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El “taxi” colombiano que triunfó en el Rally Dakar

Mateo Moreno y Javier Vélez lograron el objetivo en la carrera a motor más peligrosa del mundo: terminarla. Nicolás Robledo hizo historia y fue séptimo en cuatrimotos. Resumen de la competencia.

Thomas Blanco
17 de enero de 2022 - 01:52 a. m.
Mateo Moreno y Javier Vélez alcanzaron a estar entre los ocho mejores de la carrera.  / Cortesía
Mateo Moreno y Javier Vélez alcanzaron a estar entre los ocho mejores de la carrera. / Cortesía

En la edición del año pasado solo hubo un carro amarillo en todo el Rally Dakar. Y en esta también, fueron inconfundibles. Los pilotos colombianos Mateo Moreno y Javier Vélez, a bordo del Can AM Maverick que llevaba inscrito el número 340 en la categoría de autos T3 de prototipos ligeros, cumplió el objetivo: terminar la competencia a motor más peligrosa del planeta. En su “taxi”, como ellos mismos lo bautizaron, terminaron la competencia en la casilla 29 metidos en varios tramos entre los mejores.

“Siento un descanso tremendo. Aguanté todo, vivía con un salpicón de sentimientos y dolencias físicas. Es una carrera muy potente y detallada, hay que poner atención al camino siete horas diarias por doce días”, dice Moreno en entrevista con este diario.

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El momento que más disfrutaron, que parecía mentira: estuvieron entre los diez mejores, en el octavo puesto. Y antes de la penúltima etapa, que fue muy difícil para ellos, ocupaban el puesto 16 entre los 46 pilotos que tomaron la partida. Sortearon el cansancio, el tiempo perdido y el mirar de reojo el botón rojo que significa abandonar, no se rindieron...

“El balance es buenísimo: ocupamos muy buenas posiciones, lo único fue el incidente mecánico que nos tiró a la cola”.

Con los otros dos colombianos en carrera se cruzaron poco, pero a Nicolás Robledo lo vieron un par veces hacer historia en su cuatrimoto. Terminó en el top 10 en las cuatrimotos en la séptima casilla a 50 horas, 25 minutos y 50 segundos del vencedor, el francés Alexandre Giroud. Un hecho inédito y que será recordado en el automovilismo colombiano para un hombre que compitió su sexto Rally Dakar.

Y a Giordano Pacheco, quien corría en la categoría Originals, que alude a las raíces del Dakar en la que no tienen asistencia mecánica y todos cuentan con los mismos recursos, lo vieron más bien poco. El colombiano radicado en Chile tuvo que abandonar la carrera antes de la largada de la undécima etapa debido a que no alcanzó a arreglar su moto. Tres de los cuatro colombianos cumplieron su objetivo: terminar.

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Porque en Arabia Saudita se corrieron dos Dakares: el primero con los corredores de infraestructuras millonarias que pelean por ganarlo y el segundo con un grueso de pilotos decididos a terminarlo luchando con todas sus fuerzas para llegar a la línea de meta.

“Uno ya está mentalizado en las condiciones extremas que va a sufrir. De frío, calor, hambre, agotamiento y dolor. Pero uno solo piensa en llegar a la meta. Después de un Dakar te demoras casi dos meses recuperándote, la mente se apaga y el cuerpo pasa la cuenta de cobro”, dice Pacheco, quien terminó décimo en la categoría Originals en el Dakar 2020.

Los pilotos colombianos coinciden en que la etapa más brava del Dakar es la de antes de llegar a él: conseguir los recursos y el patrocinio. La falta de apoyo es una realidad en Suramérica.

“Es horrible, lo digo: es incluso más difícil que el Dakar mismo. Es donde en verdad se nos agotan las energías y es el principal motivo de deserción de estos proyectos con los colombianos”, reconoce Moreno.

Por eso Pacheco se fue hace quince años a vivir en Chile, donde hay mayor cultura de rally y la topografía de los desiertos es más favorable. “Lo que más me gusta ver en un Dakar son los camellos, son seres lindos e interesantes. Pero lo más duro, sin dudas, es ver pilotos heridos. Cuando muere alguien, como pasó con Paulo Gonçalves en la séptima etapa en 2020. Uno siente que ese pudo ser uno. Pero el Dakar es un vicio. Y no concibo mi vida sin estar todos los años aquí”, agrega.

El próximo año, todos, ratificando los resultados históricos que obtuvieron Nicolás Robledo en las cuatrimotos y Mateo Moreno y Javier Vélez en su buggy, esperan regresar, pero no saben el porqué, es difícil de explicar.

“No sé... es una carrera con una mística y un romance especial. También es un reto personal”, dice Moreno. Hay “taxi” colombiano para rato.

Por Thomas Blanco

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