Jhon Córdoba, el único colombiano en la Bundesliga

Este es el perfil del jugador de Hertha Berlín que recibió su primer llamado a la selección de Colombia

Camilo Amaya
16 de mayo de 2020 - 02:00 a. m.
El delantero de Hertha Berlín es el único en la Bundesliga.
El delantero de Hertha Berlín es el único en la Bundesliga.
Foto: FCF

Cuando era jugador de Granada, a Jhon Córdoba le preguntaron que qué era lo que más le gustaba hacer en vacaciones. “Ir a Istmina, en Chocó”. Quizá para él volver era -o sigue siendo-, buscar las mismas cosas, su gente, el río Atrato, la comida y el calor. La añoranza fue más grande cuando le pidieron que describiera el lugar donde nació.

Humedad y selva. Un paisaje único. Además, todos nos conocemos con todos”. Sus raíces están en la cadencia al hablar, en la sonrisa y hasta en la mirada que muchas veces sonríe por él. Y cuando hay un silencio invencible, por timidez, solo basta con nombrar la comida de su tierra para que Córdoba responda rápido y sin titubear. “La gastronomía es increíble. Se come muy bueno”.

También se suelta cuando le recuerdan los regaños de su mamá y con picardía dice que eran muchos, que “uf, qué montón”, que “me molestaba por el estudio a toda hora”, pero que cuando fue creciendo entendió que esas palabras se hacían necesarias porque le daba miedo que la vida lo atropellara, sobre todo si quería ser futbolista. “En un principio me escondía los guayos, pero después se dio cuenta de que era lo que quería hacer y me apoyó”.

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Hoy el verbo volver, que tantas veces ha usado Jhon para referenciar su regreso a las raíces, tiene otra connotación, otra nostalgia. Hoy todo se trata de volver, de que la Bundesliga entra en acción para dejar de lado el aislamiento, o bueno, para poner en práctica una nueva manera de jugar al fútbol en la que el principal rival trasciende la cancha y está en todas partes a toda hora. “En Alemania son muy disciplinados. El gobierno y toda la gente involucrada en el tema de la reactivación se toman las cosas muy en serio, y eso da confianza para arrancar de nuevo”. Córdoba sabe que el fútbol, perplejo por el coronavirus, ya no aguanta más tiempo quieto. Tampoco las personas comprometidas, sobre todo los jugadores. “Hubo momentos de ansiedad por saber qué iba a pasar. Pero pude ser paciente y traté de sacar provecho a todo esto para ser mejor persona”.

Además, durante estas tres semanas, Jhon procuró estar activo, ejercitarse, no comer de más y construir una rutina pensando en la pelota, pero sin tocar una. “Estoy como un avión, porque me he cuidado durante la para. Seguramente no será fácil volver a tomar ritmo de competencia, pero lo imagino más sencillo por cómo afronté estas tres semanas. Además, estuvimos casi un mes entrenando para que retomar no fuera tan complicado. Veremos si el plan sirvió”.

Volver nunca fue un problema

Volver nunca fue problema para Córdoba, ni siquiera cuando tenía 11 años y viajaba a Medellín para jugar y, por petición de su mamá, regresaba a casa los fines de semana. El hábito de recorrer 306 kilómetros cada ocho días, la carretera serpentina hasta Ciudad Bolívar y el desgaste de ir en un bus casi siempre lleno, no fue tan pesado para él como para su papá, Manuel Acisclo, que ya sabía de los pormenores que había que superar para ser futbolista, que se había acostumbrado a estar muy lejos de su familia para luego disfrutar de la cercanía. “Decidimos que me quedara en Medellín porque era más fácil para todos. El cansancio de estar vaya y venga no lo sientes cuando eres pequeño, pero pasa factura”.

A diferencia de lo que se cree, a Jhon nunca lo compararon con su papá. De pronto con su hermano Manuel Alexánder, el mayor de la casa. Y mientras que a su padre le decían El Triciclo por la regularidad con la que hacía bicicletas en cada partido, a Jhon le aplaudían la practicidad y sencillez escasa en niños de esa edad. Eso sí, la rapidez y la potencia eran las mismas. “Estilos diferentes y ahora caminos diferentes. Siempre he pensado en construir mi historia, sí, con pilares que vienen de él, pero una diferente, muy mía”, aseguró en entrevista con Granada Televisión.

Tras ocho años en el exterior (firmó con Jaguares de Chiapas en 2012 luego de formarse en Envigado), Córdoba conserva la sencillez de antes, y así de sencillo y rápido se ha hecho un lugar en una liga como la alemana tan física, tan exigente y, a veces, tan cuadriculada. “Hay que adaptarse como en la vida misma. Si no, sobrevivir en la élite será más que complicado, será un tormento”.

No siempre fue el mejor

En la Bundesliga 2019-2020 Jhon sumó 10 goles con Colonia. El chocoano anotó un tanto cada 139 minutos, una cifra que lo tuvo como uno de los hombres más importantes del club que dirige Markus Gisdol, que lo llevó a firmar con Hertha Berlín.

Lo que les gusta en Alemania del colombiano, y en general a los aficionados y directivos (es el quinto futbolista de la plantilla con más partidos), es que siempre está en el espacio. Y en el área. En ese lugar anotó nueve tantos, sin dejar de lado que marcó cinco con pierna derecha, tres con la izquierda, incluso uno de esos fue de pelota quieta.

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Hubo una época en la que a Jhon le tocó ser el jugador más malo de su equipo, o por lo menos así se lo hacían saber los otros niños, en la cancha que él mismo llamó como El Plan y que más bien era un barrizal en el que los partidos eran de tres contra tres. “No tenía idea de nada. Después mi tío me llevó a una escuela de Istmina y empezamos a entrenar en otra cancha con rocas grandísimas y huecos. De pronto por eso se me facilita tanto controlar el balón”.

Córdoba debutó como profesional a los 16 años en un encuentro frente a Deportes Tolima, y jugó 32 minutos luego de reemplazar a Kilian Virviescas en la derrota 2-0 del cuadro naranja en Ibagué. “Habían cinco delanteros por delante y venía de ser el goleador de las divisiones menores. Pedro Sarmiento me decía que me iba a subir y un día, en el hotel de concentración, me confirmó que me iba a poner, y ahí comenzó todo”.

Han pasado 10 años desde este instante, un poco menos desde que Juan Fernando Quintero lo asistió para que festejara por primera vez frente a Rionegro, con 18 años, tres meses y 17 días, en lo que fue el inicio de una aventura que, por ahora, no tiene punto final, sí un presente prometedor para el único colombiano en la Bundesliga.

Camilo Amaya - @CamiloGAmaya

icamaya@elespectador.com

Por Camilo Amaya

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