changchun Yatai. El equipo, que llevó por varios años al gigante inmobiliario en su nombre, paso de la gloria continental al ostracismo en una sola década. De los éxitos deportivos y los fichajes multimillonarios solo quedó el recuerdo.
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Guangzhou F.C., conocido durante la mayor parte de la pasada década como el Guangzhou Evergrande, descendió esta semana a la segunda división tras caer 4 a 1 contra Changchun Yatai. El equipo, que llevó por varios años al gigante inmobiliario en su nombre, paso de la gloria continental al ostracismo en una sola década. De los éxitos deportivos y los fichajes multimillonarios solo quedó el recuerdo.
Al principio de la década pasada, China no era vista como un escenario atractivo para el fútbol. No era extravagante ver jugadores con algo de nombre por esas tierras, pero esos fichajes no llenaban titulares en occidente. Su fútbol no era visto como un escenario que potenciara talentos y se le consideraba de poca exigencia.
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En paralelo, esa fue la fecha en que el balompié chino cambió su chip. Venía de un escándalo, de escándalo relacionado con apuestas deportivas y presunto amaño de partidos y se metió de lleno en el fútbol con más dinero que planeación y auditoría. Las empresas más importantes del país adquirieron equipos y se metieron la mano en el bolsillo para atraer público. En 2011, el argentino Darío Conca fue transferido por un valor de 8 millones al Guangzhou y se convirtió en el séptimo futbolista mejor pagado del mundo.
La noticia fue un bombazo en el mundo del deporte. Seducidos por el dinero, estrellas del fútbol europeo compraron boletos rumbo a China para seguir con sus carreras. Entre varios movimientos que involucraron salarios, astronómicos. Didier Drogba y Nicolas Anelka, destacados delanteros del Chelsea, ficharon por el Shanghái Shenhua y mientras que el exbarcelonista Seydou Keita y Frédéric Kanouté firmaron con el Beijing Gouan.
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Entre 2011 y 2019, Guangzhou Evergrande ganó 8 de 9 ligas y a nivel internacional se coronó dos veces como campeón de Asia (2013 y 2015). Llegó a tener en su banquillo a estrategas ilustres como Marcello Lippi, Fabio Cannavaro y Luiz Felipe Scolari. El equipo era potencia en su zona y en sus filas contó con jugadores de la talla de Robinho, Paulinho, Alberto Gilardino y el colombiano Jackson Martínez.
La burbuja china alcanzó su zenit en 2016, cuando se convirtió en la liga de mayores egresos en el fútbol mundial, gastando un total de 388 millones de euros en jugadores en ese corto lapso. Ese gasto alarmó a las autoridades chinas por todo el capital saliente, por lo que introdujeron impuestos sobre transferencias y topes salariales, poco después.
Con las nuevas directrices, el Guangzhou FC tuvo que eliminar el ‘Evergrande’ de su nombre, pues fue una solicitud de la Asociación China de Fútbol (CFA), que quería usar nombres “neutrales”, que omitirían las referencias a los inversores y empresas propietarias de los equipos. Ese año, la crisis financiera china y los problemas del Grupo Evergrande provocaron el colapso financiero de la escuadra. Después de perder a varios jugadores clave, entre ellos todos los extranjeros, quedó inmerso en una crisis de resultados que derivó en su descenso.
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El equipo de Cantón no fue la única víctima de los cambios propuestos por la CFA. Otros clubes, financiados por empresas susceptibles a la influencia del gobierno chino, siguieron una ruta similar a la del Guangzhou F.C.. Recortaron sus gastos, las estrellas fueron dejando el barco poco a poco y su liga volvió a ser otra más del montón.
La cuota colombiana
Entre los futbolistas del medio local que fueron seducidos por el balompié chino destacan, además de Jackson Martínez, los volantes Giovanni Moreno y Juan Fernando Quintero.
El primero llegó a China en 2012, procedente del Racing de Argentina. Lo hizo en la época en que la 10 de la selección era suya. Militó en el Shanghai Shenhua, donde coincidió. Fredy Guarín, mundialista en 2014, compartió con el paisa un par de temporadas tras dejar el Inter de Milán.
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El también ‘10′ Juanfer Quintero duró poco en China. Poco más de un año vistió los colores del Shenzhen, con mucha burocracia de por medio que perjudicó su breve estancia por Asia.
Otros nombres relevantes del medio local que representaron al país en el gigante asiático fueron Freddy Montero, Carmelo Valencia, Róger Martínez y Harold Preciado.
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