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Han pasado 19 días desde la derrota con Atlético Tucumán en Argentina (2-0), del encuentro mal planteado y desorganizado, y del día en el que Jorge Almirón fue señalado como el único culpable de lo sucedido con Atlético Nacional, a pesar de la responsabilidad compartida que tomaron los jugadores en un acto de valentía. También han pasado cinco partidos, dos sin el entrenador argentino en el banco, y una muestra de recuperación a ritmo lento, preciso, acompasado al estilo que se intenta recuperar, o mejor, que no se quiere perder del todo.
Desde ese instante el equipo antioqueño ha ganado 12 de 15 puntos posibles entre Liga Águila y la Copa Colombia (no pudo ganarle a Millonarios), pero más allá de los resultados, parece haber entendimiento en el campo y una muestra de lo que el DT quiere que hagan sus futbolistas. Hoy, desde las 7:45 p.m. (por Fox Sports), el club más campeón de Colombia enfrenta al rival que desnudó sus debilidades y que, en parte, aportó a la pequeña crisis que ha ido mermando. Nacional cumple en ataque (contra Alianza Petrolera marcó en tres oportunidades), pero esa efectividad se ve opacada con el trabajo que se hace atrás (recibió dos goles en 10 minutos).
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Sin embargo, Almirón ha reforzado ese aspecto, evitando que el factor sorpresa juegue en su contra. Otro aspecto, mucho menos determinante, pero a tener en cuenta, es la historia del conjunto verde cuando comienza perdiendo en series de ida y vuelta en torneos internacionales. A la fecha, el equipo paisa ha perdido en 23 ocasiones el primer encuentro (sumando Copas Libertadores y Sudamericana) y sólo pudo remontar en cinco oportunidades. La más reciente: la llave frente a Rosario Central en los cuartos de final de la Libertadores de 2016. En Argentina el resultado favoreció al local por 1-0 y en Medellín, con un estadio a reventar, Nacional se impuso 3-1 en un duelo polémico, caliente, pulsional y que culminó con Eduardo Coudet, entrenador del visitante, iracundo, peleando con los jugadores verdes, y con Orlando Berrío festejando encima del portero Sebastián Sosa tras el tanto de la clasificación.
Además de esa serie, el club antioqueño también superó a Olimpia en la Libertadores de 1989, luego de caer 2-0 en Paraguay e imponerse por marcador similar en Bogotá y ganar en los penaltis (5-4), para su primer título en el continente. Ese mismo año, en la Supercopa Suramericana, cayó 2-1 con Nacional en Uruguay y después se impuso de local por 3-0 para un 3-2 global. Ya en la Copa Sudamericana de 2005, en la primera fase, perdió con el Deportivo Cali (2-0) y seguido ganó por igual resultado para enviar todo a la defición desde los 12 pasos y quedarse con la victoria por 7-6. Y en 2014, en el mismo certamen, no pudo en con General Díaz de Paraguay en el Atanasio Girardot (2-0), pero después remontó de visitante para avanzar (3-1). Esta fue la única vez que pudo recuperarse luego de un traspié en casa.
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Por el lado de los fracasos el listado es muy largo, por lo que sólo se hará mención del primero y el último. Semifinales de la Copa Libertadores de 1991, de nuevo contra Olimpia. En la capital de Antioquia el marcador fue 2-1 para el visitante y en Paraguay ganó Nacional 3-2. Ya en los penaltis, el empuje de la gente en las tribunas favoreció a los locales (2-1). Y la Copa Libertadores de 2015, octavos frente a Emelec. Los ecuatorianos ganaron 2-0 en el estadio George Capwell y perdieron 1-0 en el Atanasio Girardot para un global de 2-1.
La historia no favorece al cuadro verde cada vez que comienza abajo, pero eso no quiere decir nada en un deporte como el fútbol, que hace las veces de una máquina de ilusiones materializables. Por eso el duelo de hoy, así se vea lejano para muchos, podría terminar acercando, de nuevo, a la hinchada verde con el club de sus amores.