Dominio apabullante del Equipo Mundial en la Laver Cup 2023

El Equipo Mundial, dirigido por John McEnroe, ganó la Laver Cup 2023, en Vancouver, Canadá.

Foto: Laver Cup

Último partido de sencillos de la Laver Cup en el día 2. Hubert Hurkacz enfrenta a Frances Tiafoe luego de que Casper Ruud le diera los primeros dos puntos al Team Europe venciendo a Tommy Paul en sets corridos. Los ánimos están arriba, las caras de su equipo han cambiado de la desesperación a la ligera excitación, y el público lo apoya. El polaco recibe el fuerte saque del estadounidense, que se precipita a la red para liquidar el punto con urgente diligencia, mientras Hurkacz responde con un tiro plano, rasante, tanto que la red cambia su dirección y Tiafoe queda pasado.

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Frances ejecuta un golpe absurdo y paródico, un golpe de muñeca por detrás de la espalda. El punto sigue en juego y luego de un tiro cortado predecible de Hubert, el estadounidense lo remata con una volea magistral y el estadio se rompe, como un vaso quebradizo, vencido por el tiempo. Los gritos son agonizantes, al equipo de Bjorn Borg se le escapan las ideas y se le desvanecen las ganas. Tiafoe mira al público con vehemente altanería, orgulloso de haber ganado un punto imposible. Mientras Roger Federer, en el lugar más exclusivo del estadio, sonríe tímidamente. Que siga el show.

10-2, el resultado parece inverosímil, recuerda el abultado marcador final de la edición de 2021. En esa ocasión tampoco estuvieron Roger, Rafa Nadal o Novak Djokovic. La diferencia es que esta vez es el equipo de John McEnroe el que está obsesionado con la victoria. Su equipo ha destrozado cualquier idea de remontada, están obstinados por repetir el título.

Todos los integrantes han demostrado que se toman el torneo muy en serio, que juegan a ganar, que no están dispuestos a bajar el ritmo, a reducir la velocidad, o a conceder puntos escuálidos. “Todos los puntos son importantes en la Laver Cup” sentenciaba FelixAuger-Aliassime con una sonrisa gigante en el rostro, que casi ocultaba el resto de sus facciones.

No pudimos ver a Tiafoe contra Andrey Rublev, ni a Auger-Aliassime contra Hurkacz, ni a Taylor Fritz contra Rudd; no fue necesario, no pudimos disfrutarlo; el día tres terminó de forma prematura y muchos fanáticos han quedado decepcionados e iracundos. Tiafoe y Ben Shelton abrieron el show enfrentando a Hurkacz y a Rublev, en lo que sería una final impuesta.

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Saca Shelton, que tuvo el servicio más rápido del día, 220 kmh; punto para partido, recibe Rublev con escepticismo y es el mismo Shelton el que arremete esa pelota tierna con violencia, al predispuesto Hurkacz, que estrella la volea contra la red, y que intenta desesperadamente hacer pasar la pelota con un segundo intento, displicente y derrotado.

Y el público no para de gritar, y Frances Tiafoe atraviesa la cancha para estrellar su pecho contra el de Ben en el aire e inmortalizar el momento. Luego todo el Team World entra a la cancha, con zancadas grandes, atropellando a los dos estadounidenses. Ya son dos títulos consecutivos de los dirigidos por McEnroe.

El torneo se resume con las palabras de McEnroe en rueda de prensa, orgulloso de sus muchachos. “Trajimos un equipo increíble. Todos los que están aquí han jugado muy bien. Ha sido una semana genial. Y hemos pateado algunos traseros baby. Eso fue lo que hicimos. Así que ya estamos pensando en el año que viene, porque ganar es mil veces mejor que perder. Porque sí, perdimos mucho en los primeros años pero luego probamos la victoria y se siente bien.”

Las luces enfocan a todo el equipo, que brilla de forma radiactiva con sus sonrisas enormes y sus egos inflados, merecidamente. Fue bueno para Auger-Aliassime ganar luego de un año plagado de caídas, bueno para Shelton, para quien fue especialmente emotivo hacer parte del equipo; para el argentino Francisco Cerundolo, único jugador no procedente de Canadá o Estados Unidos. Bueno para todos, para formar camaradería, para aprender, para ganar experiencia y llenarse de confianza.

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Pero en el tenis siempre hay dos caras, y esta vez le tocó al equipo de Borg sufrir la derrota helada. El Team Europe sólo sumó dos puntos en todo el torneo y sus miradas reflejaban la decepción del final anticipado y las llagas de la derrota. Aunque Bjorn confía en que el otro año será diferente, en que jugando en casa serán más fuertes, más radicales y más implacables; cree que en Berlín el público estará de su lado, y no está dispuesto a entregar un torneo más, porque él también ha probado la victoria, y saque lo bien que se siente.

Manifestó que el Team World ha jugado un tenis excepcional, en cada partido, pero agregó que: “Estoy orgulloso de mi equipo, dimos el 100%. Volveremos y el año que viene será una historia completamente diferente”.

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