Sloane Stephens, el regreso de la heredera de las hermanas Williams

La estadounidense de 25 años ganó este sábado el Miami Open, al vencer en la final femenina a la letona Jelena Ostapenko, con parciales 7-6 y 6-1. Su historia.

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Redacción deportes
31 de marzo de 2018 - 07:02 p. m.
Sloane Stephens es la ganadora del Miami Open 2018. Venció a la letona Jelena Ostapenko.  / AFP
Sloane Stephens es la ganadora del Miami Open 2018. Venció a la letona Jelena Ostapenko. / AFP
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Era septiembre de 2017, en Nueva York (Estados Unidos). Se disputaba el último Grand Slam del año y entre las jugadoras profesionales estaba Sloane Stephens, una desconocida que ocupaba la casilla 957 en el ránquin de la WTA. Tenía 24 años y sus logros más significativos habían sido en la categoría juvenil, no como profesional. Con su carisma y juego se ganó el cariño del público que asistió a ese US Open que conquistó al vencer a su compatriota y amiga Madison Keys, con parciales 6-3 y 6-0. 

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En Australia inició su temporada 2018. En el Abierto de Sidney perdió en octavos de final y en el Abierto de Australia, el primer Grand Slam, cayó en primera ronda. Luego, en Acapulco, avanzó a cuartos y hace una semana, en Indian Wells, llegó a octavos. Poco a poco Sloane comenzó a sentirse más cómoda en la cancha y ahora, en el Miami Open, que conquistó este sábado, volvió a sentir lo que es ganar. 

En un disputado juego, venció en la final del denominado quinto Grand Slam del año, a la letona Jelena Ostapenko, con parciales 7-6 y 6-1. Sin duda, Stephens tiene tenis para llegar más alto en el ránquin. Es una jugadora diferente que ha sabido cargar el peso de ser comparada con el ícono del tenis femenino mundial, Serena Williams, y que tiene el cariño del público gracias a su carisma. Sloane ha regresado y seguramente para quedarse. El público de la Florida, justamente su estado natal, enloqueció cuando celebró el título y alzó el hermoso trofeo de cristal. 

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Deportista por herencia

Sybil Smith, su madre, fue la primera nadadora de origen afroamericano en ser seleccionada para la máxima división del deporte aficionado de Estados Unidos. John Stephens, su padre, jugó en la liga profesional de fútbol americano, con los New England Patriots, los Green Bay Packers y Kanzas City Chief. 

A los nueve años inició a jugar tenis, por recomendación de su madre. Sin embargo, en su primer momento con un entrenador, le recomendaron que se dedicar a otro deporte, pues no le veían el perfil para ser tenista. Pero ella fue terca, quiso demostrarle a ese hombre que estaba equivocado y por eso le pidió a sus padres que la apoyaran para seguir. 

Los grandes deportistas son aquellos capaces a sobreponerse a los más duros momentos. Sybil y John, por más de que estuvieran separados, decidieron apostarlo todo por su hija y ahora, 11 años después del inicio, todo ha valido la pena. 

 

Por Redacción deportes

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