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Mauricio de Narváez y la primera gran victoria colombiana en el exterior

El piloto bogotano hizo historia para el deporte a motor nacional al consagrarse campeón de las 12 Horas de Sebring en 1984.

Daniel Bello
27 de febrero de 2025 - 01:00 a. m.
Mauricio de Narváez, referente del automovilismo colombiano.
Mauricio de Narváez, referente del automovilismo colombiano.
Foto: El Espectador
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El automovilismo colombiano no está acostumbrado a celebrar con frecuencia las victorias de sus pilotos en las carreras más prestigiosas del exterior. Sin embargo, cuando no había ninguna para presumir, Mauricio de Narváez puso la bandera tricolor en el primer lugar.

Nacido en Bogotá el 18 de mayo de 1941, este referente nacional del deporte a motor se apasionó por los carros desde muy niño. Estudió Ingeniaría Mecánica en Londres, Inglaterra, donde conoció a Elizabeth, su esposa. Tuvo dos hijos y se dedicó a los negocios, primero a la exportación de flores y luego a la de frutas.

Un buen resumen de lo que fue su carrera en el automovilismo sería una de las frases con las que arrancó su entrevista con El Espectador. “Tuve la buena fortuna de hacerme amigo de los que eran ídolos míos”. Para perseguir su realización como piloto se mudó a Miami y allá dio sus primeros pasos en la Asociación Internacional del Deporte Motor (IMSA). En 1975 debutó en EE.UU. en las 12 Horas de Sebring, a bordo de un Porsche 911. Esta carrera será importante más adelante en el texto, pero no nos adelantemos.

La primera victoria de De Narváez en IMSA llegó en 1978, esa vez con otro modelo de Porsche, un RSR 346. Fue en las 250 Millas de Mid Ohio, en compañía de Dave Cowart, junto a quien logró el primer lugar en la categoría GTO y séptimo en clasificación general. En 1981 el piloto bogotano hizo equipo con el estadounidense Hurley Haywood, una eminencia en el mundo de las carreras de resistencia. Juntos, como parte del equipo DeNarvaez Enterprises, encararon las 250 Millas de Daytona y se llevaron el triunfo en la máxima categoría. Dos años antes también quedó ganador en esa emblemática pista, pero con los GTO.

Las primeras victorias internacionales del piloto bogotano no fueron en IMSA, sino más cerca. En 1977 se impuso en la categoría Gran Turismo del Gran Premio Internacional de Automovilismo República de Ecuador y también en el Gran Premio Internacional Fiesta de los Lagos, ambos disputados en el Autódromo de Yahuarcocha.

Corrió en Asia, Europa y África. En 1981 ganó las 9 Horas de Kyalami en Sudáfrica junto al inglés Derek Bell, bicampeón del Mundial de Resistencia y pentacampeón de las 24 Horas de Le Mans, carrera que hace parte de la triple corona del automovilismo junto con el Gran Premio de Mónaco y las 500 Millas de Indianápolis.

De Narváez también participó varias veces en la prueba reina de la resistencia. Su mejor desempeño fue en 1983, con el equipo Joest Racing. Junto a los alemanes Volkert Merl y Clemens Schickentanz, logró la cuarta posición, la mejor participación histórica de un piloto colombiano en las 24 Horas de Le Mans.

A pesar de sumar triunfos y podios en pistas de todo el mundo, no se podía sacar de la cabeza las 12 Horas de Sebring. “Lo que más me inspiraba para ganarme esa carrera era Juan Manuel Fangio (cinco veces campeón del mundo en la Fórmula 1), quien se la había ganado como 30 años antes y ningún otro sudamericano lo había logrado; entonces, al igual que uno de los mejores pilotos de la historia, yo quería ganármela”.

La tarea fue complicada e implicó mucho tiempo y esfuerzo. El décimo intento fue el definitivo. Compitió con varios compañeros, casi siempre a bordo de un Porsche. En 1982 estuvo cerca de ganar con un prototipo March 82G de motor Chevrolet junto a los estadounidenses Bobby Rahal y Jim Trueman.

“En 1984 le pedí el favor a Reinhold Joest, dueño del carro de uno de los equipos con el que yo venía corriendo en Le Mans y otras pruebas, que me prestara un Porsche 935 J. Él me dijo que lo tenía en un museo, porque en ese momento ya habían salido otros prototipos y ese carro se consideraba ya casi afuera”.

Aunque compitió contra autos más modernos, De Narváez sumó su experiencia con el altísimo nivel de sus compañeros: el sueco Stefan Johansson y el alemán Hans Heyer —ambos corrieron en F1—, lo que les permitió ganar posiciones a pesar de que no arrancaron al frente. Sacaron el máximo provecho de su máquina y cuando ondeaba la bandera a cuadros cruzaron la línea de meta en el primer lugar, con una vuelta de ventaja sobre el segundo.

Y así llegó la primera gran victoria de Colombia en el automovilismo internacional. El bogotano reconoce la importancia de su triunfo, pero subraya lo que hicieron años antes pilotos como Luis Rafael el Ganso Garzón, Antonio Izquierdo y Tomás Steuer por Colombia. Le parece clave conocer el aporte de cada uno de ellos para entender la evolución del deporte a motor en nuestro país.

Rosa Helena Álvarez, primera dama de Colombia por aquel entonces, le pidió que trajera el carro con el que ganó para hacer demostraciones y eventos de beneficencia. Aunque Sebring se puede considerar la victoria más importante de su carrera, las demás también son especiales para él. “A veces uno no le da tanta atención a ese tipo de carreras porque uno está acostumbrado a ver los principales eventos”.

Después de 1984 corrió dos ediciones de su evento predilecto y luego se alejó de las competencias. “Ya se va envejeciendo uno. Ya se acaba el tiempo y vienen nuevos carros y cosas. No es tan fácil seguir. Yo empecé a manejar tarde, cuando tenía más de 30 años, entonces ya sobre los 40 se volvía mucho más difícil”.

Cuando las 12 Horas de Sebring cumplieron 60 años (2012), fue invitado por la pista por ser uno de los únicos sudamericanos que la habían ganado. Porsche le ofreció el hospedaje y asistió en compañía de su esposa Elizabeth, su eterna compañera de carreras. En los últimos años, además de dedicarse a la exportación de frutas, ha estado vinculado a organizaciones y clubes deportivos.

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Daniel Bello

Por Daniel Bello

Periodista de la Pontificia Universidad Javeriana. Fue practicante de Pacifista entre 2020 y 2021. Desde el 2019 escribe sobre fútbol, política e historia en El Espectador. Tiene experiencia cubriendo paz, mundo y medio ambiente.@daniel_eudosiodbello@elespectador.com

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