Just Fontaine y un récord que nadie igualará

El delantero francés marcó 13 goles en la Copa del Mundo de Suecia 1958. Es el máximo goleador en una sola edición, en la historia de los Mundiales. En ese año, Francia quedó en el tercer lugar. Brasil fue el campeón.

Redacción deportes
23 de marzo de 2018 - 04:46 a. m.
Los jugadores de la selección francesa llevan a hombros a Just Fontaine. / Getty Images
Los jugadores de la selección francesa llevan a hombros a Just Fontaine. / Getty Images

Nación en Marrakech, Marruecos, en 1933 porque su padre era inspector de la Administración del Monopolio de Tabacos de Francia y por esos días era expatriado en el país africano. Así que Just Fontaine comenzó a jugar fútbol en un país en el que este deporte está lejos de ser el más popular. A los 15 años, con el apoyo de sus padres, se destacó en el equipo juvenil de U.S. Marrakech. De ahí pasó al U.S. Marroquí, en el que, tras ser goleador de la temporada de 1952-53, llamó la atención del Niza . En el país de sus padres logró un salto de calidad que terminó consolidándolo como uno de los futbolistas revelación de la liga francesa. Con el Reims quedó campeón y fue el máximo goleador. (Puede leer: Kimberley y su curiosa presencia en el Mundial de Argentina 1978).

A pulso se ganó un lugar entre los convocados por el técnico de la selección francesa, Paul Nicolas, para el Mundial de Suecia 1958. En ese tiempo se jugaba con cinco delanteros y cuatro de ellos ya eran fijos en el once inicial: Wisnieski, Piantoni, Vincent y Kopa. El joven Fontaine debía pelear un lugar junto a Bruey, Douis y Bliart. Una noche antes del debut ante Paraguay, Nicolas le avisó a Just que iría como titular. Al otro día, en la cancha del estadio Iddrotsparken de Norrköping, ante 16.500 espectadores, Fontaine anotó cuatro de los siete goles que les dieron la victoria a los franceses por 7-3.

En el segundo encuentro, en el estadio Arosvallen de Västerås, ante Yugoslavia, perdieron 3-2 y quien marcó los tantos fue nuevamente Fonataine. Para pasar a cuartos, los franceses debían vencer a Escocia. Lo lograron 2-1, en el estadio Eyravallen de Örebro, con un gol de la revelación francesa, quien para la segunda fase ya era el máximo anotador del certamen con seis anotaciones. (Puede leer: El perro que encontró la Copa del Mundo).

En cuartos de final se enfrentaron a Irlanda y el hombre que a base de goles se había ganado la titularidad marcó otros dos. En semifinales les tocó el que sería el campeón, Brasil, el cual los derrotó 5-2 con triplete de Pelé. Ese día, Fontaine aportó uno de los tantos de su equipo. Ya con nueve goles en su primer Mundial, disputó el partido por el tercer lugar ante Alemania, campeón del mundo en 1954. El resultado fue un contundente: 6-3 a favor de Francia. Esa noche, en el estadio Ullevi, de Gotemburgo, Fonataine sumó cuatro goles más.

Lo hecho por ese futbolista quizá nadie más lo hará. Anotar 13 goles en una edición de un Mundial suena excesivo, casi imposible. El fútbol cada vez es menos ofensivo y eso permitirá que Fontaine siga ampliando su leyenda.(Puede leer: El milagro de Berna).

Con 29 años, el nacido en Marruecos se retiró del fútbol por una lesión en el tobillo de la que no se pudo recuperar, a pesar de ser operado en varias ocasiones. Estuvo a cargo de la selección de su país en 1967, pero no tuvo éxito y sólo duró cuatro meses. En ese momento se dedicó a vender artículos deportivos en una tienda en Touluse. A sus 84 años, sigue siendo un apasionado por el deporte, por la pelota, la misma que lo llevó a la inmortalidad.

 

Por Redacción deportes

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