Cuando el árbitro neozelandés Michael Hester le mostró la tarjeta roja a Santiago Arias, al considerar que había atravesado su brazo para evitar la anotación suiza y en consecuencia sancionó un penalti que cambió por gol Nassim Ben Khalifa, la ilusión de Colombia de llegar por primera vez a la final de un Mundial, en lugar de desvanecerse, parecía intacta, porque el reloj apenas marcaba el primer cuarto de juego y no era la primera adversidad que los nuestros afrontaban en Nigeria.
Después llegó el segundo festejo helvético, a través de Haris Seferovic a nueve minutos de ir al entretiempo, y aún la esperanza de remontada, tal cual había ocurrido frente a gambianos y argentinos, estaba latente. Pero una vez Bruno Martignoni marcó el tercer tanto al comienzo del complemento y luego Ricardo Rodríguez aumentaba, los nuestros se estrellaban con la realidad.
El 4-0 es un resultado que por sí solo denota la superioridad suiza, más allá de haber tenido un hombre de más durante buena parte del juego, y no en vano el verdugo tricolor cuenta por victorias sus seis salidas en la cita orbital.
Poca resistencia entonces pudieron ofrecer los dirigidos por Ramiro Viáfara en el Teslim Balogun de Lagos, donde el seleccionado europeo festejó el paso a su primera final de la historia, mientras a los colombianos les queda la opción de subirse en el tercer escaño del podio, si vencen el próximo domingo en Abuja a España (10:00 a.m., Gol Caracol), que ayer perdió en la otra semi con la selección local (3-1).
Y a la de bronce le apunta el seleccionador nacional, quien en la conferencia de prensa reconoció que “en la cancha juegan 11 contra 11, pero lamentablemente nos quedamos con 10 y un penal en contra en los primeros minutos del partido. Eso, más el cansancio acumulado del tiempo suplementario ante Turquía en la ronda anterior, nos hizo imposible luchar contra un equipo tan fuerte y bien armado como Suiza”.
De igual forma, el técnico a manera de balance confesó que “nadie esperaba vernos entre los cuatro mejores, pero aquí estamos y ahora vamos a luchar por el tercer lugar. No será fácil, pero daremos lo mejor que tenemos”.
Ese es el mismo pensamiento de Gustavo Cuéllar, capitán tricolor y de los más golpeados ante el primer revés en la Copa del Mundo Prejuvenil, quien tuvo un resumen diciente: “Cometimos muchos errores y la expulsión nos terminó de perjudicar, pero justo en el partido más importante no se dieron las cosas y ahora hay que levantarse y darlo todo el domingo”.
Por su parte, Jean Carlos Blanco, quien ayer fue titular ante la ausencia de Fabián Castillo, invitó a sus compañeros a “dejar atrás este partido, ya lo que pasó, pasó, y ahora hay que pensar en que nos queda otro juego para salvar el honor”.
Igual, dignidad les ha sobrado a estos muchachos que llegaron lejos en el Mundial y así ayer no les haya alcanzado para más, en Abuja estará todavía la oportunidad de convertirse en la mejor Sub 17 colombiana de la historia.
Nigeria va por el bicampeonato
El seleccionado prejuvenil nigeriano correspondió al favoritismo como local y actual monarca orbital de la categoría, tras vencer el jueves 3-1 a España en el estadio Teslim Balogun de Lagos, en la otra semifinal de la Copa del Mundo Sub 17. Con goles de Stanley Okoro (min 30 p.t.) y Sani Emmanuel (min 16 y 26 s.t.), los locales le pusieron fin a un invicto ibérico que se extendía desde 2003, por lo que el descuento de Borja a siete minutos del final le supo a poco a los europeos. Ahora el seleccionado africano, que hace dos años dio la vuelta olímpica en Corea, buscará ante su afición la cuarta corona.