Sin un claro favorito, se juegan las semifinales del Mundial de Rugby 2019

Aunque la siempre favorita Nueva Zelanda está invicta, Inglaterra puede convertirse en su verdugo. En la otra llave, Gales y Sudáfrica se muestran como uno de los duelos más igualados de las fases finales.

Juan Sebastián Lombo / @JuanLombo/ jlombo@elespectador.com
26 de octubre de 2019 - 03:12 a. m.
Postal del duelo por cuartos de final entre Inglaterra-Australia.  / AFP
Postal del duelo por cuartos de final entre Inglaterra-Australia. / AFP

Ya solo queda una semana del Mundial de Rugby y son pocos los pronósticos que se pueden hacer de los cuatro partidos que quedan -los dos de semifinal, el tercer y cuarto puesto, y la final-. Cada uno de los equipos presentes en la última fase de este torneo han estado muy igualados, demostrando un rugby de alto nivel. Solo ha llegado a brillar un poco más sobre los otros los ya temidos All Blacks de Nueva Zelanda. Sin embargo, Inglaterra, Sudáfrica y Gales han demostrado que, en el torneo -como en la historia de este deporte-, hay que estar preparado para lo inesperado.

El camino de cada uno de estos equipos ha sido sin mayores sobresaltos: Inglaterra, Gales y Nueva Zelanda salieron invictos en la fase de grupos y por supuesto en los cuartos de final, mientras que los Springboks, de Sudáfrica, solo perdieron en su partido inaugural -contra Nueva Zelanda-. Desde hace mucho tiempo en el rugby no se vivía un mundial sin un claro favorito para hacerse con el trofeo Web Ellis. Una condición acrecentada por unos cruces bastante igualados: Inglaterra-Nueva Zelanda y Sudáfrica-Gales.

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De los All Blacks es poco lo nuevo que se puede decir. Con excelentes fases defensivas y ofensivas, las debilidades de los neozelandeses son casi imperceptibles. El juego de pases es preciso y es una de las selecciones que mejor sabe aprovechar las jugadas con el pie. Tanto así que cada patada rastrera se convierte en una oportunidad para que su veloz ofensiva siembre terror en el área de anotación contraria. La calidad de su juego se demuestra en el resultado de cada uno de sus encuentros en el torneo. Tal fue su dominio que pasó la fase de grupos con diferencia de tries a favor y en contra de +135, eso sin haber jugado el juego contra la selección de Italia -partido aplazado por el tifón Hagibis-.

El rival de los neozelandeses en esta semifinal tiene un juego que, en dado momento, puede ponerlos en problemas. La Inglaterra dirigida por Clive Woodward ha desarrollado un estilo ofensivo demoledor -de pases al contacto-, acompañado de una defensiva más que aceptable. Lo demostraron en el partido de cuartos de final, contra Australia. Mientras que la defensiva fue capaz de resistir los embates iniciales de los Wallabies, la ofensiva fue demoledora para sacar del juego a los australianos, uno de sus rivales históricos. Aunque los All Blacks han sido los dominadores por antonomasia, los de La Rosa -nombre con el que se conoce al seleccionado inglés- pueden llegar a quebrar ese eterno favoritismo.

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En la otra llave están Gales y Sudáfrica, dos selecciones que han ganado en los últimos meses las competencias más importantes después del mundial: el Torneo de las Seis Naciones (disputado por Irlanda, Inglaterra, Gales, Francia, Italia y Escocia) y el The Rugby Championship (en el que juegan Argentina, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica). El nivel de ambas selecciones, aunque un poco menor que el de los del primer cruce, ha sido bastante competitivo.

Gales pasó la fase de grupos sin mayores complicaciones. Aplastó a selecciones como Georgia, Fiji, Uruguay, y tuvo victorias más cerradas contra Australia. Sin embargo, ya en cuartos de final, la historia fue diferente. El partido contra Francia fue más difícil de lo que se planteaba en la previa. Solo hasta pocos minutos antes del final, lograron darle la vuelta a un partido que estuvieron perdiendo desde el minuto 4. Al final, el tanteador marcó 20-19 y el equipo del dragón confirmó su calidad de favorito. En el juego disputado el pasado sábado demostraron que tiene la fortaleza mental suficiente para levantarse a una situación de juego adversa.

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Por otro lado, los Springboks vienen de menos a más. Comenzaron perdiendo en su partido inaugural con Nueva Zelanda, pero desde entonces han ganado sus partidos con amplios márgenes, incluso tuvieron una diferencia de tries a favor mayor que la de los All Blacks. La condición de favoritos la revalidaron en su encuentro contra Japón, la selección sorpresa del campeonato. Aunque los nipones llegaron invictos y demostrando un juego de pases pocas veces visto, Sudáfrica supo limitarlos con su defensiva -solo los dejaron anotar tres puntos que vinieron de un cobro penal-. Al final, el partido quedó 26-3 y los Springboks volvieron a as fases finales, de las que son habituales visitantes.

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Cada una de las llaves está pareja, no es posible dar un claro favorito. No obstante, la emoción ha aumentado ante la posibilidad de que se dé una final entre Nueva Zelanda y Sudáfrica, reeditando así el duelo del Mundial de 1995, inmortalizado por Clint Eastwood en su filme Invictus. Ambas llaves enfrentarán a lo mejor del rugby del hemisferio norte con el del sur, revalidando así el viejo dilema cuál de los dos estilos es mejor.

Los dos partidos podrá verlos por ESPN 3:  

Inglaterra-Nueva Zelanda: sábado 26 de octubre 3:00 a.m.

Gales-Sudáfrica: domingo 27 de octubre 4:00 a.m.

Por Juan Sebastián Lombo / @JuanLombo/ jlombo@elespectador.com

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