Mascherano: “Xavi conoce a la perfección el modelo Barça y cómo transmitirlo”
Durante un evento en Bogotá, el argentino compartió en rueda de prensa sus pensamientos acerca de lo que fue su carrera en Barcelona, su actualidad como entrenador, la proyección de Colombia en el Mundial sub-20 y dio un consejo para los niños que aspiran a convertirse en futbolistas profesionales.
Kevin Stiven Ramírez Quintero
Con las manos en los bolsillos y con una sonrisa tímida como respuesta a tantas miradas, Javier Mascherano llegó al encuentro organizado por LaLiga y Rushbet en Bogotá para disfrutar de una nueva edición de ‘ElClásico’ entre Barcelona y Real Madrid. El ‘jefecito’ fue el protagonista de la jornada para decenas de seguidores del Barça, quienes lo recuerdan como un pilar clave en una de las épocas más gloriosas del club catalán.
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Con las manos en los bolsillos y con una sonrisa tímida como respuesta a tantas miradas, Javier Mascherano llegó al encuentro organizado por LaLiga y Rushbet en Bogotá para disfrutar de una nueva edición de ‘ElClásico’ entre Barcelona y Real Madrid. El ‘jefecito’ fue el protagonista de la jornada para decenas de seguidores del Barça, quienes lo recuerdan como un pilar clave en una de las épocas más gloriosas del club catalán.
Con Barcelona logró 12 títulos nacionales y seis internacionales entre LaLiga, la Copa del Rey, la Supercopa de España, la Champions League, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Mientras que con la selección argentina logró campeonatos juveniles y el subcampeonato en Brasil 2014. Además, recibió varias distinciones individuales como colectivas en su paso por River Plate, Liverpool, Corinthians, entre otros.
El argentino de 38 años regresó a Colombia, luego de su experiencia en el Sudamericano sub-20 al mando de la selección albiceleste que no logró clasificar al Mundial de Indonesia, y compartió en rueda de prensa sus pensamientos acerca de lo que fue su carrera en Barcelona, la rivalidad con Real Madrid y James Rodríguez, su actualidad como técnico y también del presente juvenil de la selección de Colombia.
Tu llegada a Barcelona no fue fácil y tuviste que esperar tu momento, ¿qué significó vestir la camiseta del Barça?
Hay un antes y un después en mi carrera al estar en Barcelona. Sobre todo, por la exposición que es jugar en un equipo así. Venía de un equipo importante como Liverpool, pero los años que tuve que vivir en el Barça fueron muy buenos. Llevaron mi carrera a otro nivel. Eran tiempos dorados.
Fueron al menos diez años en los que tanto Barcelona, como Real Madrid, eran los dos mejores equipos de Europa y competían en la misma liga. Eso hacía que existiera un nivel de competitividad y de rivalidad muy alta entre dos equipos históricos. Además, teniendo jugadores tan valiosos de lado y lado hacía que la exposición haya sido muy grande.
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Hubo grandes clásicos frente a Real Madrid, ¿cómo los vivías?
Hubo de todo. Al principio fue de mucha tensión. Los españoles venían de ser campeones del mundo con su selección y cada uno de ellos defendía a su equipo a la hora de jugar en LaLiga. Se podía notar y sentir la tensión, pero con el correr de los partidos eso fue bajando.
Casualmente hace un tiempo estuve cenando con Iker Casillas y nos reíamos de todo esto. De cómo la rivalidad te lleva a pasar momentos de una tensión muy grande.
¿Qué diferencia hay entre un clásico como el de esos años y uno de ahora?
Es el hecho de la exposición. A nosotros nos tocó vivir unos partidos donde posiblemente estaban los dos mejores del mundo en los últimos quince años y eso hacía que la tensión fuera más grande.
También estaban los dos mejores entrenadores del mundo: José Mourinho y Pep Guardiola, con dos filosofías diferentes. Se daba el combo justo para que esos partidos fueran memorables.
Eso no quita que hoy en día Real Madrid y Barcelona no tengan muy buenos jugadores y entrenadores. Los sigue teniendo, pero la exposición de tener a Messi, Ronaldo, Xavi, Iniesta, Xabi Alonso, Iker Casillas y Sergio Ramos era increíble. Además, ellos no solo han sido importantes para sus clubes, sino también para sus selecciones.
También tuviste la oportunidad de ser uno de los capitanes de Barcelona, ¿cómo lo lograste?
En España está la tradición de que se respete la historia de los jugadores en el club. Sin embargo, cuando llegó Luis Enrique en 2014, hizo una votación entre los jugadores para que se decidieran los cuatro capitanes. A partir de ahí empecé a hacer uno de ellos con la confianza de los compañeros, sobre todo por no venir de La Masia.
“A Mascherano y a Keita no me los toquéis porque son mis niñitas, unas joyas”, dijo Pep Guardiola en una rueda de prensa en 2011. ¿Aún conservas el contacto con él?
La relación con Pep sigue. De vez en cuando intercambiamos mensajes o llamadas. Obviamente, para mí es una referencia para todo lo que le ha dado al fútbol y siempre que tengo una inquietud es una fuente de consulta.
Esas declaraciones creo que tenían que ver con la manera de ser. Tanto Seydou (Keita) como yo, aceptábamos que no éramos titulares. Sin embargo, el entrenador sabía que podía contar con nosotros en cualquier momento. Así también se dio cambiar de volante a central. Vi una oportunidad donde el entrenador no tenía demasiadas opciones y traté de aferrarme a esa posibilidad.
¿Pep te animó a convertirte en director técnico?
No, lo de entrenador es algo que con el correr del tiempo uno ya empieza a pensar. En la última etapa como jugador, uno comienza a reflexionar sobre el después y a tener algunas inquietudes. En realidad, a mí siempre me ha gustado lo que es el juego en sí y tener la oportunidad de aprender en ese sentido.
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Hoy en día estoy aprendiendo en ese proceso. No tiene nada que ver con lo que es ser futbolista. Ahora hay un montón de matices: cómo gestionar un vestuario y un grupo de personas, por ejemplo. Como jugador, al final, siempre está esa mirada de tratar de rendir individualmente. Como entrenador, está el cómo hacer para que lo colectivo sea lo más importante y es mucho más difícil.
¿Con Xavi hablaste alguna vez de que se convirtieran en entrenadores?
De Xavi uno ya se lo imaginaba. Dentro del campo era un entrenador, siempre ha tenido una inquietud muy grande por ir conociendo el juego. Es muy inteligente. Conoce muy a la perfección el modelo Barca, lo que es el fútbol y cómo transmitir esa idea.
Hemos tenido conversaciones y tuve la oportunidad de irlo a visitar a Catar cuando ya estaba entrenando. Ahí supe su sueño era volver al Barca como entrenador y lo está haciendo muy bien.
Marcaste tu primer y único gol con Barcelona ante Osasuna en 2017. ¿Cómo fue ese momento?
Fue una muestra del cariño que tenía el vestuario, ya se sabía que esa podría ser mi última temporada en el club. Todo el mundo me decía que no me fuera de Barcelona sin marcar un gol y se me dio esa oportunidad. Se venía hablando de la oportunidad de patear en un partido que estuviera liquidado y se dio. Yo no quería, pero todo el mundo me empujaba. Ese gol fue a modo de despedida.
Saliendo un poco de tu etapa en Barcelona, ¿te quedó algo pendiente en el fútbol?
Uno siempre ha deseado poder ganar títulos con la selección. He estado muy cerca, pero el fútbol me dio demasiado. Más de lo que yo esperaba cuando era chico. Sonaría desagradecido pretender algo más.
Hablando de la selección, ¿cómo viviste la final del Mundial de Catar?
Como todo argentino fue una alegría inmensa. En verdad que esta selección lleva unos cuantos años dándonos estas alegrías como con la Copa América, la Finalissima y la cantidad de partidos invictos. Argentina coronó todo este proceso con el Mundial.
Me alegra por los amigos que tengo ahí adentro. Ellos se pudieron coronar después de tanto tiempo intentándolo. Eso también es una muestra para las nuevas generaciones y los niños. Para que vean que si uno lo intenta durante mucho tiempo, por más que haya golpes y tropiezos, al final muchas veces se termina teniendo la recompensa que mereces.
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Con Lionel Messi pasé un tiempo y compartimos una ‘minifiesta’ en privado para celebrarlo. Encima que este mundial tocó en épocas de fiesta. Realmente, me siento muy contento por él y por Ángel Di María, al que le tengo mucho aprecio. Esto también fue por el staff, los utileros, los cocineros, los médicos. Todos ellos han vivido la angustia que nos tocó a nosotros y hoy en día pueden vivir la felicidad de ser campeones del mundo.
¿Qué opinas del nuevo formato del mundial?
A los que nos gusta el fútbol, más partidos para ver. El problema lo tienen los que tienen que jugar (risas).
Cuando se toman este tipo de decisiones hay que evaluar desde muchos ángulos, pero lo que entiendo del espíritu de FIFA es darle la oportunidad a más países que muchas veces se quedan en la puerta y no consiguen clasificar a un Mundial.
En estos países vemos a un Erling Haaland, que juega para Noruega y quizá con 32 equipos sería muy difícil jugar un mundial. Él es una estrella del fútbol y con esta posibilidad podría jugar una copa del mundo.
Creo que estas modificaciones se hacen con ese fin y a mi manera de verlo es una linda propuesta. Entiendo que tenga cosas no tan buenas: será más largo y los jugadores no tendrán mucho descanso, va a ser un Mundial de 40 días. Sin embargo, para los que nos gusta el fútbol será más tiempo para ver lo que nos gusta y nos apasiona.
Aterrizando en Colombia, James Rodríguez ha sido una referente clave para nuestro fútbol. ¿Qué significaba enfrentarlo a él, tanto en la selección como los clásicos?
Era un incordio cuando lo tenía que marcar. A James uno ya lo conocía por la época de Banfield, lo vimos desde muy chico. En esa época sabíamos que era un jugador diferente, con un gran potencial y al final se terminó demostrando con una calidad superlativa. Fue un jugador muy correcto. Más allá de que en la cancha defendía su club o selección, siempre hubo un gran respeto y no hubo ningún tipo de problema.
¿Qué tal viste a la selección de Colombia sub-20 en el Sudamericano?
Es una gran selección. Me tocó enfrentarla no solamente en el Sudamericano, sino también en los Juegos Sudamericanos. Tienen jugadores importantes, lo ha demostraron en el campeonato. Está en condiciones de hacer un buen mundial en Indonesia.
Finalmente, ¿qué decirles a los jóvenes que lo tienen como referente en su posición y como capitán en ese camino al éxito?
Quizás siempre suelo comparar el éxito con un Iceberg: todo el mundo ve por encima del agua lo que hay, pero por debajo también hay mucho. Es un poco lo que ve la gente del éxito, piensa que un jugador exitoso tiene la vida perfecta y claramente no es así. Tiene los mismos problemas que la gente normal e incluso más.
El éxito es un camino que hay que transitar, pero lo que le diría a los chicos es que busquen ser felices; el éxito es una consecuencia, puede pasar o no.
Y bueno, ¿qué es el éxito? Para mí el éxito es tener a mis tres hijos con salud, educación y que sean felices. A los chicos hay que decirles que hay que jugar y disfrutar. El fútbol es un juego. Ya vendrán momentos más adelante para ponerse a pensar en el deporte como una profesión, pero que a la corta edad hay que disfrutar y hay que ir al frente de sus sueños.
Los que llegan fueron por detrás de sus sueños. A algunos les irá mejor, a otros menos bien, pero que tengan la tranquilidad de que lo intentaron. Si no se da, hay que tener claro que dedicarse a otra profesión no es ser menos que un jugador de fútbol.
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