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En la industria del béisbol de las Grandes Ligas suelen presentarse casos como el que acaba de ocurrir entre la organización de los Medias Rojas de Boston y el destacado pelotero dominicano, Rafael Devers. Y todo explotó cuando nadie lo veía venir. Hubo muchos rumores previamente a los hechos, pero se guardaba la esperanza de que el acuerdo entre las partes llegara más temprano que tarde, hecho que, finalmente, no sucedió.
Devers estaba con su bate ‘caliente’ todavía, con el tablazo de circuito completo que le había propinado a una oferta del dominante zurdo, Max Fried, de los Yanquis de Nueva York, en la quinta entrada, con cuya carrera, los Medias Rojas aseguraban el triunfo en el juego y la ‘barrida’ en la serie frente a sus eternos rivales, en la noche del pasado domingo, por pizarra de 2 carreras a 0.
El dominicano llegaba entonces a 215 jonrones y exactamente a 500 extrabases; 696 carreras remolcadas, 663 anotadas y promedio ofensivo de 279, por 1.136 imparables conectados en 4.074 turnos al bate, en 1.053 partidos jugados con Boston, entre el 25 de julio de 2017 y este 15 de junio de 2025, cuando fue notificado que dejaba de pertenecer a la organización y que su nuevo equipo lo estaba esperando: los Gigantes de San Francisco.
La última gota
La gota que rebosó la copa pasó inadvertida en casi todos los medios y en especial, por los colegas que hacen la cobertura de los Medias Rojas. Cuando el pasado 2 de mayo, Triston Casas, a la sazón, primera base de la novena, sufrió el desgarre de uno de sus tendones de la rótula izquierda y quedaba por fuera de la actual temporada, los técnicos y los principales directivos de Boston le insistieron a Devers la necesidad del equipo para contar con él en la defensa del primer cojín.
El dominicano, con un valioso contrato a 10 años de US$ 313.5 millones, empezando en el 2024, volvió a negarse a jugar en el campo como primera base. Esa es, para nosotros, la última gota que se necesitaba para que se derramara la copa. Y la organización decidió que Devers no podía continuar con los Medias Rojas.
Lo que muchos se preguntan, con cierta preocupación, es por qué no escuchó los consejos del experimentado y hoy miembro del Salón de la Fama, el también dominicano, David ‘Big Papi’ Ortiz, un hombre que tiene conocimientos de las entrañas de los Medias Rojas, y quien, al decir de muchos de sus amigos, siempre le dijo que en el béisbol, a veces a ‘uno no le gustan ciertas cosas, pero hay que aceptarlas’.
Los inconvenientes
Todo comenzó con la firma del agente libre, el reconocido Alex Bregman, en febrero de este año, por los Medias Rojas y la posición adoptada de Devers, quien no aceptó perder la titularidad, de la noche a la mañana, como tercera base de la novena, la cual llegaba a ocupar el nuevo jugador.
La alternativa para el dominicano era pasar a defender el primer cojín, que tampoco era de su agrado, o quedarse, como tuvo que hacerlo, ocupando la posición ofensiva de bateador designado. En esas idas y venidas hubo más inconvenientes que llegaron hasta rebosar la copa, decidiendo la novena deshacerse de uno de los pilares del equipo, para “defender la integridad y la disciplina deportiva”.
Bastaría recordar, con hechos recientes de la era moderna del béisbol y de este siglo, dos sucesos que también crearon controversia entre los aficionados, los jugadores y los propios equipos a los cuales pertenecían.
Nadie puede olvidar que cuando Alex Rodríguez fue contratado por los Yanquis, en el 2003, surgió con más especulación que por realidad, que vendría a desplazar al torpedero titular, Derek Jeter, y no fue así.
Alex aceptó cambiar de posición. Dejar de ser campo-corto, que lo había sido con los Marineros de Seattle y los Vigilantes de Texas, en toda su brillante carrera, y apoderarse de la tercera almohadilla. Jeter se quedó en su posición y Alex pasó a la ‘esquina caliente’.
Y esta otra. Todos debemos recordar que Nomar García-Parra era el torpedero titular de los Medias Rojas cuando empezó la temporada del 2004. Pero Boston, a mitad de campaña, adquirió los servicios del colombiano, Orlando Cabrera, para que llegara a ocupar el campo-corto.
Polémicas, protestas, dimes y diretes, y a la postre, los Medias Rojas acertaron, dejando en silencio a los contradictores de la decisión. Nomar fue transferido a los Cachorros de Chicago. El colombiano Cabrera fue pieza vital y fundamental para que los Medias Rojas rompieran el ‘hechizo’ o la ‘maldición’ del ‘Bambino’ Babe Ruth —sobre cuya ‘maldición’ no hubo nunca prueba alguna —, para ganar la Serie Mundial de ese 2004, después de 86 años de ‘ayuno’ en la Cita de Otoño.
Cuál es su Walk-Off Home Run favorito de Orlando Cabrera?
— Peloteros de Colombia ⚾️🇨🇴 (@PeloterosCol) April 19, 2020
RT Con Boston en el 2004.
❤️ Con Cincinnati en el 2010.
Sabías que Orlando tuvo cinco jonrones para dejar en el terreno al rival:
Montreal 2001 y 2004
Boston 2004
LA Angels 2005
Cincinnati 2010#PeloterosColombia🇨🇴 pic.twitter.com/n1GYaXrKFx
Como alguna vez lo dijo Terry Francona, el estratega de los Medias Rojas por esos años, ‘en el béisbol siempre se busca ganar, y cuando las piezas encajan en el formato de juego que uno quiere aplicar, no hay manera distinta que imponerlo’.
Los ‘Pati-Rojos’ con Terry y Orlando, pero también con los dominicanos, el estelar Pedro Martínez, Manny Ramírez, David Ortiz; Curt Schilling, Johnny Damon, Derek Lowe, Jason Varitek, para apenas citar a unos pocos, ganaron la Serie Mundial.
Lo grande de todo es que cuando los Medias Rojas estaban abajo en la final por el título de la Liga Americana frente a los Yanquis de Nueva York, un robo de base, efectuado por Dave Roberts, hoy capataz de los Dodgers de Los Ángeles, en el cuarto partido de esa final, abrió el sendero que permitió a Boston ganar los 4 juegos seguidos por la corona del circuito, sino que además, “barrieron” a los Cardenales de San Luis, campeones de la Liga Nacional, en la gran final por la corona del Clásico de Octubre.
Fue un momento estelar. A los Medias Rojas todo les salió a pedir de boca. Todo encajó en las piezas del juego que se necesitaba para triunfar después de 86 años sin ganar la Serie Mundial. Llegaron a la postemporada con el boleto del ‘comodín’, y se llevaron todos los honores de octubre.
Un sinsabor
A la hora de Nona, hay que decir que un buen número de colegas, especialmente dominicanos; de aficionados que aman la camiseta de los Medias Rojas, de gente que está vinculada afectivamente con la novena, no está de acuerdo con la forma en que salió el dominicano Devers de la franquicia de Boston. Y en ese aspecto, hay que decir, que el equipo no manejó con tacto, prudencia y tal vez, un poco de respeto hacia el jugador, la comunicación para darle a conocer que quedaba por fuera de la organización.