Publicidad

Catar, donde las carreras de dromedarios interesan más que el fútbol

Las carreras de dromedarios son una tradición muy arraigada no solo en Catar, sino en los demás países de la península arábiga.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Agencia AFP y Paul Maroudis - AFP
12 de noviembre de 2022 - 01:35 p. m.
El país sede de la Copa Mundial de Fútbol, que arranca el próximo domingo, no era conocido por ser un escenario futbolero. Eventos como las competencias de velocidad entre los camélidos tienen mayor arraigo en su población.
El país sede de la Copa Mundial de Fútbol, que arranca el próximo domingo, no era conocido por ser un escenario futbolero. Eventos como las competencias de velocidad entre los camélidos tienen mayor arraigo en su población.
Foto: Agencia AFP
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Los dromedarios se lanzan a toda velocidad por una pista. En una vía paralela, sus entrenadores les siguen al volante de un todoterreno, en uno de los cuales viaja el joven Nasser al-Marri, que controla a distancia el robot instalado en la joroba de su camélido.

Mientras Catar se prepara para recibir más de un millón de aficionados para el Mundial de fútbol, la pista de Al-Shahaniya, a 40 kilómetros al este de la capital Doha, parece estar aislada de la fiebre que invade el pequeño emirato. Nasser, por ejemplo, dice que prefiere las carreras de “camellos arábigos” al fútbol.

El entusiasmo y los gritos del comentarista de la carrera, retransmitida a través de una pantalla gigante, recuerdan no obstante la pasión que rodea al fútbol y toma códigos del balón para describir la competición.

Mire nuestro especial: ¿A qué jugamos?: La identidad del fútbol colombiano

Hasta comienzos del siglo XXI, los dromedarios eran montados por niños, pero esta práctica se declaró ilegal a finales de 2004, dando paso a jockeys mecánicos teledirigidos.

En sus vehículos, los entrenadores manipulan a distancia a sus jinetes robotizados para espolear a los animales, a los que animan a gritos a través de un ‘walkie-talkie’.

- “Deporte nacional” -

Nasser al-Marri es un ‘moudhammer’. Supervisa el quehacer diario y los entrenamientos de sus monturas y los guía en las competiciones.

¿Esperando el Mundial de Catar 2022? Toda la información en un solo lugar, encuéntrela aquí

“El dromedario forma parte de nosotros, es nuestra principal pasión, el deporte número 1 en el Golfo”, se entusiasma este joven de 23 años, pese a que los cataríes también son grandes seguidores del fútbol.

De hecho, Nasser y otros tres ‘moudhammer’ esperan con impaciencia el comiendo del Mundial el próximo 20 de noviembre.

En el asiento trasero de su auto, teléfono en mano, Ahmad Ali, 21 años, muestra un extracto del video de una carrera organizada en la pista de Al-Shahaniya por el PSG, el club francés propiedad de Catar.

“Espero que Neymar vendrá con el resto de sus compañeros brasileños y que otros equipos vengan también a descubrir nuestro deporte nacional”, lanza.

Le recomendamos: Antioquia busca otro finalista en la Liga BetPlay este 2022

Abdallah Hafiz, también de 21 años, espera también que los aficionados “descubran el deporte de nuestros antepasados”.

- De padres a hijos -

Ali al-Marri, 66 años, saborea un café en un pequeño local cerca de la pista y explica “haber aprendido este deporte de mi padre”. “Actualmente estoy jubilado. Este deporte es caro, pero los dromedarios son mi vida”, añade.

“El fútbol no me interesa. Para mí, solo las carreras son un deporte. Y cuando estoy al lado de mi montura, tengo la impresión de que el mundo me pertenece”, insiste.

En una de las numerosas granjas cercanas, el propietario de la finca bebe una taza de café delante de un plato de dátiles.

También puede leer: Las polémicas de los Mundiales que el VAR hubiera evitado

Abdallah Hafiz, 52 años, confirma que las carreras de dromedarios requieren mucho dinero, pero también esfuerzos y perseverancia.

El coste no se limita solo al precio de compra del animal, que comienza a partir de 10.000 dólares, sino también su entrenamiento y sus cuidados, estimados en otros 1.500 dólares mensuales por dromedario, detalla.

No obstante, si una montura gana carreras, “su precio no tiene límite y puede alcanzar un millón de dólares o más”, asegura.

Aunque las apuestas están prohibidas en el país, los participantes se disputan premios de mucho valor, generalmente donados por la familia reinante, que apadrina este deporte tradicional.

- Puntos en común-

Junto a Hafiz está su sobrino Mohamed, de 27 años.

Para este exjugador de fútbol, los dos deportes tienen puntos en común: requieren de esfuerzo tanto físico como mental e implican “entrenamientos toda la semana, un régimen alimentario bien determinado, un seguimiento médico y una gran atención”.

Hace dos décadas, los jinetes de dromedarios de carreras eran niños, a veces muy jóvenes, procedentes generalmente de países pobres. Cuando más ligeros, más posibilidades tenían de ganar.

Pero como consecuencia de varios accidentes mortales y de la avaricia de muchos padres, que privaban a sus hijos de comida para que no ganasen peso, los países del Golfo cedieron a las presiones internacionales y prohibieron esta práctica.

🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador

Por Paul Maroudis - AFP

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.